DEPORTIVO ALAVÉS

Julen Jon Guerrero da un paso atrás en busca de su obsesión

El hijo del mito rojiblanco rompe su cesión en la Roma y llega al filial del Alavés traspasado tras no encontrar acomodo en el fútbol profesional.

Julen Jon Guerrero posa tras la oficialidad de su fichaje por el cuadro vasco. /Deportivo Alavés
Julen Jon Guerrero posa tras la oficialidad de su fichaje por el cuadro vasco. Deportivo Alavés
Patxo De la Rica

Patxo De la Rica

Julen Jon Guerrero (Bilbao, 14 abril de 2004) ya es propiedad del Alavés. Solo unos meses después de llegar cedido desde el Real Madrid a la estructura de la Roma, el hijo de la leyenda rojiblanca ha tomado una decisión que será clave en su futuro. Con 19 años, muchos focos, titulares y presión mediática por el apellido que le acompaña, el carismático zurdo aterriza en Vitoria para jugar en el filial babazorro, cuarto clasificado del Grupo 2 de Segunda Federación, en busca de un impulso a una carrera que se ha estancado en los últimos años cuando parecía el momento de dar el paso definitivo.

Lo hará intentando alejarse del ruido que ha reinado en su trayectoria. Desde que comenzó a deleitar en Málaga y sobre todo desde que firmó por el Real Madrid, su nombre apareció en las quinielas de todos para ser una próxima estrella. Más aún en Bilbao, donde la afición lleva años pidiendo su incorporación, soñando con volver a ver un Guerrero vestido de rojiblanco y deleitando a San Mamés. Una situación que no le ha ayudado, o así lo creen desde su entorno, ya que todos sus movimientos han sido analizados con mucha más lupa que cualquiera de los de sus compañeros en las categorías inferiores del conjunto blanco.

Algo se rompió la pasada temporada, ante la decisión de los responsables de Valdebebas de que continuase en el Juvenil. El zurdo decidió buscar suerte fuera a mitad de temporada. Entonces se decantaron por la cesión como fórmula, escogiendo Amorebieta como un refugio para que Julen Jon se reencontrase futbolística y también personalmente en un club vizcaíno. Regresó a casa, aunque se le blindó del entorno sin conceder entrevistas y sin exponerle demasiado. La fórmula funcionó por momentos, convirtiéndose en uno de los mayores goleadores de los azules en un curso en el que terminaron ascendiendo, precisamente en Lezama, aunque no tuvo todos los minutos que se esperaba.

Sin embargo, el Real Madrid tenía claros sus planes. Desde las oficinas blancas entendieron que su marcha era la única vía posible. En el Castilla no había sitio, sin feeling con Raúl y con otros futbolistas como Nico Paz o César Palacios como principales apuestas, y mantenerle en el Real Madrid C compitiendo en Tercera Federación era una solución que no contentaba a nadie. Fue un verano de muchas llamadas y ofrecimientos, pero no encontró acomodo en el fútbol profesional.

El Athletic Club, que ha monitorizado su crecimiento, entendió que tampoco debía afrontar la operación. Simplemente consideraron que la posición estaba cubierta con jugadores como Sancet, Unai Gómez (2003), que ha explotado ya en el primer equipo, o Peio Canales (internacional sub-19). Más aún siendo un traspaso y teniendo que realizar un desembolso económico, por lo que no estuvo nunca sobre la mesa el incorporarle y se dejó pasar la oportunidad.

Su nombre también estuvo sobre la mesa de otras direcciones deportivas, primero buscando acomodo en Segunda División, pero Eibar y Amorebieta entendieron que pese a su calidad, todavía debía seguir fogueándose. Incluso hubo contactos con Sestao y Lugo, pero se apostó por una de las vías más complejas: buscar triunfar en un fútbol físico como el italiano, en la plantilla sub-19 de la Roma y con José Mourinho como entrenador del primer equipo. "Es demasiado pronto", dijo el portugués sobre un posible debut del ya ex jugador del Real Madrid.

Y ahí, cuando parecía estancado en Roma, apareció el Alavés. "Han mostrado mucho interés, tanto Sergio Fernández como la dirección deportiva", reconoció el propio Julen Jon en el anuncio de su fichaje por el Alavés. Una decisión clave en su vida, ya que se ha desvinculado del Real Madrid para firmar un contrato con el conjunto babazorro hasta el próximo 30 de junio de 2025. "Tengo mucha ilusión de llegar aquí, de entrenar con el equipo, porque es un club muy bueno para seguir creciendo, seguir progresando y seguir mejorando".

Pese a descender de categoría respecto a la temporada pasada, entienden que es una gran oportunidad para poder destacar en el filial y estar cerca del primer equipo. La mejor opción para seguir con la obsesión que tiene el zurdo con jugar en Primera División cuanto antes. "Ir día a día y poco a poco hacerme un hueco en el equipo", sueña Guerrero, que se definió a sí mismo como "un futbolista distinto, con gol, con llegada y carácter". Ahora tendrá que demostrarlo para intentar ganarse una oportunidad de Luis García Plaza.