Una carta a la federación abre el melón del césped prohibido en Primera RFEF... pero no en Champions: "Puede generar conflictos sociales y éticos"
El Terrassa cuestiona la normativa existente en la categoría de bronce.

Cuando llega el calor y, con el buen tiempo, las jornadas decisivas en Segunda RFEF y las eliminatorias de playoff de ascenso, se reabre el debate sobre la obligatoriedad del césped natural en Primera RFEF, el equivalente a la tercera división nacional. Es un asunto recurrente, especialmente en Cataluña, donde la mayoría de clubes de la categoría no disponen de este tipo de superficie. Es el caso de Badalona Futur, Cornellà y Terrassa; también del Europa y el Sant Andreu, que actualmente ocupan respectivamente la primera y la segunda posición del grupo III y cuyas aspiraciones de subir son muy grandes, igual que lo eran hace justamente un año, cuando ya salió el tema a la palestra.
Este 2025, ha sido el Terrassa, que anda en media tabla, el equipo que ha abierto el melón con una carta abierta a la RFEF que tiene como objetivo "expresar su preocupación" en relación con este asunto. "Si bien comprendemos las razones que motivaron esta medida cuando se creó la categoría hace casi cuatro años, el contexto actual la ha convertido en una imposición obsoleta, poco práctica e incluso perjudicial para varios clubes", se arrancó el presidente Jordi Cuesta, firmante de la misiva, quien expuso los motivos por los que considera necesaria la revisión de una normativa que es "contradictoria con el fútbol de élite", teniendo en cuenta que, mientras la RFEF lo prohíbe, "la Liga de Campeones permite partidos en césped sintético", poniendo como ejemplo el caso del Young Boys suizo.
El primero que cita es el "desajuste entre los ingresos televisivos proyectados y la realidad actual", pues "cuando se instauró Primera RFEF, la federación estimó que cada club recibiría cerca de un millón de euros en derechos televisivos", y actualmente esa cifra ha caído a los 150.000 euros, lo cual la convierte en una competición totalmente deficitaria, tal y como denunció y argumentó en Relevo Lluis Fàbregas, presidente del Nàstic de Tarragona.
El Terrassa advierte también "incoherencia con la lógica de gasto mínimo" de Primera RFEF, cuya normativa "se basa en un modelo de costes contenidos", estableciéndose "salarios mínimos con los ingresos esperados". En ese sentido, "la obligación de cambiar el césped sintético por natural para los clubes recién ascendidos impone un gasto desproporcionado [por encima del medio millón de euros] que supera con creces estas previsiones de ingresos televisivos" e impacta directamente "en la estructura de los clubes y a su economía", pues es un modo de generar ingresos "por alquiler de instalaciones y hostelería".
✉️ 𝗖𝗮𝗿𝘁𝗮 𝗮𝗯𝗶𝗲𝗿𝘁𝗮 para expresar nuestra preocupación por la normativa que obliga a jugar los partidos de #PrimeraRFEF en césped natural
— Terrassa FC (@TerrassaFC) April 4, 2025
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El caso del Europa y el Sant Andreu
"Para equipos con un fuerte arraigo, como la UE Sant Andreu o el CE Europa, esta medida sería devastadora", pues podría forzarles a "trasladar sus entrenamientos o actividades diarias lejos de sus ciudades y eso les afectaría negativamente a su relación con la comunidad local y su identidad histórica". O lo que todavía sería peor, a jugar sus partidos de local lejos de casa; y es que a nadie se le escapa que en ambos casos gran parte de su identidad no se entiende sin el Narcís Sala o el Nou Sardenya, y que se marchen de ahí es precisamente uno de los grandes miedos de sus aficionados. Aunque, según ha podido saber Relevo, ni una directiva ni la otra está por la labor de exiliarse.
Ambos, además, son estadios municipales y cambiar el césped es una decisión que no les corresponde tomarla a los clubes. Hay que añadir que en ellos se entrenan centenares de niños a la semana y la superficie natural no aguantaría tanto trajín, con lo cual, esa posibilidad tampoco es la ideal… haciéndose evidente que ninguna alternativa parece realista a día de hoy y que un ascenso comportaría más de un dolor de cabeza para los clubes y el Ayuntamiento de Barcelona si la RFEF no modifica sus normas.
🚌 La UE Cornellà se recorría 250 kilómetros cada 15 días para jugar en 'casa'
— Marc Mosull (@marcmosull) April 15, 2024
🏟️ Es el equipo nómada de Primera RFEF: ya ha hecho de local en cuatro estadios distintos en lo que va de 2024
✍️ en @relevo https://t.co/ujjlNqbpO4
UE Cornellà, el equipo nómada
El Terrassa también cita el ejemplo de la UE Cornellà, que, como explicamos en este medio, el pasado curso hizo de local en hasta cuatro estadios distintos, llegando a jugar en Palamós, a más de 100 kilómetros de distancia. El equipo del Baix Llobregat, por cierto, terminó descendiendo y esta temporada va camino de volver a hacerlo, a Tercera RFEF. El caso del Cornellà y la carta del presidente egarense ponen de manifiesto el problema de fondo con sus estadios que tiene el fútbol catalán, donde apenas hay un puñado de instalaciones, menos de una quincena, aptas para competir en Primera RFEF. También el de la conveniencia de subir a la tercera categoría, que no pocos aficionados se plantean.
Por último, Jordi Cuesta también aprecia un "impacto medioambiental" en la normativa, puesto que "el césped natural supone un mayor consumo de agua", considerando que, en un contexto de sequías, "destinar grandes volúmenes de agua al riego de estos campos puede resultar contraproducente y generar conflictos sociales y éticos".
Las alternativas que ofrece el Terrassa
Con todo esos argumentos esgrimidos, el Terrassa propone hasta tres alternativas, en orden de preferencia: "derogar la obligatoriedad de la norma", "permitir a los clubes jugar en césped sintético a cambio de renunciar a los primeros 150.000 euros de los derechos televisivos, que serían redistribuidos entre los clubes con césped natural" y "aplicar la excepción de la opción B durante al menos una o dos temporadas, para permitir a los clubes una transición planificada y evitar un impacto negativo inmediato".
La entidad egarense está en contacto con otros clubes de Segunda RFEF "con predisposición de actuar de forma conjunta contra la obligación de jugar en césped natural en Primera RFEF". De momento, la federación no se ha pronunciado sobre el tema, recurrente cada primavera en el fútbol nacional; pero deberá hacerlo si Sant Andreu, Europa, Terrassa... o cualquier otro club sin un estadio dotado de césped natural logra el ascenso de categoría.