Sanción ejemplar para acabar con esta lacra: descenso de categoría al club donde un padre dejó inconsciente al árbitro
La Federación de Castilla y León baja al Capiscol: "Ha de actuar como garante del correcto desarrollo del encuentro".

El pasado fin de semana, un impresentable rompió la tregua que relativamente existía en el fútbol español con los árbitros y decidió agredir a un colegiado hasta el punto de dejarlo inconsciente. Cuatro días después del bochorno, el afectado continúa ingresado y el agresor ya ha sido puesto en libertad. Pero la Federación de Castilla y León ha intervenido aplicando una sanción ejemplar al Capiscol de 1.500 euros de multa y el descenso de categoría de Primera Provincial Cadetes a la inmediatamente inferior. Sí, en un partido de cadetes se llega hasta estos puntos.
El colegiado, que fue agredido por un padre de un jugador del Capiscol, sufre una fractura de huesos del cráneo (esfenoides y occipital), mandíbula y hombro. Además, llegó a quedar inconsciente por lo ocurrido. Afortunadamente, los cuerpos de seguridad pudieron detener de inmediato al agresor y procedió a su identificación. Bajo esta situación, el Comité de Competición ha tenido que acordar e imponer las sanciones en base a ello, ya que los lamentables incidentes impidieron que el árbitro pudiese redactar el acta.
EFE ha tenido acceso a la resolución, que es contundente contra el club implicado: "El Capiscol CF como entidad deportiva ha de velar no solo por la labor formativa y educativa de sus futbolistas, sino que además ha de actuar como garante del correcto desarrollo del encuentro, bien sea en sus futbolistas así como en sus aficionados que en este caso tienen especial relevancia ya que, al tratarse de categorías de menores, suelen ser padres y familiares".
📄 COMUNICADO OFICIAL
— CD Aranda Riber (@RiberCD) March 9, 2025
Desde el Club emitimos este comunicado para manifestar la máxima condena e indignación ante los graves hechos que se han producido esta mañana tras la conclusión del partido de categoría Cadete. #RespetoEnElDeporte #FutbolSinViolencia 🩵🖤 pic.twitter.com/8eN60J79Am
Es cierto que el Capiscol no puede ser responsable directo de que un padre pierda los estribos y realice una agresión de esta magnitud, pero sí tiene la obligación de garantizar la seguridad en su campo y, por ello, tiene que pagar las consecuencias. Por supuesto también las consecuencias penales que pueda tener el responsable, pero eso ya forma parte de un procedimiento judicial que va más allá de las resoluciones de Competición.
El Comité de Disciplina considera que debe adoptar una determinación modélica y define el castigo como "ejemplar, justo y aquilatado". Una forma de expresar que todo comportamiento tiene sus consecuencias y un precedente para que todo aquel que decida ir a un campo a pagar sus frustraciones sea consciente de que el castigo puede ser demoledor. Un padre que agrede a un árbitro verá cómo su hijo baja de categoría y quizás disfrute menos del deporte el siguiente año.
Aun así, esto no es ni mucho menos lo más importante. El Comité cree que los futbolistas de los dos equipos afectados pueden quedar marcados de por vida, ya que han vivido en primera persona cómo una agresión a un colegiado bien le ha podido costar la vida. Afortunadamente, parece que no será así, aunque días después, el afectado continúa ingresado en el hospital.
El padre ha quedado en libertad provisional y sin fianza, aunque tiene prohibido acceder a establecimientos deportivos con campo de fútbol bajo las medidas cautelares del juzgado. También se le impide acercarse a 500 metros de las instalaciones de un evento deportivo en el que participe su hijo o el club las dos horas anteriores y posteriores a la disputa de un partido. Más otros 500 metros de alejamiento con el colegiado.