Patxi Salinas, de un vestuario a El Conquistador: "Del programa vuelves al borde de riesgo de muchas cosas"
El que fuera jugador del Athletic explica su experiencia en el programa de supervivencia en TVE.

El fenómeno social de 'El Conquistador del Fin del Mundo' aterrizó hace unas semanas en RTVE, después de 18 años de vida en la televisión autonómica del País Vasco. Ahora, con Julian Iantzi y Raquel Sánchez Silva a los mandos, el programa afronta una nueva etapa con la dinámica de siempre: concursantes divididos en tres equipos que se someten a diferentes pruebas de gran exigencia física para determinar quién habita en qué parte de una isla y quién termina jugándose la eliminación, también, en una prueba final.
Cada equipo tiene un rostro conocido como capitán. Y uno de ellos es Patxi Salinas. El que fuera jugador del Athletic y Celta de Vigo afronta en la República Dominicana su tercera experiencia en un reality de aventuras. Hemos hablado con él para entender un poco mejor cómo un exdeportista de élite vive una experiencia así, qué parte de show y qué parte de aventura tiene el programa, y de qué le vale haber pertenecido o liderado el vestuario de un equipo de fútbol para lidiar con tanta presión.
Patxi, para tranquilizar a todos los que te ven semana tras semana en el programa, ¿cómo estás y cómo estás viviendo el éxito del concurso?
Estoy bien, tranquilo. El Conquis es un fenómeno social, de ahí las 19 temporadas. Yo participé en 2016 en el Amazonas y ahora pasar a RTVE es un salto enorme, brutal. Se ha dado a conocer (el programa) a nivel nacional y la repercusión mediática es brutal. Nada que ver con la ETB (televisión autonómica del País Vasco). Sirve para que la gente descubra un programa diferente, nuevo, real y, a la vez, muy duro.
¿Eres de los que ve los programas aunque ya sepa lo que ha pasado?
Por supuesto que lo veo. Mi familia no sabe nada de lo que ha pasado. No les he dicho nada. Me gusta mucho verlo porque cuando estás allí, en plena faena, ves lo que tú vives, pero no ves lo que hacen tus compañeros. Desde casa ves todo, tanto de tus compañeros como de tus contrincantes. Descubres qué han dicho, qué han grabado... Allí vives las asambleas (el último clasificado en la prueba grupal se somete a una asamblea en la que se eligen los nominados que acuden al duelo), pero del resto no sabes nada. A veces es sorpresa, alegría y otras decepción, pero eso es el programa.
Ya fuiste capitán en 2016 en el Amazonas. ¿Qué te ha motivado para volver a serlo?
Cuando vine del Amazonas (una de las muchas localizaciones en las que se ha grabado El Conquis) en 2016 dije que nunca más. Me pareció muy duro, porque vienes muy desgastado físicamente, psíquicamente e incluso a veces al borde de riesgo de muchas cosas... Pero cuando me dijeron que lo iba a hacer RTVE, dije 'no puedo decir que no, al menos tengo que hacer una más'. Es difícil, porque vas cumpliendo años, pero me siento físicamente bien, tengo la cabeza bien amueblada y es una aventura a nivel nacional. Es una aventura loca, terrible, pero a la vez muy divertida. En los momentos malos también sacamos ese punto de humor y merece la pena.
"Vienes desgastado físicamente, psíquicamente e incluso a veces al borde de muchas cosas..."
Exfutbolista y capitán del equipo azul¿A qué te refieres con "a veces al borde de riesgo de muchas cosas"?
Son unas condiciones extremas, por eso ha sido tal el fenómeno social en Euskadi, pero sabes a lo que vas. Yo vine con una fisura en una costilla y me fracturé otra, pero sabes a lo que vas. Allí te desesperas y te desahogas, pero sabes a lo que te expones. No te pilla de nuevo, pero quieres vivir la experiencia y asumir ese riego. Entonces es una situación muy dura. Pero algunos estamos muy locos y queremos vivirla. La gente de Euskadi (David Seco, Andrea Azkune, Joana Pastrana...) sabíamos a lo que íbamos, por eso los que se han sorprendido son los que no lo habían visto por televisión.
En tu caso, rol de capitán y a veces también de padre...
Sí. Cuando tienes un equipo joven, diferente, en el que nadie se conoce, es muy complicado. Cada uno hace su papel, viene de un sitio, nunca nos hemos visto y es difícil. Es complicado que estemos todos en el mismo camino. Mi labor es que el equipo esté unido y tomar las mejores decisiones. Hay que tomar las decisiones con mucha cabeza, meditando mucho las situaciones, ver qué le interesa al equipo en vez de a ti a nivel personal. Tienes que mirar siempre por el equipo.
Puede ser un día una prueba y saber que en unos días va a ser otra, sobre todo los que somos asiduos a verlo todos los años. Hay pruebas imposibles de ganar si pierdes integrantes del equipo. Este año la convivencia está siendo muy complicada en el equipo Korokote (azul), está siendo terrible, muy complicada. He visto situaciones difíciles de juego, pero nunca había visto algo así fuera del juego. Psicológicamente te afecta, tienes que estar preparado. Como capitán tienes que intentar que nadie de tu equipo abandone en momentos de bajonazo, que nadie diga 'me voy'. Eso yo no lo puedo permitir. Abandonar supone que el equipo se vaya al traste.
El tema de la inferioridad numérica, por ahora, no le está afectando a tu equipo, pero sí a las verdes (Atabey). ¿Influye mucho?
Claro. Tienes que intentar hablar con los chicos y chicas, decirles lo que hay. Subes y un día estás de subidón, eufórico, y al día siguiente estás triste y decepcionado, pensando que lo mejor es abandonar, porque no comes, porque no tienes agua, porque te ha salido un bulto en cierta parte del cuerpo y crees que puede ir a más. Te entra el miedo, pero tienes que convencerles de que es una montaña rusa. Que subiremos, que bajaremos, que en momentos de euforia tengamos tranquilidad y que en momentos de tristeza también tengamos tranquilidad. Que los comentarios no nos afecten, que la gente no es tonta y sabe quién es leal y humilde.
La gente tiene que tener empatía con nosotros. De siete noches, llevamos seis en el campamento infernal. La gente no se imagina las condiciones, no sabe lo duro que es. Por ahora en mi equipo no ha abandonado nadie.
Aprovecho que mencionas el campamento infernal para preguntarte por él. ¿Cómo es?
Solamente ir desde la barca hasta el campamento es una odisea, son 200 o 300 metros sin ver nada, sabiendo que cada paso que des es fango. No puedes salir tú solo, te van a tener que ayudar, perderás el zapato, tienes que buscar un sitio dentro del fango para acostarte y dormir tres o cuatro horas si eres capaz, pensando que los bichos te van a comer: las ratas, las arañas, los jejenes... absolutamente todo. Y al día siguiente tienes que estar fuerte porque hay una prueba y tienes que ganarla si no quieres volver al mismo sitio.
¿Se gestiona igual una situación complicada en el vestuario que una situación complicada en el programa?
Las condiciones cambian. Las condiciones en un vestuario son buenas, te juegas mucho, representas a un equipo, a una afición, a veces a un país, pero las condiciones son buenas. Pero allí (en el programa) pasas cinco o seis días sin comer nada, bebiendo muy poco, con un 100% de humedad y la sudoración es brutal. Lo de los bichos es terrible, te salen bultos por todos sitios, ves que la gente tiene la cara deformada... Pero tienes que gestionarlo, saber que eso luego se baja y que es algo que pasa. Y hay que gestionarlo desde la tranquilidad, desde la paciencia. Decirles que no tengan miedo, porque si les metes miedo acaban abandonando. No puedes permitirte que la gente abandone, porque hay pruebas que, sin gente, son imposibles de ganar, mismamente el Tronkoala (una modalidad de prueba) de la semana pasada en el que los rojos y las verdes pactaron. Y el pacto en El Conquis está completamente prohibido.

Ahora que has sido dos veces capitán en el programa, ¿entiendes las broncas de los entrenadores?
Cuando eres futbolista crees que el entrenador tiene la culpa de todo y le criticas por todo. Cuando no te pone, porque no tiene ni idea. Cuando pierdes, es su culpa. Pero cuando eres entrenador te das cuenta de lo injusto que has sido y de los errores que has cometido. Tu propio equipo te va a criticar, que por qué nominas a uno y no al otro, pero decides tú.
Tengo muy claro que prefiero equivocarme yo, que no que diez opinen, seis me digan una cosa y cuatro otra y tome una decisión porque lo dicen ellos. Allí he consensuado decisiones, he visto integrantes del equipo que me han sorprendido muchísimo, con una cabeza privilegiada. Yo tengo más experiencia por Supervivientes, pero ellos tienen mucha experiencia en otras cosas. El equipo me ha sorprendido gratamente.
¿A qué entrenador te pareces en el programa?
Hay un entrenador, aunque todos esperamos decir Guardiola y tal, pero hay un entrenador muy criticado siempre. Es Pepe Bordalás. Para mí es un entrenador brutal. Saca un rendimiento brutal a un equipo medio. Donde ha estado lo ha hecho genial. Es un tipo que lleva a los equipos a unos límites de todo, pero para sacar su rendimiento. Los lleva apretados, como a nosotros Javi Clemente, y fuimos capaces de ganar dos ligas y una copa. Cuando tienes esos entrenadores y estás con ellos es como que dices 'joder, cómo aprietan, chico'. Pro luego cuando acabas tu vida deportiva, dices 'joder, por qué no apretaría más, que hemos sacado partido a nuestras condiciones'.
Es muy fácil, cuando tienes un equipo con muchos millones y muy buenos futbolistas, criticar a uno que prácticamente no puede fichar a nadie. Por eso, Bordalás, incluso con la polémica con el Athletic. Me encanta su forma de trabajar, me encanta cómo saca resultados y, sin ser tan mediático como otros, se es muy injusto. Lo hace francamente bien y no se le reconoce. Y no le conozco de nada, no he hablado en mi vida con él, ni una palabra.
¿Qué características comparten un buen entrenador y un buen capitán de 'El Conquis'?
Sobre todo la honradez. Para que la gente crea en ti tienes que ser honrado, muy leal y muy justo. Si vas con estas normas, la gente te respeta. Ser honrado en tus decisiones y ser leal a tu equipo. Por eso me gusta Bordalás, porque reúne esas condiciones. Va con su equipo a muerte, se pone por delante para que la prensa le critique a él y no a los futbolistas, y eso también lo hizo Javi Clemente y sacó un partido brutal en sus años en el Athletic. Ganamos muchísimas cosas con él. Cuando haces eso, la gente dice 'bueno, igual no juego, pero es justo'. Yo cuando no he jugado porque el que lo hacía estaba mejor que yo, lo veía justo. Por eso creo que es tan importante ser honrado y justo.
Hemos visto el Tronkoala y la prueba del cerdo, otras que faltan como La Pared, ejercicios de yumar (ascender o descender por una cuerda), bulones... ¿Cuál es la más dura?
Hay pruebas que son realmente duras. Si tienes fobia a las arañas, a la altura, a la sangre... Hay pruebas que son muy duras. Mucha gente en su casa dirá que no lo haría ni por todo el dinero del mundo. Hay pruebas que dominas y otras que dominas menos, porque yo no soy ningún especialista en yumarear (ascender o descender por una cuerda), me defiendo en la escalada porque he hecho crossfit, pero no soy ningún experto. Para mí, lo peor es la convivencia en el campamento infernal (muy pobre). Son dos días sin nada, sin comida, sin bebida. No tienes dónde dormir. Hay humedad, pero no te puedes quitar la ropa porque te comen los mosquitos. Y son dos días ahí metido en un 10x10. Prefiero ir a duelos, llegar molido de las pruebas... Porque al final pasas el día, pero estar dos días en la selva, sin moverte y en esas condiciones, para mí es lo más duro.
¿Cómo te has preparado para esta edición?
El deporte es una parte fundamental en mi día a día. Voy al gimnasio todos los días, pero no haces esos ejercicios. Llevo varios años en crossfit y controlas algo de cuerdas, pero sabes que si vas al programa es más de un 50% y tienes que prepararte. Hay pruebas de cuerdas flipantes, y eso que ya ha habido varias, sobre todo a nivel individual.
"Días antes de entrar, comí más de la cuenta para ir con cuatro o cinco kilos más. Al final los pierdes"
Exfutbolista y capitán del equipo azulLo que no puedes hacer es llegar a El Conquis y que te pase lo que le pasó a Pepa (primera expulsada), que de una cuerda no puedas ni salir del agua. Te puede pasar en la semana 12 o 13, con poca fuerza y sin comer, pero si ya el primer día no eres capaz de subir ni un metro de cuerda, sabes que tu duración en el programa es mínima, igual que le pasó a Polvillo (segundo expulsado). Yo me he preparado a nivel muscular, he hecho trabajo de fuerza, más que nunca, y también crossfit por el tema de las cuerdas. Diez días antes de entrar, comí más de la cuenta para ir con cuatro o cinco kilos más. Al final los pierdes.
Lleváis seis días en el campamento muy pobre. ¿Cómo se gestiona eso a nivel mental? ¿Hay preparación ahí?
Cuando vas, no sabes qué equipo te va a tocar. Yo tengo una suerte, quizá porque he vivido en muchas partes, en España y en el extranjero, y es que tengo una capacidad de adaptación muy buena. Estuve 60 días en Supervivientes en Honduras, que se hacen eternos, luego 26 días en el Amazonas en El Conquis en 2016, y ahora aquí ha sido más corto, pero me adapto rápido en el día a día en la convivencia con grupos de gente que no conozco. La gente mentalmente igual es más débil. He estado en tantos sitios, en tantos equipos, que tengo esa capacidad y me sé gestionar yo mismo. Me creo una vida nueva cuando me toca marchar.
También sé pasar tiempo solo, que en El Conquis es muy importante. No tengo miedo a los bichos, a las ratas, serpientes... Tengo más miedo a otro tipo de bichos (risas), y no me importa dormir por ahí. Todos los que tengan 60 palos como yo sabrán a lo que me refiero. Antes nos íbamos por ahí de scout, a dormir a la intemperie en la montaña, buscándonos la vida. Nadie nos ha regalado nada y creo que mi generación se adapta mejor que las nuevas.
Iker, tu hijo, también estuvo en programa hace unos años. ¿Se sufre más concursando tú o viendo desde casa cómo lo hace tu hijo?
Cuando mi hijo fue a concursar, yo no lo sabía. Me llamó el día anterior y me dijo que se marchaba. Es un loco del deporte, entrenamos muchísimo juntos. Sufrí por él, pero estuve orgullosísimo. Pasó un casting sin que yo lo supiera, y yo podía haber llamado a alguien, pero fue por su cuenta y yo no tenía ni idea. Cuando lo vi, me sentí muy orgulloso. Hizo un concurso muy bueno, en las pruebas fue un titán y mantuvo siempre la compostura. Se fue por no amarrar bien un banderín, que eso es muy importante en El Conquis, pero sufres por él. Los padres pensamos 'si me tengo que romper un brazo, me lo rompo yo'. Prefiero que me pase a mí antes que a mi hijo. Es como que si le pasa algo no te lo vas a perdonar, y por eso sufres. Es duro, aunque es la mejor experiencia que ha vivido en su vida.
¿Qué tiene que tener sí o sí el ganador o ganadora de 'El Conquis'?
La persona que gane tiene que manejar muchas cosas. De cabeza fuerte, porque no es fácil aguantar, y cumplir bien en las pruebas. Hay pruebas de todo tipo, ser un siete en todas y en algunas ser un diez. Hay que dominar el yumar, una ascensión en tirolina, orientación con la brújula, las matemáticas para las coordenadas. También construir tu propia barca. Hay que manejar muchísimos conceptos. Una persona muy completa y tener la cabeza muy bien. No es fácil aguantar las críticas, vivir en el campamento muy pobre. Es tan extremo que me gustaría que la gente viviese un día en el infernal, sólo un día. Es muy duro.