El Lleida que "tocó el cielo" llegó "al fondo": una refundación, un estadio donde "vivían gatos" y un propietario en los tribunales
La entidad desapareció en 2011, se refundó y volvió a estar cerca en 2022 hasta que Luis Pereira la compró y le dio estabilidad.

La Unió Esportiva Lleida que "tocó el cielo" hace 30 años ya no existe. Desapareció en 2011 después de un colapso económico que le abocó a la refundación. Estaba en Segunda B y Sisco Pujol adquirió la plaza bajo el nombre de Lleida Esportiu. Lejos de que se arreglaran sus problemas, se agravaron, especialmente cuando los hermanos Esteve se hicieron con el control de la propiedad. "Caímos, tocamos fondo. El panorama era desolador".
Lo explica con convencimiento Vicente Javaloyes, director general y uno de sus salvadores junto al empresario gallego y exjugador del club Luis Pereira. Aterrizaron un 26 de enero de 2022 y lograron reflotar la entidad. "Nos encontramos jugadores que no cobraban desde hacía meses, denuncias, un estadio en el que vivían gatos, palomas, había goteras, estaba abandonado... Un club en deudas con la Seguridad Social, Hacienda, jugadores y proveedores", añade.
Los antiguos propietarios están acusados por la Fiscalía por desvío de fondos: los documentos presentados por la Agencia Tributaria imputan al expresidente y expropietario Albert Esteve y afirman que se hizo con 1,1 millones de euros en efectivo procedentes de las cuentas bancarias del club ilerdense. Un pasado oscuro que ahora cambia de tonalidad, con un club que busca el ascenso a Primera Federación con todo lo que eso conlleva y que mira al pasado con nostalgia pero con ganas de revivirlo. "Nuestro proyecto era estar en cinco años en el fútbol profesional de nuevo", cuenta el director general.
La situación del Lleida Esportiu ha mejorado con creces. "Ahora podemos pagar a todos los jugadores". Pero no está para tirar cohetes por la herencia recibida. "Las negociaciones más complicadas son con la Agencia Tributaria, pues la deuda es de unos dos millones de euros. A los proveedores ya los hemos liquidado", cuenta. El presupuesto de la temporada asciende a 1,2 millones de euros y, en caso de conseguir el ascenso, se debería aumentar a 3,5 millones para poder competir con garantías. "Si eso se produce esperamos que nos ayuden tanto las instituciones como la masa social", cuenta.
"Tuvimos que invertir unos 170.000 euros en mejorar las instalaciones"
Director general del Lleida EsportiuLos ingresos de un club de Segunda RFEF son limitados. Están los abonos (actualmente hay 2.500), un pequeño pago de la televisión y los patrocinadores, que han estado al lado del equipo y han ayudado a invertir en la reparación de los daños causados por la inacción en las instalaciones del Camp d'Esports y los anexos, como explica Jovaloyes: "Tuvimos que invertir unos 170.000 euros en mejorar el césped, montar un gimnasio al lado del campo de entrenamiento y otras mejoras".
Uno de los problemas que afronta el club y que afectan a su balance es el mantenimiento de las instalaciones, que son municipales, pero con un convenio en el que es la entidad quien se hace cargo de unos costes que ascienden a unos 8.000 euros mensuales. "Las relaciones con el ayuntamiento son buenas. Los tenemos en el palco cada dos semanas. Entiendo que con los antiguos propietarios no lo fueran", apunta Javaloyes.
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— Lleida Esportiu (@SalvarLleidaEsp) March 4, 2024
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La plantilla, entrenada por Ángel Viadero, está en estos momentos en segunda posición del Grupo III de Segunda RFEF, a tres puntos del líder, el Badalona Futur. Cuenta con jugadores como Óscar Rubio, de 39 años, un emblema que ha jugado en otros conjuntos como Elche o Nàstic, e hijo de Miguel Rubio, el que fuera el goleador hace 30 años de la victoria de la UE Lleida en el Camp Nou. También juega Jon Bakero, hijo de José Mari, internacional y exjugador del Barcelona, entre otros.
También cuenta con jóvenes jugadores que forman parte del radar de Luis Pereira, el propietario. Una persona seria que viene al Lleida a invertir, como el cien por cien de los dueños, pero a ayudar a la entidad a volver a la elite. En la plantilla hay dos colombianos, dos nigerianos, un italiano y un portugués.
Lleida es una capital de provincia donde otros deportes como el baloncesto, el hockey patines (ha jugado Champions) o el voleibol compiten en categorías más elevadas, pero "el fútbol es el fútbol". En los últimos años se han tenido que conformar con partidos de Copa ante equipos como el Atlético de Madrid o de ver finales de la Copa Catalunya entre Barça y Espanyol. Pero el Lleida, paso a paso, quiere volver a vivir esas experiencias algún día con la lección aprendida: "Tocamos el cielo y ahora estamos en el fondo".