El sueño de un ascenso, desde dentro: 1.200 kilómetros en autocar, bengalas e invasiones de campo
Hércules, Badalona Futur, Lleida, Europa y Sant Andreu se jugaron sus posibilidades de subir de categoría en una jornada histórica.

"Me he levantado a las 2 de la mañana para ver al Hércules", comentaba medio dormido uno de los 200 aficionados herculanos que se desplazó ayer en autocar desde el Rico Pérez de Alicante hasta Vic para acudir como visitante al partido de su equipo en el campo del Badalona Futur. Salieron pasadas las 3:30 de la madrugada, con más de media hora de retraso respecto al horario previsto, y el partido comenzó a las 12 del mediodía, al igual que el resto de encuentros de la penúltima jornada -unificada- de Segunda RFEF. Entre medias, 600 kilómetros, más de siete horas de viaje -solo de ida- y muchos cánticos. "Este año hemos enganchado a mucha gente joven que no ha vivido las buenas épocas del club. Tenemos que subir y salir de esta categoría para que sigan viniendo", contaba una voz autorizada desde la parte de atrás del autocar. Y es que no hace tanto, apenas 14 años, el Hércules fue capaz de ganar al Barça en el Camp Nou en partido de Liga.
El día amaneció con el Hércules, líder de la categoría con apenas un punto de margen sobre el Lleida, dos con respecto al Europa y tres sobre el Badalona Futur. El Sant Andreu, quinto clasificado, tenía cinco puntos menos que los alicantinos. A falta de dos jornadas, los cinco equipos podían ser campeones. El que lo logre, ascenderá de forma directa; el resto irán a play-off. Y este domingo, había dos enfrentamientos directos. De locos.
Mientras los autocares del Hércules, ya en tierras catalanas, circulaban hacia Vic, los del Europa lo hacían en dirección contraria. Se dirigían a Lleida.
- ¿Cuál crees que es el desplazamiento más mítico que hemos hecho?
- El año pasado al campo del Sant Andreu, el día del gol de Ricki Vidal en el 95'.
- Bufff. Sí, claro. El gol que más he gritado en mi vida.
En el interior de un SEAT Ibiza medio destartalado, piloto y copiloto rememoraban el empate del Europa en el Narcís Sala la pasada campaña, a la postre decisivo para el ascenso directo a Segunda RFEF. Salieron en coche del barrio barcelonés de Gràcia a las 8 de la mañana, a la misma hora que los tres autocares de aficionados europeistes que, partiendo desde el Nou Sardenya, tenían como destino el Camp d'Esports para ver a su equipo contra el Lleida. Se esperaban más de 400 seguidores eskapulats en la capital del Segrià en uno de los desplazamientos más masivos de la temporada.
A las 9 de la mañana ya había empezado la previa local en el Carrer del Doctor Fleming: cerveza, pacharán y orujo mañanero como remedio al día gris que acompañaba al último partido en casa de liga regular. En la barra del bar, dos veteranos de mil batallas se cuestionaban si preferían que, en el otro cruce directo del día, ganase el Hércules -líder y rival del Lleida en la última jornada- o el Badalona Futur -un club que será rebautizado como Atlètic Lleida y que jugará en la ciudad la temporada que viene-. Acordaron que lo mejor era un empate.
Bufandas al viento y bengalas de humo
Esta semana el club lleidatà lanzó una promoción para llenar el estadio: entradas a partir de cinco euros. Y la afición respondió: el sábado ya se colgó el cartel de sold out en Gol Nord. El recibimiento a los jugadores confirmó que era día grande en una ciudad que hace 30 años fue de Primera: pogos, bufandas al viento y bengalas de humo que tiñeron de azul el cielo brumoso de Lleida en un día que se preveía histórico. Mientras los futbolistas iban entrando por su propio pie al estadio entre la marabunta que los vitoreaba, a escasos metros del meollo, centenares de personas hacían cola para comprar una entrada. Nadie quería perdérselo.
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A las 10:30 llegaron los buses de los aficionados del Europa, que se entremezclaron sin ningún tipo de problema con los seguidores del Lleida. Faltaba hora y media para el comienzo del partido, aún había tiempo para hacer la última. O la penúltima.
Un poco más tarde, aparcaron los autocares de aficionados del Hércules en Vic. Pese al madrugón y los más de 600 kilómetros recorridos, el ánimo y la voz se mantenían intactos. La lluvia, que no cesó durante toda la mañana, le dio tintes todavía más épicos a la jornada. Nada más bajar del vehículo, pusieron color al día con sus bengalas, también de tono azul. A pesar de algunas complicaciones en el acceso, consiguieron entrar antes del inicio. Como era de prever, los herculanos hicieron mucho más ruido que la hinchada local, más bien escasa. El Badalona Futur es un club de reciente creación, pero en lo deportivo lo está haciendo muy bien: ha sido líder sólido durante buena parte de la temporada y ha ganado la Copa Federación.
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A las 11:30 de la mañana la parte de la Rambla de l'Onze de Setembre de enfrente del Narcís Sala estaba medio vacía, del todo inusual. El agua que caía en Barcelona y las ínfimas posibilidades de ascender de forma directa que tenía el Sant Andreu, que jugaba contra el filial del Valencia, no ayudaron. Pero de a poco, empezó a formarse cola para entrar al gol norte, una de las gradas más animosas de toda la categoría. Sí, habría ambientazo. Como ya es costumbre, alguno intentó colar con éxito latas de cerveza en el casco o la mochila. Y es que está prohibida la venta -y consumo- de alcohol hasta Tercera RFEF -incluida-, y en el Narcís Sala, a diferencia de lo que sucede en otros campos de Cataluña, los tiradores Sin son verdaderamente Sin Alcohol.
A las 12 en punto arrancó la jornada. La suerte estaba echada.

El fútbol popular tiene tirón
Si el lanzamiento de la camiseta Meyba del Sant Andreu causó furor, la zamarra retro con la que jugó ayer el Lleida, que rememora el ascenso a Primera del 93, también fue un auténtico boom. El club la puso a la venta hace algunas semanas y se agotó en apenas tres horas. Son muchos los que la lucieron en el fondo norte; allí mandan los Rudes, y su grada rugió como nunca. "Una ciutat, un sol equip", cantaban a modo de reivindicación. Sorprende la cantidad de niños y adolescentes que vivieron el partido de pie en esa zona, lo cual demuestra que la entidad está muy arraigada a su ciudad y que vuelve a estar de moda entre los más jóvenes. Lo mismo sucede con el Europa en la vila de Gràcia, el Sant Andreu en el Palomar, y el Hércules en Alicante. El fútbol popular tiene tirón: en el Lleida-Europa se citaron 10.512 espectadores, más que en el Almería-Getafe de Primera División que se jugó el sábado.
10.512 🏟️👥
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👏🏻💙 ENS VEURAN TORNAR pic.twitter.com/jFu5tnzokG
El primer gol de la mañana llegó en Vic, de penalti y de parte del Hércules, más líder. Los más de 600 alicantinos que copaban el lateral del Hipòlit Planàs estallaron de alegría. En el Camp d'Esports y el Narcís Sala se corrió la voz en seguida. Más de uno y de dos estaban en la grada con el Carrusel de Segunda RFEF de BTV en el móvil o escuchando el Marcador Catalunya de Ricard Vicente, un clásico. Antes de las 12:30 empató el Badalona Futur, todo quedaba igual que al comienzo. Y así, hasta la media parte.
Algunos aficionados del Europa aprovecharon el descanso para ir a tomar una cerveza en Doctor Fleming -está enfrente del gol sur donde se ubica la afición visitante en Lleida- mientras en el videomarcador aparecía Maradona haciendo toques al ritmo de Live is life. Otros prefirieron fumarse un cigarrillo; aunque a juzgar por el olor, no todos pitaban solo tabaco. La primera parte en Lleida, al igual que en el Narcís Sala, fue un tostón. Durante el entretiempo, en Sant Andreu, Desperdicis vendía fanzines y material del grupo en las entrañas de su estadio, en un sitio de paso para los que iban al baño. Por cierto, es toda una experiencia visitar esos lavabos; no hay una baldosa libre de pegatinas.
💙🤍 Buen viaje de vuelta a la terreta, AFICIÓN pic.twitter.com/qQ5Mg0zDPR
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Sonaba por la megafonía la intro del Equipo A mientras los jugadores saltaban al césped del Camp d'Esports. El exárbitro Estrada Fernández, concejal en la ciudad, se lo miraba desde el palco del estadio. En el Gol Nord de Sant Andreu estaba Albertito, capità andreuenc, que ayer, desconvocado, vio el partido de su equipo en la popular, de pie, como cualquier otro tarat del Palomar; fútbol de barro. En Lleida, regresaron a su zona los seguidores eskapulats, que en aquel momento no eran conscientes de lo que se les venía. Y arrancó la segunda parte.
Javi Eslava la monta en Lleida
Apretó y de lo lindo el Badalona Futur, pero Carlos Abad sostuvo al líder. "Es el mejor portero de la categoría sin ninguna duda", se comentaba ayer en Osona. Y en esas que Javi Eslava, del Europa, lo hizo saltar todo por los aires con una gran jugada personal culminada con una asistencia a Adri Gené, que marcó el 0-1. Eslava, que es un tipo visceral y con una conexión muy especial con la grada del Nou Sardenya, se lanzó en plancha encima de los aficionados visitantes, desatados, sin tan siquiera felicitar al goleador. Cosas del fútbol, Adri Gené nació en la terra ferma y se formó en el Lleida. A media hora del final, el Europa, que arrancó la jornada en tercera posición, se colocaba líder y con la posibilidad de depender de sí mismo en la última fecha jugando como local. A más de un europeista casi le da un infarto.
En Vic se percataron de que, de terminar así, el Hércules no dependería de sí mismo. El rival ya no era el Lleida, sino un Europa que es un rodillo en su estadio -está imbatido como local-. Y Marcos Mendes, un futbolista que siempre rinde cuando actúa como revulsivo, desató la locura a diez minutos para el final. Ese gol, el 1-2, justificaba los más de 1.000 kilómetros recorridos en un día, el frío, la lluvia y los 25 euros de la entrada. Lo compensaba absolutamente todo.
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El Lleida reclamó un penalti a Juan Agüero en el 87' que el árbitro no señaló, y entre Cano y el guardameta Pau Torres frustraron los últimos intentos locales, desesperados al ver que se les escapaba la posibilidad de ascender de forma directa. La victoria del Europa unida a la de los herculanos ante el Badalona Futur, deja a los alicantinos con dos puntos más que el conjunto eskapulat, el único que le puede arrebatar la primera posición. El Lleida, con 58 puntos, está cuatro puntos por debajo del primero, dos por encima del Badalona Futur, cuarto, y con una distancia de tres respecto al quinto, un Sant Andreu que ayer no pudo pasar del 0-0. En siete días, se viene otra jornada de desfibrilador. Si el Europa gana, el Hércules también debe hacerlo porque tiene el goal average particular perdido. Y el Lleida, que quiere amarrar la tercera plaza, no se lo pondrá nada fácil a los alicantinos.
🗣️ "Força l'Eurooo-pa!" 😍🫶🏼#futbolcat #ViladeGràcia #SagradaFamília #2RFEF3 pic.twitter.com/Q0mQHAQAfV
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El Europa, que fue líder durante 15 minutos, lo celebró sobre el césped del Camp d'Esports como si del campeonato se tratara. Y es que, ser segundos y definir un hipotético play-off en casa, también es un premio mayor en el caso de que el Hércules no falle.
😍🫶🏼 Ser de l'EUROPA és l'hòstia ‼️#futbolcat #ViladeGràcia #SagradaFamília #2RFEF3 pic.twitter.com/X0BpXDwct2
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Mientras el lleidatà Ton Ripoll se lanzaba al suelo abatido tras el pitido final enfrente de dos niñas que lloraban desconsoladas, Eslava volvió a saltar encima de los aficionados del Europa como si fuera una estrella de rock. Le siguieron el resto, que terminaron cantando, abrazados junto a los seguidores graciencs en una imagen que ya es histórica para el club, pura comunión, y en una mañana que, para muchos de los desplazados, está a la altura del día del gol de Ricki Vidal al Sant Andreu.
ESTO ES INCREÍBLE 🔥⚒️ pic.twitter.com/12wn5EV5XT
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El festejo del Europa estuvo al nivel del de los seguidores del Hércules, que invadieron el césped del Hipòlit Planàs para estrujar a sus ídolos cuando terminó el encuentro en otra de las estampas de la temporada en el grupo 3 de Segunda RFEF. Los aficionados herculanos que viajaron en autocar decidieron salir de Vic, sin almorzar, para llegar a Alicante antes que el autocar del equipo. ¿La razón? Recibir a sus jugadores -en ningún caso antes de las diez de la noche- en el Rico Pérez tras la gesta de ayer. No traten de entenderlo.