Las secuelas de una jornada como las de antes

Jornada de transistores y plataformas. Como las de antes, en las que se jugaban casi todos los partidos a la misma hora y cuando llegaban las dos últimas fechas, los saltos de estadio en estadio invocaban al infarto. Tampoco es que a esta penúltima cita se llegara con la clasificación abierta de par en par, pero por lo menos quedaban algunos asuntos por decidir. Por desgracia, el fin de semana próximo, última jornada de Liga en Primera, no podremos decir lo mismo. Por primera vez en la historia del campeonato está todo ya resuelto. Se conoce hasta el orden de los ocho primeros clasificados. Si acaso queda por saber quién será el portero menos goleado: Ter Stegen, Unai Simón o Remiro; quién será el máximo realizador, con Sorloth como claro favorito por sus tres goles de ventaja después de su exhibición ante Lunin... Y por buscar algún otro aliciente, descubrir si se llega a los mil goles que hace seis temporadas, ya sin Cristiano y sin Messi, que no se consiguen.
Llora el Carranza
El Ramón de Carranza, ese estadio que dejaba que se escuchara el pitido del tren todas las noches que se jugaba el trofeo que lleva su nombre, acaparó los focos y los micrófonos. El Cádiz no pudo alargar su agonía. Ni siquiera ganó, situación imprescindible para llegar vivo a la última jornada. Tras cuatro años en la élite, el periodo más largo de su historia, vuelve a esa Segunda de la que por su igualdad es tan difícil salir. Se consumó la debacle del fútbol andaluz. Ya estaban descendidos también Granada y Almería. La temporada próxima solo habrá fútbol de Primera en Sevilla y tampoco los dos clubes hispalenses están para montar otra Feria.
Güler aumenta la presión
El campeón tiró por la borda alcanzar su mejor registro defensivo de su historia. Los cuatro goles de Sorloth ensucian una temporada muy completa a la hora de proteger su área con 20 porterías a cero. Militao y Lunin quedaron retratados. El primero, porque sale en la foto de los cuatro goles amarillos y el segundo porque, sin ser culpable directo de ninguno, no los pudo evitar y la sombra de Courtois es muy alargada. Si había alguna duda, la final de Wembley será para Nacho y el belga.
La otra cara es la de Güler. Dos goles más y la sensación es que sus límites no son fáciles de trazar. Si ya no quería marcharse cedido la temporada próxima, ahora con sus seis goles en diez tiros a puerta, quedan pocos argumentos razonables para convencerle. La presión será para Ancelotti y no tengo ninguna duda de que sabrá cómo afrontarla, pero la realidad es que tendrá que hacer malabares para que Modric, Brahim, Güler... tengan un resquicio al lado de los Tchouameni, Valverde, Camavinga, Kroos. Un salvavidas puede ser que la temporada próxima con una Champions ampliada y un Mundial de clubes de postre en junio de 2025 te ofrece casi una decena de partidos más.
El Girona, el campeón de los mortales
Hubiera sido terriblemente irrazonable e improcedente que, al final, el Girona se quedara, como mal menor, sin la tercera plaza en la clasificación. Nadie había jugado como él para estar tan arriba. Es más, por virtudes balompédicas, merecía el segundo puesto. En su duelo con el Barça le ganó en los dos campos y todo lo que Michel demuestra tener claro en cuanto a conceptos futbolísticos se refiere, no los tiene Xavi Hernández. Desde hace muchos años se ha dicho que ser tercero en la Liga española era ser el primero, o el campeón, de los mortales. Se consideraba que Real Madrid y Barcelona, jugaban otra Liga, la suya por el título. Ahora, menos que nunca, se puede retirar el argumento. Pocos equipos en la última década han hecho tantos méritos para ocupar esa posición de privilegio.
San Mamés celebra; Mestalla protesta
Tarde también para las primeras despedidas de la temporada y para protestas populares contra los dueños o regidores de los clubes. Dos estadios históricos expresaron sus estados de ánimo. Mientras San Mamés despedía por enésima y última vez a Muniain y Raúl García, un gol cada uno; en Mestalla no terminó de triunfar el intento de vaciar las gradas como protesta por la gestión de Peter Lim. Se reprodujeron las protestas de los últimos meses fuera del estadio y también dentro, pero al final, entre las entradas regaladas, y que el aficionado valencianista ya está medio rendido, entraron más de los deseados. Eso sí, se fueron en cuanto el partido perdió su interés por el resultado.
El Metropolitano demuestra su hartazgo
El Atlético de Simeone nunca ha quedado cuarto en la Liga. Un dato que se ve acompañado de múltiples sensaciones. Al este equipo le quedan pocos pases, pocos capotazos, por recurrir a la terminología taurina. Cuando la afición del Atlético abandona su estadio antes de tiempo es que el 'atleticismo' comienza a estar harto de tanta palabra y tan poco hecho. Cansado de despedirse de la Liga en Navidad y de no dar un paso adelanto en las otras competiciones.
Ya nadie podrá esconderse debajo del ala del vecino de despacho. Ni la propiedad puede ampararse en el entrenador, ni el técnico en los que mandan y mucho menos los jugadores que saben que no pueden escudarse en las otras dos ventanas. La derrota ante Osasuna debe tener ciertas consecuencias y, en un momento determinado, podría ayudar a ampliar una renovación que el equipo pide a gritos.
El rodillo de Pep y el sentimiento de Klopp
En un fútbol tan global en el que los transistores de antaño han dado paso a la Inteligencia Artificial, la plataforma que ofrece la Premier nos metió en el salón de nuestra casa una tarde con mucho contenido emocional. Del cuarto Campeonato consecutivo para el City de Pep, situación jamás dada en la historia del fútbol inglés, se pasó a la despedida de Jurgen Klopp de Anfield. Lo primero, lo del poker de títulos de Guardiola, tiene un mérito extraordinario, pero no sé si las imágenes del técnico alemán frente a The Kop no tenían un valor sentimental parecido a los goles de Foden y Rodri.
Se va Klopp, ya sin gafas, después de nueve años y ocho trofeos. Como 'red' ha ganado todo lo que se puede ganar. Como si hubiera podido elegir los títulos: una Champions (2019); una Premier (2020); una Supercopa de Europa (2020); un Mundial de clubes (2020); una FA Cup (2022); dos Copas de la Liga (2022 y 24) y una Community Shield (Supercopa inglesa), 2023. El futuro sin él nunca será igual en Anfield. Por algo, en la historia del Liverpool, ya está sentado entorno a la mesa de Bill Shankly y Bob Paisley... con permiso de Kenny Dalglish y Rafa Benítez. Anfield emitió su veredicto. Ya es el tercer noble de su historia.