Salva Ferrer aprende a vivir con un Linfoma de Hodgkin: "Mi objetivo ya no es saber contra quién juego el fin de semana"
El futbolista español, que juega en Chipre, confiesa que Kirian Rodríguez ha sido un espejo para él.

El 11 de noviembre de 2023, después de la importantísima victoria de su equipo, Salva Ferrer (Martorell, Barcelona, 26 años) publicaba una foto en su perfil de Instagram. "Tres puntos. El derbi es nuestro", se leía en el texto que acompañaba a la imagen del futbolista del Anorthosis Famagusta chipriota. Doce días más tarde del subidón, en la misma red social, el defensa anunciaba la noticia más dura de su carrera y esa que nunca se habría imaginado tener que comunicar: "Me han diagnosticado Linfoma de Hodgkin".
"Dos o tres días antes de un partido me noté un bulto en el cuello. Pensé que había dormido mal o que algún músculo se me había agarrotado. Me dije a mí mismo: 'No me voy a asustar, pero si pasan unos días y sigue, me hago una prueba'. Al ver que no se me pasaba me hice una ecografía. Los médicos me comentaron que no les gustaba lo que habían visto pero uno, pese a que le digan eso, piensa que no puede haber tenido esa mala suerte. 'No puede ser', te dices", relata el futbolista a Relevo.
La biopsia trajo los peores presagios. "Pero tuve suerte ¡eh! De todos los ganglios que tenía afectados por todo el pecho, el más grande era el que tenía en el cuello. Era el único que yo me podía detectar palpándomelo. De alguna manera mi cuerpo me dijo: 'Te lo voy a poner aquí para que te des cuenta y lo puedas detectar de manera precoz". Y es que a lo largo de todos estos meses, pese al varapalo, Salva ha aprendido a quedarse con el lado bueno de las cosas: "Es una lección constante de aprendizaje".
La preocupación por cómo se lo tomaría su familia
Sin perder esa sonrisa que siempre le ha acompañado y con la mirada de quien hoy mira a la enfermedad con ojos diferentes, Salva Ferrer acude a la redacción de Relevo para hablar por primera vez desde que anunció que padece un Linfoma de Hodgkin. Desde Barcelona, donde reside desde que se lo diagnosticaran para poder llevar la recuperación cerca de los suyos, el futbolista viaja a Madrid para asistir al curso de Dirección Deportiva que se imparte cada lunes en La Ciudad del Fútbol de Las Rozas. "Me ayuda muchísimo a desconectar de todo y a conocer a gente nueva. Hay quienes me conocen y otros que no porque llevo el pelo súper corto".

Transmitiendo en todo momento tranquilidad por su estado de salud ("si todo va bien me quedarán menos de dos meses de quimio y ya estaré limpio"), para Salva lo más difícil de todo este proceso fue pensar en cómo esta dura noticia podría afectar a los suyos. "Cuando me dicen lo del Linfoma de Hodgkin no paraba de preguntarme que por qué, que cómo podía ser. Siempre he sido una persona que me he cuidado mucho y he intentado hacer las cosas bien. Después de eso, en lo siguiente que piensas es en la preocupación que le vas a dar a los tuyos. Me sabía fatal hacerle pasar a mi familia por esto. Sabía que era una noticia que iba a hacerles mucho daño. Eso fue lo más duro porque aceptarlo, lo acepté bastante rápido. Cuando llegué a casa, sólo unas horas más tarde de que me lo comunicaran, me repetía constantemente: 'Acepta todas las noticias que te puedan dar'. Me preparaba siempre para lo peor".
Disputó su último encuentro el 10 de noviembre y el partido que Salva juega desde ese día está fuera de un terreno de juego. "No fue difícil tener que dejar el fútbol porque, ostras, ahora mismo hay algo más importante que eso. Mi objetivo ya no es saber contra quién juego este fin de semana o cómo es el delantero rival; mi propósito ahora es curarme y por eso es por lo que lucho cada día".
Desarrollando gran parte de su carrera en el fútbol catalán, en el verano de 2019 el defensa fichó por el Spezia procedente del Nàstic de Tarragona. Tras cuatro temporadas en Italia, este curso se encontraba cedido en el Anorthosis Famagusta. Titular indiscutible y en un muy buen estado físico, Salva, que a punto estuvo de recalar en el Real Madrid Castilla hace unos años, está convencido de que la enfermedad no le va a impedir renunciar a su pasión.
"Ni mucho menos veo mi carrera acabada. Espero jugar al fútbol muchísimos años más. Es por lo que estoy luchando. Esto me va ayudar mucho y me va a catapultar porque físicamente no va a dejarme ninguna secuela. Y por el contrario, a nivel mental me va a ayudar a gestionar muchísimas cosas que, sin una experiencia traumática como esta, nunca habría aprendido a saber gestionarla".
La llamada de Kirian Rodríguez
Inmerso en una montaña rusa de emociones ("muchas veces, cuando veo que me vienen los síntomas de la quimio, me hablo a mí mismo y me digo 'espabila"), el zaguero tiene en LaLiga el claro ejemplo de que se puede volver aún más fuerte. Kirian Rodríguez lo consiguió.
"Tenemos un par de compañeros en común en Las Palmas y cuando lo anuncié Kirian me mandó un vídeo y un par de mensajes. Fue súper bonito y tengo un recuerdo de él, en ese sentido, espectacular. No le conocía de nada y me ha demostrado su fuerza desde el primer momento".
El capitán de Las Palmas, que volvió a jugar en el último tramo de la temporada pasada después de 271 días alejado de los terrenos de juego por un Linfoma de Hodgkin, ha sido una de las grandes revelaciones del curso.
"He intentado ver un poco el camino que él siguió para volver. Es una inspiración brutal. De hecho, le llamé hace un mes en uno de mis días malos. No suelo pedir mucha ayuda, pero en aquel momento sentía que necesitaba que alguien me diese un poco de orientación. Le llamé para pedirle un poco de consejo y estuvo súper disponible. Le deseo lo mejor porque es una persona espectacular. Sin ningún tipo de necesidad me ha ayudado cuando lo he necesitado".
«Echo mucho de menos el fútbol»
Emocionado por todas las muestras de cariño que ha ido recibiendo, para Salva, quien a falta de las prácticas tendrá terminada la carrera de Enfermería, el apoyo de su pareja ha resultado fundamental: "Más que el hecho de que yo haya estudiado Enfermería, lo que más me ha ayudado es que mi pareja sea doctora y lo haya sabido llevar tan bien. Ha sido fuerte y para mí ha sido un sustento increíble".
Con ganas de volver a vestirse de corto ("lo echo muchísimo de menos, estoy constantemente mirando fútbol; ya necesito volver"), el catalán tiene un mensaje para todos aquellos que, al igual que él, están luchando por salir adelante. "Decirles que para mí son una inspiración. Sé lo que es sentirte en una nube o que el día esté gris y no salgas de ahí. Que saquen fuerzas de donde sea, porque luego acaba pasando y todo este aprendizaje que puedas sacar ahora con una enfermedad como esta estoy seguro de que les va a hacer unas personas súper fuertes. Si necesitan ayuda, hablar... pueden contar conmigo. Cualquier persona que esté pasando por un tratamiento así para mí es un ejemplo".
Feliz pese al duro varapalo que le ha dado la vida, a Salva nada ni nadie le va a quitar las ganas de salir adelante. Después de todo uno siempre tiene que dar las gracias. "Tuve suerte".