CELEBRACIÓN DE LALIGA

Los secretos de la celebración del Real Madrid: la mala suerte de Camavinga y el puro de Ancelotti...¡que no es suyo!

Según pudo saber Relevo, al entrenador italiano no le gustan y le pide el suyo a un miembro del staff para la foto.

Carlo Ancelotti celebra con sus jugadores y un puro la 36ª Liga./@vinijr
Carlo Ancelotti celebra con sus jugadores y un puro la 36ª Liga. @vinijr
Jorge C. Picón

Jorge C. Picón

El Real Madrid tiñó de blanco las calles de la capital celebrando su 36ª Liga. Un tour completo que les llevó por la sede de la Comunidad, el Ayuntamiento y, por último, la visita más esperada a la plaza de Cibeles, donde decenas de miles de personas recibieron al equipo. Pero hubo mucho más. Las cámaras de televisión no captaron algunas imágenes que se perdió el gran público y que también formaron parte de la celebración.

Empezando por el puro de Ancelotti. Sí se vio al italiano posar junto a varios de sus jugadores con un puro que empieza a ser tradición en las celebraciones blancas. Pero lo cierto es que no es suyo. Según ha podido saber Relevo, el italiano se lo pide a otro miembro del staff para posar en la foto ya que realmente a Carletto no le gustan los puros. A pesar de ello, entiende la liturgia del momento y la realiza encantado.

Uno de los jugadores más animosos durante la calurosa mañana de domingo fue Eduardo Camavinga. Junto con el clan brasileño, Tchouameni o Bellingham no paró de hacer trastadas, sin parar de bromear. Ya al final, cuando los jugadores enfilaban el autobús que les llevaría de vuelta a la ciudad deportiva, el francés se acercó al público para celebrar, con tan mala suerte que pisó una caca de caballo. Rüdiger y Militao, que observaban la escena, se reían a carcajadas.

En la sede de la Comunidad, todo pasó sin sobresaltos. Durante la entrada, Joselu casi pasa sin saludar a Isabel Díaz Ayuso. Florentino Pérez tuvo que avisarle para que le estrechase la mano. Tchouameni llegó ayudándose de una muleta para caminar y acabó subiendo en ascensor al balcón para saludar a la afición. Fue el único de la plantilla que lo hizo, víctima de una inoportuna lesión en el pie. Florentino fue uno de los más aclamados y se quedó unos minutos firmando autógrafos y sacándose fotos con la gente antes de ir al Ayuntamiento.

Ya allí, el presidente entró junto a José Luis Martínez-Almeida. El alcalde de Madrid, atlético hasta la médula, se negó por enésima vez a ponerse la camiseta madridista que le regaló el club. Durante su discurso, el presidente de la entidad de Chamartín pidió a su gente de protocolo que le hiciesen llegar su discurso. Durante la salida, varios jugadores hicieron esperar al resto firmando autógrafos a niños. Entre ellos, Fran García, Bellingham, Modric, Rodrygo o Lucas Vázquez.

Llegada triunfal del Real Madrid a Cibeles.

Tras el Ayuntamiento, fuera las chaquetas, corbatas y camisas para enfundarse la camiseta de campeones. Se cambiaron a la carrera en un autobús para subir después al descapotado, que les llevaría de rúa por las calles de Madrid. Mientras terminaban de llenarlo, se escucharon cánticos de la afición. Entre ellos, el más repetido: "¡Modric, quédate!", aunque en esa ocasión también lo gritaron Kepa, Vinicius o Militao, mientras el croata levantaba la mano en señal de agradecimiento.

Desde el momento en el que subieron al bus, Joselu, otro de los más aclamados por los fans, sacó su lado más artista. El gallego portó en todo momento una cámara de fotos de carrete y se dedicó a capturar imágenes tanto de sus compañeros como de la afición. Se le vio radiante, consciente de que con su partido contra el Bayern se ha terminado de ganar a todo el madridismo.

Minutos antes de que llegasen los jugadores a Cibeles, con un poco de retraso, se entregó a los responsables la bufanda y la bandera que Nacho le pondría a la diosa. Le dio varios besos después de hacerlo y le avisó: "Espero vernos pronto otra vez", como dijo a los medios de comunicación. El canterano vivió uno de los días más felices de su carrera, emocionado en todo momento al haber cumplido un sueño.

En el ambiente, las ganas de volver a Cibeles dentro de tres semanas. Tratar de repetir la hazaña europea y que la presidenta, el alcalde y todo el madridismo les vuelva a recibir en Cibeles. "Esto no acaba aquí", comentaban mientras volvían al autobús que les dejaría en la Ciudad Deportiva. Ya se ha acabado la celebración, ahora toca pensar sólo en Wembley.