FÚTBOL
La selección de Palestina, a salvo pero con el sueño mundialista en vilo
No han viajado al torneo de esta semana en Malasia y en noviembre se juegan estar en el Mundial. No podrán hacerlo en Palestina y reconocen a Relevo el miedo a las represalias israelíes.
La selección de fútbol de Palestina debería estar ahora en Kuala Lumpur disputando un torneo amistoso, junto a Tayikistán, India y Malasia. Sin embargo, por motivos obvios, además de por cuestiones de seguridad o por la imposibilidad de viajar para la mayoría de sus jugadores, se ha cancelado su presencia. Los partidos iban a servir de preparación para la fecha FIFA del próximo mes, cuando tienen que enfrentarse a la selección del Líbano en Dubái y contra Australia en suelo palestino, aunque ya se está buscando una nueva sede en otro país para que juegue uno de los encuentros más importantes de la clasificación para el próximo Mundial. El gran anhelo deportivo de sus futbolistas, el que podría devolver un ápice de ilusión a los suyos, llega en uno de los momentos más duros de su historia.
Relevo se ha comunicado con alguno de sus integrantes, pero han rechazado aparecer en los medios, reconociendo sentir miedo por las represalias israelíes que les podría ocasionar. Gran parte tiene a sus familias en Palestina y además deben pensar que en las próximas semanas algunos de los que juegan en equipos extranjeros, deberán regresar a su país para disputar la clasificación al Mundial. Algunos tendrán que volver vía Israel, por lo que temen que se les impida la entrada en el aeropuerto de Ben Gurion, en Tel Aviv. Cuentan que no sería la primera vez que tienen problemas para acceder y que han recibido amenazas en varias ocasiones.
En el resto de los destinos o países de tránsito reciben siempre mucho apoyo, no han tenido nunca ningún incidente y se sienten seguros en sus viajes. Cuando tienen que partir en grupo como visitantes, se desplazan en autobús hasta Amán (Jordania).
El 70% de los internacionales palestinos juega en la liga local, y el resto se reparte entre países como Qatar, Egipto, Portugal o en los países nórdicos. No hay ningún judío en el equipo, todos son musulmanes, menos los cinco que comparten vestuario en el club chileno Palestino. Son los únicos cristianos de la selección, junto a Yaser Hamed, un central nacido en Leioa (Vizcaya) y formado en la cantera del Athletic. De madre vasca, su padre salió de la franja de Gaza con apenas 17 años y logró licenciarse en medicina en el norte de España. Su familia paterna continúa en la zona bombardeada por las tropas israelíes. Sin embargo, según ha podido saber Relevo, todos los integrantes de la selección palestina y sus familiares se encuentran a salvo.
El equipo realiza sus concentraciones en Ramala, la capital, y disputan los partidos en el estadio Faisal Al-Husseini, en Cisjordania. Lleva el nombre del que fuera considerado el líder del futuro del pueblo palestino. Con capacidad para algo más de 12.000 personas, roza el lleno en casi todas las citas. La primera vez que pudieron disputar un encuentro internacional en Palestina fue en octubre de 2008 en localidad de Al-Ram (Cisjordania), con Jordania como visitante. Y hace dos años no cabía ni un aficionado más en el partido que jugaron contra Arabia Saudí, en la primera visita de la selección saudí a Palestina de toda su historia.
Diez años atrás, en 1998, la FIFA reconocía al combinado palestino. Anteriormente, el equipo palestino había jugado todos sus partidos en el extranjero, sobre todo en el Golfo Pérsico, ya que FIFA consideraba a los territorios palestinos como inseguros para los equipos visitantes.
El tunecino Makram Dabboub se hizo cargo del banquillo palestino en mayo de 2021. Además de las dificultades políticas y humanas que debe tener en cuenta para preparar la clasificación al Mundial, se suma la transición de futbolistas que está teniendo. De hecho, el capitán y figura del equipo, Abdelatif Bahdari, se acaba de retirar con 38 años. Ahora el brazalete lo llevan Mussab Al- Battat o Tamer Seyan.
La otra esperanza pasa por el mes de enero, cuando disputen la Copa de Asia en los estadios mundialistas de Qatar. Se clasificaron por tercera vez consecutiva para la que para ellos es su Eurocopa particular. No hay peores circunstancias para preparar lo que podría hacerles cambiar la historia de su fútbol. Aunque a motivación y resiliencia saben que no les va a ganar nadie. Ahí está la fuerza y el poder palestino.
Dos sueños por delante: poder estar en un Mundial y ganar la Copa Asiática. La más grande de sus pesadillas, de nuevo vuelve a cruzarse en sus caminos.