La Selección y Bryan Zaragoza se dan otro pequeño baño de masas

La Selección española ha completado este lunes su primera sesión de trabajo en una semana importante, con partidos ante Escocia (jueves, 20:45) y Noruega (domingo, misma hora) que pueden certificar el pase a la próxima Eurocopa… o complicarlo. Como suele ser habitual con Luis de la Fuente, el entrenamiento se celebró a puerta abierta y alrededor de medio centenar de aficionados se acercaron a la Ciudad del Fútbol para ver de cerca a sus ídolos. A diferencia de jornadas anteriores, en las que algunos seguidores llegaron a quedarse fuera al cubrirse el aforo, esta vez La Roja generó menos expectación.

Los ejercicios estuvieron más enfocados a la recuperación que a lo táctico y tuvieron en Bryan Zaragoza a su gran atracción. El extremo del Granada se consagró con su doblete ante el Barcelona y vivió un día ajetreado en su estreno con La Roja: cogió el primer tren a la capital a las 06:00, fue de los primeros en incorporarse a la concentración y recibió el cariño de los seguidores, entre ellos de algún curioso con la camiseta del equipo nazarí. "¡Se merecía la convocatoria como nadie! Ya no existen regateadores como él", proclamaba a este medio Raúl, un hincha granadinista afincado en Madrid.

Los datos confirman sus sensaciones: no hay nadie en LaLiga que drible más que él (28 quiebros, por los 21 de Sávio) y sólo Bellingham (ocho goles) marca más que el malagueño (cinco tantos). Entre sonrisa y sonrisa, Bryan, muy cerca de Balde, Nico Williams y Ferran Torres, atendió a todos los que esperaban su firma tras conversar durante unos minutos con el seleccionador. Hace apenas un año era suplente en Segunda y ahora vive un sueño.

La otra cara de la concentración era Lamine Yamal, que según su club sufrió "una lesión en el psoas ilíaco de la pierna izquierda" en el encuentro de este domingo contra el Granada. A pesar de eso, el barcelonista viajó hasta Las Rozas para ser evaluado por los servicios médicos de la RFEF. Sin embargo, las pruebas realizadas tras el entrenamiento no fueron positivas y el extremo del Barcelona acabó abanonando la concentración del equipo nacional.

Su caso resulta ciertamente extraño porque, a pesar de la confirmación del Barça de que padece problemas físicos, la Federación decidió que se incorporase igualmente a la concentración para ser examinado por sus doctores. Después de no participar en la primera sesión el joven jugador azulgrana fue sometido a diferentes pruebas médicas que no superó.

Por el cansancio acumulado de los internacionales durante el fin de semana, De la Fuente planteó un entrenamiento con poca carga y que, después de los clásicos rondos, siguió con ejercicios de posesión, finalización y fútbol-tenis. Gavi, que saltó al campo vestido de corto y se volvió corriendo al vestuario a los dos minutos, fue la única ausencia. Mikel Merino se ejercitó al margen desde el principio y Bryan Zaragoza, Balde, Ferran, Le Normand y Zubimendi se incorporaron a él al terminar el calentamiento, por lo que tampoco trabajaron con el grupo.

Ferran y Zaragoza fueron de los más aclamados por el público, que también vitoreó al capitán Morata, a pesos pesados como Carvajal o Joselu y a los jóvenes Williams y Ansu. Este último (regresa a La Roja por la ausencia de Pino) y Sancet, que da el salto tras destacar con la Sub-21, vivieron un día especial. El delantero del Brighton estuvo especialmente bromista con sus excompañeros del Barça y cariñoso con el staff técnico de la Selección; Sancet se pegó a los de la Real Sociedad, entre ellos a un Oyarzabal (otro que vuelve) que se reencontró con los futbolistas del Atlético después de la polémica del domingo en el Metropolitano.

Como era de esperar, en la Selección todo se olvida y en Las Rozas reinó el cariño. El clima de tensión por el caso Rubiales parece olvidado, al menos por ahora, y La Roja se centra en lo deportivo. El director de la Selección, Albert Luque, cuestionado por los WhatsApp contra Jenni Hermoso que destapó El Mundo, presenció los ejercicios desde un banquillo situado en el lado contrario a la grada.