Sergio Rodríguez rompe con la losa del 'hijo de': MVP y mucha clase ante la mirada de su padre

Vila-Real.- A todos nos marca el pasado de nuestros padres. Lo hace de muchas maneras posibles, pero en el fútbol un apellido puede pesar y mucho. Se nos viene a la cabeza algún mal llamado, 'hijo de'. El hijo de Ronaldinho, el de Kluivert... Los ejemplos son miles y en todos los casos ha supuesto una gran losa y presión añadida para unos proyectos de futbolista que no merecían tanto foco en ese determinado momento.

Esta LaLiga FC Futures ha servido para encumbrar al Valencia como el equipo con mejor categoría alevín de toda España, pero también ha dejado una cosa muy clara. En el fútbol hay veces que se habla antes de tiempo y esta edición hay un niño que ha roto con eso del 'hijo de'. Sergio Rodríguez, hijo del total y absoluto ídolo valencianista, Vicente Rodríguez, ha demostrado que tiene más fútbol que el de su apellido y en solo tres días se ha hecho un nombre.

Zurdito puro, de mucha clase y con conducción entre líneas. Una carta de presentación idónea para el mensaje que ha lanzado en el torneo: soy mucho más que un apellido. Su padre, mientras tanto, ha estado muy atento a sus pasos. En la grada de La Cerámica se ha podido ver al mito ché rodeado de los padres de la generación del 2012, como uno más. Es que, Vicente, además de una leyenda del club, es un padre más. Simple. A los partidos ha venido con un cojín para su asiento, pues sus años de corto le han dejado secuelas físicas que arrastrará lo que le quede de vida.

Vicente estaba emocionado. Aunque sus gafas trataban de tapar sus sentimientos, su cara era un libro abierto. "Es un torneo precioso. Los niños que tienen 11 o 12 años, venir al campo del Villarreal con el césped cortado es todo un espectáculo", comentó el exjugador a LaLiga sobre esta edición de la FC Futures en Vila-Real.

Sergio continúa creciendo en la cantera del Valencia bajo la atenta mirada de su padre. Él está presente en todos los torneos de su retoño, lo sigue y se preocupa porque continúe su desarrollo, pero siempre con la premisa de disfrutar. "No hay que meterles más presión de la que tienen", insiste.

Hoy la moneda ha salido cara para los suyos, aunque si hubiese sido de otra manera no pasaría nada. "Son niños todavía muy jóvenes, tiene que aprender, que disfrute y se lo pase bien. Si salen bien las cosas mejor y si salen mal a seguir trabajando que queda mucho todavía", sentencia un padre orgulloso que ha salido como un tiro a celebrar con su hijo, el que espera que sea la primera gran alegría de muchas.