SEGUNDA FEDERACIÓN

La historia del Diocesano, el colegio que ha eliminado al Zaragoza de la Copa

El Colegios Diocesanos y el CD Diocesano empezaron como un equipo escolar y acabaron peleando en categorías nacionales.

Una pancarta del Diocesano, expuesta en el colegio./CD DIOCESANO
Una pancarta del Diocesano, expuesta en el colegio. CD DIOCESANO
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Nos dirigimos al otro lado de la pantalla: ¿has jugado en el equipo de su colegio? No nos llegará tu respuesta, al menos a priori. Pero la podemos intuir: sí. De baloncesto, de fútbol, escuelas de atletismo… Ya lo dijo Gabriel Jesús, narrando su dura infancia: "Jugaba torneos en el club de mi barrio por una lata de gaseosa. Para nosotros, eso era mejor que ganar la Copa Libertadores". Y así es. El gol que le marcaba la Clase B a la Clase A era el de Iniesta en la final de Sudáfrica. No se podía vivir de otra forma. Ahora, imagina por un momento que aquellos adolescentes o niños crecían y crecían ¡hasta jugar en la élite del fútbol español! Pero, espera, vamos un paso más allá: imagina que tu colegio juega la Copa del Rey y se carga al Zaragoza, que juega en Segunda División. Imposible, ¿verdad? Pues es real. Es la gesta que ha logrado este domingo el Club Deportivo Diocesano, conocido como Colegio Diocesano. Pero su historia colegial también se puede observar en España en otro club: el Colegios Diocesanos.

Ante todo, cabe recalcar que no se tratan del mismo club. De hecho, ni siquiera juegan en la misma provincia. En Cáceres lucha el Club Deportivo Diocesano, conocido popularmente como Colegio Diocesano. Fue fundado en 1965 y también impulsado por un obispo. En este caso, Manuel Llopis Iborra. Consideró que el deporte era la mejor manera de integrar a los jóvenes en el internado. Los niños llegaban al centro procedentes de pueblos de la provincia y debían afrontar la dificultad de vivir lejos de sus padres y adaptarse a un nuevo entorno. El fútbol fue un vínculo de unión para todos y fortaleció las relaciones más allá de lo escolar. Poco a poco, fueron formando un equipo de gran nivel, compitiendo de igual a igual con cualquiera de la región. Al igual que sucedió con el Colegios Diocesanos, el crecimiento del nivel deportivo hizo que se abriera el proceso de inscripción a otros jóvenes, no solo a alumnos.

Por el equipo han pasado futbolistas de gran nivel nacional. El mejor ejemplo es Manolo. Hasta los 14 años jugó en el colegio. Posteriormente, fue internacional en 28 ocasiones con la Selección Española y vistió la camiseta del Atlético de Madrid. Menos popular, pero no por tanto menos meritorio, es Javier Sánchez Franco. Su caso es más particular, ya que defendió al centro hasta los 17 años. Después, en fútbol sala ganó Ligas, Copas, Copas de Europa, Mundiales, Europeos, fue más de cien veces internacional… También jugó allí Burgui. Algunos de estos ejemplos les llevaron a firmar un convenio de colaboración con el Real Madrid, si bien la filosofía de bases modestas no ha cambiado. El CD Diocesano ha liderado su grupo de Tercera RFEF y ha sellado su ascenso a Segunda RFEF.

Es su lema, pero bien podría representar a los dos protagonistas de estas líneas: "Hemos jugado muchos partidos, ganando muchos de ellos, pero, ante todo, hemos ganado muchos amigos. Muchos han sido los éxitos de los equipos y jugadores que han pasado por el club, pero el mayor éxito es el recuerdo y simpatía de los que jugaron en el Dioce. Esta es la verdadera razón que nos da el aliento suficiente para continuar luchando por lo que siempre hemos trabajado: la formación social y el equilibrio personal de los niños, a lo largo de los años, a través del deporte". Con tal espíritu, no es necesario apuntar nada más.

El Colegios Diocesanos

El CD Colegios Diocesanos, igual que el otro, pero en plural, no en singular. Su aventura empezó en 1986. Sí, como el equipo de un colegio que ha llevado a cotas casi inimaginables. Será capítulo aparte, pero ¿qué me dices si cuento que firmaron un acuerdo de filialidad con siete Champions? Paso a paso. El club, de primeras, estaba adscrito al Colegio Diocesano Asunción de Nuestra Señora de Ávila y se conocía así, en singular. En las instalaciones del colegio se jugaba a buen nivel, por lo que padres y alumnos demandaban formar unas bases y competir contra buenos equipos de la provincia. En la plantilla entraban, sobre todo, estudiantes del centro, aunque ya abrieron la puerta a otros jóvenes de la provincia. El nivel de sus categorías era mayúsculo, metiéndose en varias ocasiones en la División de Honor Juvenil. El despunte hizo que se forjara un pacto con el Real Ávila, entidad más representativa de la ciudad.

La nueva denominación la adquiere años más tarde, tras su fusión con el Colegio Diocesano Pablo VI, a iniciativa del Obispo de Ávila, Jesús García Burillo. A partir de entonces, se le conoce como Colegios Diocesanos. Aquella unión implicó el fortalecimiento de las bases del club, que goza de unas categorías inferiores envidiables con casi una treintena de equipos. Tanto es así que llega el gran momento: acuerdo de filialidad con el AC Milan. Sí, el reciente campeón de Italia, monarca de siete Copas de Europa y uno de los clubes más reconocibles en todo el planeta. Recuerden: hablamos de un colegio. Ante el inevitable despegue, la entidad apostó por potenciar también sus otras secciones y crear nuevas: baloncesto, pádel, atletismo… Cuando se habla a estos niveles, es evidente que no todos llegan. Por ello, se ha apostado por formar un equipo en categoría de aficionados para ellos, para seguir disfrutando del deporte sin olvidar sus orígenes. El primer equipo ha quedado colista del Grupo VIII de Tercera RFEF. Hace dos temporadas vivió también la experiencia inolvidable de jugar la ronda preliminar de Copa del Rey ante el Racing Rioja. Perdieron por tres goles a cero, quedándose a un paso de lograr lo imposible: que un colegio jugara contra un rival de Primera División. Ahora, se han alejado de las categorías nacionales. Dos colegios: de la base a la élite.