FÚTBOL

Roberto Carlos se abre en canal sobre sus orígenes, la identidad que no se pierde y un tesoro bien guardado: "Mi padre quiere venderlo todo"

La leyenda del Real Madrid habló con Josep Pedrerol en El Cafelito. Recordó su infancia, se refirió a su roce con Mijatovic y respaldó a Vinicius.

Roberto Carlos, en un partido de leyendas./
Roberto Carlos, en un partido de leyendas.
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Roberto Carlos ha sido el protagonista del Cafelito de Josep Pedrerol, en el que ha recorrido toda su carrera deportiva o, más bien, su vida. Porque no se entendería su innegable éxito como deportista si no fuera por todo lo que pasó en una dura infancia, en la que comenzó a trabajar con once años. "Es una pena que yo no tuve la posibilidad de estudiar mucho porque somos cuatro hermanos", recuerda. Sus hermanas sí tuvieron esa opción, mientras él ayudaba a su padre en el trabajo...

En ese largo camino, Roberto Carlos reconocía haber vivido una infancia bonita, pese a todo. Quizás eso fue lo que le ayudó a forjar una personalidad firme: "A toda la gente que me pregunta cómo ha sido mi infancia, le digo siempre lo mismo. No queremos ser mejor que nadie. Hemos siempre conseguido mantener una paz, una tranquilidad". El relato va ganando color: "Mi padre me ha enseñado a crecer con la simplicidad y claro que cuando tú empiezas a jugar al fútbol, lo normal es que piense primero en comprar una casa a los padres, luego comprar tu mejor coche, tu mejor reloj... Pero nosotros nunca hemos entrado en esa mentalidad. Yo siempre he intentado esconder todo lo que hacía porque nuestro trabajo a veces causa muchísima envidia. Y yo viví en un pueblo muy simple".

¿Pero entonces a qué dedicó Roberto Carlos su primer sueldo? El lateral recuerda que le compró una máquina de lavar a su madre, que hasta entonces tenía que limpiar en una madera. "Al mismo tiempo le compré una bicicleta a mi padre, fíjate la locura. Una bicicleta, no un coche", añade. Con esa bicicleta, su padre le acabó llevando a los entrenamientos o le iba a ver, algo completamente alejado de lo que a posteriori sería su realidad. Tanto que trabajaba de seis a diez de la mañana en una fábrica de ropa para que le diera tiempo a entrenar.

"Mucha gente piensa que cuando llegas al máximo en el fútbol te olvidas de la infancia, pero yo no lo hago porque hasta hoy cuando voy a Brasil, voy a mi pueblo y veo lo que hay ahí de alegría. La iglesia, la plaza, donde caminábamos en aquella época", asegura.

Precisamente por vivir en un entorno tan humilde, ha tenido que poner los pies en el suelo. La humildad fue abanderando su vida con el paso de los años hasta el punto de tener un férreo control a su fortuna: "Mi padre nunca me ha dejado relajarme. Cuando mejor jugaba o más títulos ganaba, más me pedía mi padre y más me cobraba. Sigue siendo una persona que me hace ser un hombre. Ser correcto porque la perfección no existe".

El privilegio no hace a un ser humano cambiar su identidad, hasta el punto de este sorprendente testimonio: "Guardo todo. Tengo las camisas de la Champions, las Copas, el Mundial, las camisetas de mis ídolos, las botas de Beckham, de Zizou, de Raúl, de Ronaldo. Mi padre las quiere vender. Las quiere vender todas. Yo le digo que no, que son mis cosas, las de mis ídolos y ahí las guardo".

Su salida del Real Madrid

Enlazando con un invitado anterior, Pedja Mijatovic, Josep Pedrerol le recuerda que este anunció en la charla que Roberto Carlos le dejó de hablar. El lateral prefiere meter algún matiz: "No, no, era más un tiempo... A los amigos hay veces que hay que darle un tiempo para pensar". El incidente en cuestión fue la salida del brasileño del Real Madrid, con este de director deportivo.

El tiempo había complicado la continuidad del mítico lateral, ya castigado por la edad, y Mijatovic fue uno de los principales valedores de dar un giro de timón y no seguir contando con él. Algo que ahora ya entiende mejor Roberto Carlos: "Creo que buscaba siempre lo mejor para el club. Él me dijo, más o menos, que había que tomar decisiones traumáticas y además, hacerlo con un amigo como yo era más complicado que con otros. Y que tuvo que tomar una decisión muy difícil. He convivido mucho con él y no tiene por qué estar preocupado porque los malos recuerdos no los llevo conmigo".

"Mi padre nunca me ha dejado relajarme. Cuando mejor jugaba o más títulos ganaba, más me pedía y más me cobraba"

Roberto Carlos exfutbolista

¿Pero cuánto tardó realmente en perdonar? "Tienes que tomar decisiones. Puedes pensar una cosa y luego hacer otra porque crees que es lo mejor para el club. No tengo nada, absolutamente nada contra él. Hoy vive al lado de mi casa y hablamos siempre, siempre le voy a tratar con mucho cariño. Yo no guardo rencor".

Aquella época, la de los Galácticos, provocó la dimisión de Florentino Pérez, que llegó a pronunciar que dimitía porque no consiguió educar a los jugadores. "Es muy difícil controlar un grupo con tanta historia junta y grandísimos jugadores. Dentro del campo fuimos compañeros, fuimos amigos. No hemos conquistado los títulos que queríamos, porque la presión era muy grande. No hemos conseguido aguantarla", reconoce. Para él, "es fácil" tener un vestuario con tantas estrellas... pero para los jugadores....

No tanto para el entrenador. Según Roberto Carlos, la clave de un técnico de un equipo de esta magnitud es entender cómo funciona un vestuario así, algo que en realidad no es tan sencillo: "Camacho no lo entendió. Yo hablo con él hasta hoy. Y me río muchísimo. 'Tú no hables...'. Él me dice siempre: 'Tú no me hables. No me hables porque tú eres el más comportado del vestuario'. Tenía que haber aguantado un poco más. Podía tener un poco más de tiempo y entender cómo era el vestuario, porque ha vivido en vestuarios así".

Su nueva labor como embajador

A día de hoy, Roberto Carlos ejerce de embajador del Real Madrid, por lo que es normal que mantenga un discurso institucional más plano. Pedrerol trató de buscarle las cosquillas, preguntándole sobre su opinión sobre las quejas del club sobre los árbitros. No se salió de la línea: "Toda decisión de club, yo trabajando, la entiendo y la acepto. Son cosas que pasan en el fútbol, pero cuando estás dentro del club... ¿Sabes el motivo, no? Y yo todo lo que haga mi club, lo aplaudo".

Sí resulta más contundente a la hora de denunciar lo que sufre y ha sufrido Vinicius con todo el tema del racismo. En su época, Roberto Carlos también recibió cánticos de esta índole, pero optó por ignorarlos y seguir adelante. Dos posturas tan válidas y legítimas como cualquiera, nunca hay que juzgar a la víctima. "En aquella época no existían tantas opciones como ahora, había tres cámaras y hoy 70. Vini es una víctima, lo vamos viendo de campo en campo. La gente le insulta y él va aguantando hasta que hace un caño, un sombrero, se divierte... y la gente le sigue insultando", comienza.

"Vinicius es una víctima de la sociedad que tenemos que cortar cuanto antes"

Roberto Carlos exfutbolista

Y realiza un duro alegato: "Vinicius es una víctima de la sociedad que tenemos que cortar cuanto antes. Es respeto a todos los seres humanos. Nosotros que somos insultados... Hay gente que no tiene educación ni respeto. Ya sale de casa preparado para el insulto. Y tú cuando recibes un balón, tienes que pensar. Yo cuando más me insultaban, más pedía el balón. Para que la gente se cansase de pitar. Yo quería que la gente sintiera que yo soy un ser humano. En el mundo del deporte no hay color. Repito, somos víctimas de una educación que no nos agrada en nada".

Vinicius y Mbappé

Roberto Carlos sabe mejor que nadie lo que es un vestuario repleto de egos, de estrellas, del máximo nivel. Por ello, mejor que nadie puede hablar de la compatibilidad en un vestuario de astros como Mbappé y Vinicius. Su respuesta es clara: "Se llevan muy bien. Yo tengo la suerte de ver todos los días los entrenamientos y ahí están los dos bromeando todo el tiempo. Durante un partido Mbappé ve la portería de frente y... Pasaba conmigo, estaba Raúl solo y no se la pasaba. Y me insultaba. Normal".

Pero esa tensión del momento, natural, no tiene nada que ver con lo que después se vive en la intimidad: "Cuando entro dentro del vestuario hay un ambiente familiar. El Real Madrid es una familia. Es una pena que la gente no ve los entrenamientos. La gente no puede ver todo el entrenamiento. Y yo que estoy ahí siempre, que veo lo que hay, digo, es una sensación muy parecida a mi época. Donde son todos amigos. Cuando utilizo la palabra familia, somos una familia".

Y en esa familia, por supuesto, siempre se rema en la misma dirección. El tema del Balón de Oro y Vinicius es un gran ejemplo: "Una pena lo que pasó. Ha venido un periodista, ¿no? Que ya no está más en la lista de votación. Algo raro ha pasado. Una pena".