Sergio Sauca mira con pena la deriva de los deportes del Telediario: "Presentar era la consumación de una trayectoria. Ahora no van por ahí los tiros"
El presentador repasa su carrera, en la que también sufrió lo que es exponerse a ser narrador en un evento como la Champions League.
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Sergio Sauca se ponía cada día delante de una cámara a contarle a millones de personas todo lo que había pasado en las horas anteriores en el mundo del deporte. Fue durante mucho tiempo "el de los informativos", pero su carrera no se reduce a eso, también pasó por las narraciones e incluso fue la voz de la Champions League, una época muy especial en la que también se firman algunos episodios muy amargos.
Para quien te tenga algo perdido, ¿qué estás haciendo ahora?
Bueno, pues he recuperado un poco mis inicios en el periodismo con la radio, haciendo mucha radio en Tablero Deportivo con el equipo de Manu Martínez, Duato y Arroyo, y bueno, toda la gente de allí, estoy con ellos y con Julio Salinas, con Amavisca, con Alfredo Santaelena, con Fernando y con Víctor, comentando los partidos de Champions y los partidos más importantes de la Liga también. Luego sigo haciendo tele en esta modalidad del periodismo que hay ahora, que es el especialista comentarista volante, en distintos programas. Ahora justo vengo de La Hora de La 1, en 59 segundos, en Estudio Estadio, en Mañaneros, en el Canal 24 horas... bueno, siempre que me reclaman, ahí estamos.
Por lo que más se te recuerda es por los Informativos. ¿Cómo empezaste?
Bueno, en realidad yo empecé en una emisora pequeña de Madrid, en Radio España, y hubo un momento que en Televisión Española necesitaban gente joven, pues lo típico. Era una época también de mucha expansión en Televisión Española, estamos hablando del año 87, tenía prácticamente todos los acontecimientos deportivos y entonces querían gente para presentar un programa de deportes que se llamaba Teledeporte, que había después de la tercera edición del Telediario. Entonces había la costumbre de hacer un Telediario por la noche a última hora, en torno a las 12, y luego había un programa que se llamaba Teledeporte, que era un resumen de todo lo que había sucedido en la jornada del deporte. Nos hicieron pruebas a una serie de gente, primero empezamos 20, luego 10 y terminamos por entrar cuatro personas, entre las que estaba un buen amigo que ahora está también muy en la cresta de la ola, que es Vicente Vallés. Entramos juntos en deportes y ahí empezó la cosa.
Ser presentador de Informativos te convierte en una persona muy célebre, llegas a los sitios y la gente te reconoce. ¿Cómo se convive con esa fama?
Pues al principio es un poco raro porque, claro, yo como la mayoría de la gente, pues fui a hacer mi carrera de periodismo, estudié en la Complutense, y realmente tú estudias para hacer un trabajo casi como otro cualquiera, igual que alguien que estudia económicas, historia, filología, o medicina. Y cuando efectivamente pasas a ser una persona pública, porque al fin y al cabo son muchas personas las que te ven y muchas horas de exposición, yo luego he tenido la suerte de que ha sido durante mucho tiempo, pues al principio es bastante chocante. Hay que saber asimilarlo y yo creo que no estamos preparados inicialmente, seguro que todos hemos cometido alguna tontería creyendo que eres más que eso, que un trabajador que ocasionalmente está en un sitio de mucha exposición. Luego te acabas acostumbrando y al final ya... pues mis hijos nacieron viéndome salir por la tele.
Hay una cosa que tiene el Informativo que es la renovación constante, la adrenalina de la actualidad. ¿Lo echas de menos?
A ver, hombre, fue una época muy bonita y fue una época apasionante, pero también te soy sincero, fueron muchos años, prácticamente 30 años, haciendo Informativos y es muy duro. Todos los días es una exigencia muy grande, nosotros además en la tele tenemos cada día el minuto a minuto de lo que has hecho tú, lo que ha hecho tu competencia, teniendo que luchar por el liderato porque durante todo ese tiempo prácticamente siempre hemos sido líderes. Por un lado lo recuerdo con cariño y con apasionamiento, porque era un reto muy grande, pero yo creo que fue suficiente. Fueron muchos años, una exigencia muy grande y yo creo que estuvo bien.
Por preguntar un poco sobre la tramoya del Informativo. ¿Cómo es la relación del que presenta deportes con el que hace el resto del espacio?
Fíjate, yo empecé haciendo telediario con Pedro Piqueras en el año 90 aproximadamente y hoy somos amigos todavía y seguimos teniendo relación, hace poco estuvimos juntos y yo creo que nos tenemos un cariño muy especial. La verdad es que ha sido una buena relación, prácticamente con todas las personas que he podido compartir estudio. He tenido la suerte, tengo una relación magnífica con ellas: Ana Blanco, Pilar García Muñiz, Carlos Franganillo, Pepa Bueno, María Casado, David Cantero, Pepe Ribagorda... Es gente con la que tengo una relación magnífica.
Cambiaban más tus compañeros de baile que tú, que siempre estabas. ¿En eso influía mucho la política? Siempre se ha hablado, pero tú estabas dentro.
Está claro que estamos en un país en el que hay una cierta confusión entre lo público y en el que el partido que está en el poder se aprovecha de lo público en su beneficio. Eso yo creo que es evidente que ha pasado y que sigue pasando, salvo algún periodo concreto. Nosotros, por ejemplo, en Televisión Española vivimos un momento muy bueno, extraordinario, donde efectivamente esa injerencia política se separó, que fue la época de Luis Fernández. Yo creo que han sido los mejores años de Televisión Española, con una selección de las personas que tomaban las decisiones claramente profesional. Se fue líder absoluto, indiscutible, fue una época maravillosa, pero salvo ese periodo concreto siempre ha habido una injerencia política. Nosotros estábamos un poco viendo los toros, pero desde el burladero. Lógicamente notabas las cosas, las veías, pero a nosotros nos influía un poco menos toda esa presión que a la gente que estaba allí, en primera línea política.
Ser presentador de Informativos tiene una cierta distancia con el hecho, salvo en acontecimientos muy importantes. ¿Echabas de menos estar en el lugar en el que pasaban las cosas?
Rotundamente sí, rotundamente sí. Por suerte, durante prácticamente todo ese tiempo, pude compaginarlo con ir a Eurocopas, ir a Mundiales, ir a Juegos Olímpicos, cuando había finales de la Champions ir allí, o un gran premio de motociclismo, estar allí cuando teníamos las motos, o íbamos a las finales de la Copa Davis... Eso, un poco, me permitía satisfacer esa demanda periodística. Si no, probablemente no hubiera estado tanto tiempo, porque yo lo echaba mucho de menos. Pero bueno, sí, además de presentar el Informativo, cada mes o cada dos meses estás en los grandes acontecimientos o estás presente en donde el deporte se cuece, pues eso me permitía también un poco matar ese gusanillo, que lo necesitaba.
El directo es una cosa muy difícil, es posible que la mayor parte de la gente que no lo ha experimentado no se lo imagine. Trabaja mucha gente para que salga bien y tú, como presentador, eres el último filtro y además tus errores ya no se pueden rectificar.
Me parece una pregunta interesantísima porque a mí es algo que cada día que hacía un Informativo o presentaba un programa, siempre cuando estaba en maquillaje me acordaba de eso. Y me acordaba de que tenía la responsabilidad de no fallar a toda la gente que había estado trabajando por detrás para que todo saliera bien. Nosotros éramos unos privilegiados y somos unos privilegiados, damos la cara, la gente nos reconoce, tenemos un reconocimiento público, aunque también tenemos luego una faceta que quema, pero hay mucha gente que trabaja y muy bien con una responsabilidad extraordinaria y sabe que parte del lucimiento de lo que está haciendo es para otros.
Eso para mí ha sido siempre un compromiso ineludible con mis compañeros, con todos: de los centros territoriales de sonido, de imagen, de realización, de maquillaje, de peluquería, de enlaces, de unidades móviles... porque es que la gente no sabe la cantidad de personas que trabajan para que salga luego un minuto de información.
De esos muchos años de Informativos, ¿tienes algún evento especial?
Sin duda la época esa que te comentaba antes, la época en torno a los años 2008-2012, esos cuatro años yo creo que han sido los más brillantes, por lo menos desde que yo llevo en RTVE, fueron años increíbles porque efectivamente por unos momentos se despolitizó, es decir, los que estaban entonces responsables a nivel político consideraron y creyeron que efectivamente tenía que haber una televisión pública que fuera independiente y se rigiera con parámetros profesionales. Trajeron a una persona que era Luis Fernández, que estaba trabajando en Estados Unidos, que era una persona reconocida ya, para ponerse al frente de un proyecto en el que todas las personas que fueron elegidas para tomar decisiones lo fueron con criterios profesionales. Con más o menos acierto en la elección, pero fue una época maravillosa. Estaba Fran Llorente, director de informativos, estaba Javier Pons, estaba Nacho Gómez Acebo, de director de deportes, y realmente trabajamos con una libertad y con una exigencia profesional brutal. Yo recuerdo que con Pepa Bueno éramos líderes absolutos en el TD2, cada día. Los partidos de la Champions, que se transmitían para toda España, que ha sido la única vez y tuve la suerte y el privilegio de retransmitirlos también, eran brutales, tenían picos de audiencia de 16, de 15, de 14 millones. Fue sensacional. Una época inolvidable.
Coincide además con la edad de oro del deporte español. ¿Qué relación tienes con Gasol, Nadal, la Selección de fútbol...?
Tanto coincide la edad de oro del deporte español que nosotros del Mundial de 2010 no teníamos los derechos, pero hicimos todos los telediarios desde allí con un plato como si los hubiéramos tenido, que fue una declaración de principios. De hecho nuestros telediarios eran los más seguidos a pesar de que los partidos se seguían por otras cadenas. Y los programas especiales, cuando España gana el Mundial, los nuestros fueron los más vistos a pesar de que el Mundial se dio por otra cadena.
Claro, nosotros transmitimos Roland Garros y aunque no lo transmitiéramos, que el primer Roland Garros cuando ya empezó a ganar Nadal no lo dábamos, estábamos ahí haciendo los telediarios y estábamos con Rafa Nadal. No lo dábamos, pero estábamos allí haciendo los telediarios y estábamos con Rafa Nadal compartiendo con él la victoria. Lo mismo pasaba con el Mundial de baloncesto que ganó la Selección en Saitama, en Japón, con Pau Gasol y toda aquella maravillosa generación, estaba allí Televisión Española haciendo los telediarios. Ha sido una época maravillosa en la que, a pesar de que íbamos perdiendo derechos de retransmisión, siempre estábamos allí. Que yo creo que es el compromiso y donde debe estar RTVE.
Y nuestra relación con ellos yo creo que ha sido especialmente buena porque al final los deportistas se daban cuenta que en TVE, a pesar de que era una cadena de televisión y los periodistas y los deportistas hay veces que tenemos zonas que es difícil cohabitar, coexistir, no íbamos a otra cosa que no fuera a poner en valor lo que ellos habían hecho. Incluso a nivel personal yo creo que la relación que podemos tener, y que yo he tenido personalmente con Rafa, con Pau Gasol, con Iker Casillas, con Fernando Alonso, con toda la gente top del deporte, y me estoy dejando muchos, con Jorge Garbajosa, con Felipe Reyes, David Ferrer, Feliciano... ha sido bastante limpia, bastante poco contaminada, si entendemos contaminada que los deportistas tienen la sensación que los periodistas muchas veces vamos a buscarle las cosquillas. Y yo creo que esa parte en Televisión Española no la teníamos.
¿Se llega a hacer amistad con ellos?
Yo nunca, yo no. He tenido muy buena relación con alguno de ellos, incluso puedo decir que he tenido relación de amistad después de que se han retirado, pero cuando se están en activo no, yo creo que además es muy difícil, porque yo les entiendo a ellos, que siempre tienen un resquemor, pero también nos entiendo a nosotros, a los periodistas, que en un momento determinado tienes que decir cosas que a lo mejor a ellos no les gusta escuchar... yo creo que cuando ellos están en la cresta de la ola es muy difícil entender algo que no sea lo que tú quieres oír.
José Antonio Luque, a quien también entrevistamos recientemente, ve con mucho pesimismo el presente de los Informativos deportivos. ¿lo compartes?
Rotundamente sí, rotundamente sí. Yo todavía recuerdo hacer bloques de 15, 16, 17 minutos... hablando de deporte y contando cosas de deporte. Y eso ahora no existe. No existe ni creo que la tendencia sea eso. Y luego antes, digamos que presentar el bloque de deportes del Telediario era como la consumación de una trayectoria profesional. Quien llegaba a hacerlo era porque ya había hecho cosas antes y entonces le poníamos ahí porque creíamos que iba a hacerlo bien y que iba a sacar adelante un proceso bastante complejo de la información. Yo creo que ahora no van por ahí los tiros.
¿Qué ven los directivos para esta, llamémosla, involución?
Bueno, vamos a ver, en realidad tampoco es ninguna locura. Lo que pasa es que la información deportiva dentro de los telediarios ya no tiene tanta audiencia como tenía antes. Es verdad que la retransmisión deportiva en sí sigue teniendo una audiencia brutal, prácticamente todos los años los programas más vistos en España y en casi todo el mundo son programas deportivos.
Pero es verdad que el bloque de deportes de los telediarios ha ido perdiendo audiencia y también es verdad que la duración de los informativos ha ido perdiendo también tiempo. La suma de todo eso hace que el microscopio se haya reducido en su mirada.
También has sido narrador. Hiciste la Champions, que es la joya de la corona. ¿Cómo te llegó a ti esa propuesta?
En realidad yo tuve relación con la Champions desde que empezó, o sea, desde el formato nuevo en el año 93 siempre estuve vinculado a la Champions, bien presentando programas desde estudio, haciendo retransmisiones desde fuera, participando de alguna manera siempre, en la edición o en la presentación con la Champions
Hubo un tiempo que perdimos la Champions, entonces dejamos de tenerlo, porque además la Champions en eso es cuando tú tienes los derechos, si eres un host, tienes acceso a todo y si no, no tienes acceso a nada. Luego lo volvimos a recuperar y es cuando en Televisión Española deciden hacerme la propuesta para ser un poco la cara del telediario de más audiencia, que era el T2 de entonces, y también la voz de la Champions. Un poco lo que hablaba antes, yo creo que si no hubiera habido la trayectoria previa de haber estado tan vinculado a la Champions, no me lo hubieran ofrecido.
¿Cómo es ser narrador? Es una función difícil y a nadie le preparan para hacerlo.
Bueno, vamos a ver, aquel periodo fue un periodo muy especial. Primero porque, como antes comentaba, las audiencias eran brutales. Teníamos telediarios de 6, de 5 millones, de 4 millones. Además fue en un periodo muy convulso, porque fue la época de Mourinho y Guardiola, fue tremendo. Yo recuerdo que un partido de la Champions, el partido de vuelta de las semifinales de la Champions en Madrid-Barça, ahí en el Camp Nou, el pico de audiencia fue más alto que la final del Mundial que gana España. Fueron 16 millones de personas.
La presión era brutal. Brutal. Brutal. Cada palabra que decías. Si decías buenas tardes, alguien decía, 'ha dicho buenas tardes y son buenas noches'. Se montaba el lío. Luego, al no transmitirse, por ejemplo, para Cataluña en catalán, aunque a través del circuito de radio y televisión española existía la posibilidad de verlo así, pero la gente estaba acostumbrada a ver el Barça por TV3 y al verlo por Televisión Española... era tremendo, eran editoriales de los periódicos, era brutal. Yo lo recuerdo como una época apasionante porque era un reto descomunal, es imposible tener un reto más grande, presentar el informativo con más audiencia y encima estar retransmitiendo y ser la cara de la Champions en el periodo más importante que ha habido, sin duda, de audiencias en España. Era demasiado, era una presión brutal, demasiado.
Se añade que fue el primer momento en el que las redes sociales tuvieron un papel. Tus predecesores no convivieron con eso, y los de después ya empezaron sabiendo a lo que se atenían. ¿Cómo lo llevabas?
Fatal, fatal. O sea, de repente transmitías un partido y te empezaban a llamar. 'Oye, que eres trending topic a nivel de Europa'. Y yo decía, 'pero que yo no quiero ser nada, que yo no quiero...'. Pero ¿y qué ha pasado? 'No, no, qué has dicho que no sé qué, no sé cuánto'. Y yo decía, 'pues me parece que no lo he dicho'. Luego ibas a la transmisión y no lo habías dicho. O a lo mejor sí habías dicho, pero yo qué sé, te habías equivocado el nombre de un jugador, que tampoco es que hayas cometido ningún crimen. Era brutal, era abrasador y luego además el tema de las redes sociales que entonces estaban floreciendo era el maná. Te puedo garantizar que en mi caso el 90% de las cosas que se decían eran falsas. Pero es que se metían con tu familia, con tus hijos, que si tenías una empresa intermedia y que por eso te habían colocado, bueno, brutal. Yo lo recuerdo como una época apasionante, pero demoledora, demoledora.
¿Cómo se gestiona mentalmente?
Pues se gestiona pasándolo muy mal, quedándote muchos días sin dormir, preguntándote por qué, porque ya te digo que muchas de las cosas es que eran mentiras o eran falsas. Incluso luego con el paso de los años te enteras de que mucha gente estaba maquinando para… Pero bueno, esto es otra cuestión. Tuve la suerte de que me pilló ya en una época, digamos, madura, es decir, estamos hablando del año 2010, me pilló con 40 y muchos años, 50, y conseguí poder relativizar todo un poco, pero fue muy duro, muy duro y muy difícil de llevar.
Decías que había gente maquinando, que te enteraste con el tiempo. Los deportes de TVE tienen fama de ser una redacción difícil, una en la que hay que sobrevivir. ¿Tuviste esa sensación?
Vamos a ver, hay que entender primero cómo es el medio televisión. La televisión, relacionándolo un poco con la primera pregunta que me hacías, en realidad es una profesión, pero lo que sucede es que se combina con un lugar de exposición brutal. Realmente los periodistas que trabajamos en televisión, muchas veces tenemos una presencia pública más importante que otra gente que ha estudiado, ha trabajado y se ha formado para ser una persona pública. Estoy hablando de gente relacionada con la imagen, con el cine, con el teatro, con otras muchas facetas.
Digamos que estamos gestionando vanidades, gente que no estamos preparados ni hemos sido entrenados para trabajar en vanidades, eso creo que es muy importante. ¿Qué pasa? Que eso genera muchas envidias porque al final quien sale por la tele es un 0,0005 por ciento de todos los miles de trabajadores de una empresa como Televisión Española. Si luego vas reduciendo el núcleo, en realidad, quienes pueden salir por la tele, estoy hablando de deportes, son la gente de la redacción de deportes, que a lo mejor éramos 80 o 70 en la época grande.
Pero claro, de esos 80 o 70 también reduces los que, entre comillas, dan bien en imagen, porque hay una opinión generalizada de que lo pueden hacer y lo hacen bien, pues estás hablando de 10 o 12. Claro ya entre esos 10 o 12 ya hay ahí una batalla en la que yo nunca he entrado, porque yo nunca he querido hacer imagen. O sea, yo he hecho imagen porque me han ido poniendo a hacer imagen. Yo puedo decir que nunca jamás, y puedes preguntarlo, jamás, he entrado en un despacho a pedir nada, ni tampoco una explicación de por qué me han quitado, sino agradecer por qué me habían puesto. Jamás, nunca.
Hablabas de la importancia de la imagen, que forma parte de todo esto. Se habla de las presentadoras mucho en este tema pero ¿tú también sentías esa presión?
Sí, sí, claro, por supuesto. Por supuesto, a mí me encanta comer y yo me he privado todos los días de mi vida de comer porque además la tele es muy injusta y muy esclava. O sea, la tele te pone tres o cuatro kilos más de los que tú tienes. Entonces en cuanto engordas un poquito ya empiezan los comentarios, que la gente no los hace con mala intención, pero claro es todos los días. Además hay que entender otra cosa de la tele. Durante muchos años de los que a mí me tocó hacer Informativos y programas y Juegos Olímpicos y tal no es que fuera la única, pero casi. Las audiencias que había en Televisión Española hasta hace 10-12 años eran brutales.
Ahora también, pero tú ibas a unos Juegos Olímpicos y cuando volvías era tremendo, claro. Además, con un fondo de simpatía, la gente en general al deporte cuando se dirige a ti, salvo los casos concretos de la Champions y cuando entramos ya con temas de Madrid-Barça, Atlético de Madrid y no sé qué, Valencia, que ahí la gente es un poco como la política y la religión, ¿no? Pero el resto de la gente es con amabilidad y, joder, veías, estabas al lado del deportista español que había ganado una media olímpica, o que había ganado la Eurocopa, o que había ganado el Mundial, ¿no?
Tengo que preguntarte por un episodio concreto. Paco Grande, que al principio de aquella Champions era el editor, te criticó duramente en una conferencia en una universidad.
Yo lo primero que tengo que decir es que es imposible agradar a todo el mundo, sobre todo cuando estás ante millones de personas. Lo segundo, que mi estilo no es hablar mal de nadie, y nunca he hablado mal de nadie, es mi manera de ser. En tercer lugar, que yo acepto las críticas y, oye, las considero parte de la profesión. Siempre agradeceré a toda la gente que ha tenido una crítica positiva hacia mí, se lo agradeceré eternamente y respetaré a la gente que ha tenido una crítica considerando que lo que yo hacía no le gustaba.
¿Llegasteis a hablar de esto?
No, pero yo tampoco le di demasiada importancia, porque yo creo que hay que ponerse en la mente de las personas que a lo mejor no están cubriendo las expectativas profesionales que tenían y que se sienten mal. Y yo creo que detrás de algunas críticas como esta, por ejemplo, está eso.
Entonces yo me acuerdo que en casa lo decía, 'hay que entender a la gente que a lo mejor no está pasando un buen momento, que no está cubriéndolo tal'. Bueno, pues oye, todos a lo mejor tenemos una expresión desafortunada, no pasa nada.
Y además luego hay otra cosa que creo que es muy importante, hay tantos momentos agradables y tantas personas con las que tienes una relación magnífica... te hablaba de Pedro Piqueras, que somos amigos. Arturo Pérez Reverte, yo cuando entré era un becario y él era una estrella. Y nos seguimos hablando y viendo de vez en cuando todavía. Hablábamos de Ana Blanco, Carlos Franganillo. Es que ha habido tanta gente, me estoy olvidando de miles o por lo menos cientos de personas con las que la relación ha sido magnífica y lo sigue siendo. Yo me quedo mucho más con eso que con alguna cosa que haya podido suceder poco agradable.
También has hecho otros deportes. ¿Se disfrutan más?
Rotundamente sí; rotundamente sí. Yo soy un apasionado del tenis, me encanta el tenis. Y tengo una anécdota muy curiosa que siempre la cuento porque creo que es una fotografía bastante precisa de lo complicado que es el fútbol. Era el Mundial de Alemania en 2006 y ese año fue el primer Roland Garros que Rafa Nadal gana a Roger Federer. Entonces fueron unos meses de mucho trabajo y apasionante y teníamos que ir a hacer los telediarios desde Roland Garros si Rafa ganaba, si llegaba a semifinales ya lo hacíamos, como pasó, y luego de ahí directamente pasar por casa, hacer la maleta para irnos a Alemania a cubrir el Mundial.
Me acuerdo que gana Rafa Roland Garros y le decimos, 'oye, por favor, queremos abrir el telediario contigo y luego si no te importa esperar 10 minutos, contamos el resto de las noticias y volvemos otra vez contigo'. Ahí estuvo Rafa abriendo el telediario, esperando 10 minutos, charlando un poco con él otra vez. Hicimos un bloque de deportes enorme. Yo no sé si fueron casi media hora aquel día, pero lo merecía.
Bueno, Rafa Nadal encantador, Y entonces, de viaje a Alemania y según llegamos a Alemania me dicen 'Oye, que hemos pedido a Juanito' que era un central que había en el Betis. Y que era, bueno, un jugador internacional en un Mundial ya era la pera, pero claro, era el jugador número 20 o 21 de la Selección. Digo, fenomenal. Y no nos concedieron la entrevista a Juanito. Hubo que hablar con el gabinete de prensa de la federación, el gabinete de...
Total, que no pudimos entrevistar a Juanito. Y ese es el fútbol y ese es el tenis. Es verdad que luego con Rafa la cosa se fue complicando porque se convirtió en un fenómeno mundial, planetario, pero aún así es mucho más sencillo.
En general cada vez es más difícil todo, cada vez hay más muros.
Bueno, es parte de lo que el periodismo ha cambiado también. Me acuerdo viajar con los jugadores, estar en el mismo hotel que ellos, jugar a las cartas la noche previa de un partido o dos noches antes. Ahora es imposible, ya no solo tener esa relación sino hablar con ellos. Es imposible porque además hay unos entornos y unas protecciones que no les ayudan en nada por otra parte y que no les benefician, que lo hacen imposible.
Antes me decías que no habías tenido amigos deportistas cuando ejercías, pero algo más después. Sé que eres un gran aficionado al vino y no sé si esos amigos de después tienen algo de relación con ello.
Sí, sí, sí. Mira, por ejemplo, con Feli, con Feliciano, he tenido siempre muy buena relación, pero ahora se ha reforzado por el tema del vino. Feliciano es de los deportistas que yo conozco el que más sabe y más va a saber de vino, porque le encanta, claro que sí. Bueno, una de las últimas catas fue fabulosa, estuvimos con Marc López, también jugador, subcampeón olímpico, entrenador de Rafa Nadal, muy amigo de Rafa, muy amigo nuestro también. A Albert Costa le encanta el vino, con Luis Figo hemos estado en catas, le encanta el champán. Con Iker hemos catado mucho hasta que tuvo el problema del corazón en Oporto, Iker es también una persona con la que tengo muy buena relación. Con Manolo Sanchís, Manolo es un loco del champán y además comentamos juntos la Champions.
Hace tres días coincidí con el doctor Manzano, que fue el que operó Alberto Contador del problema que tuvo en el cerebro. A Alberto lo operaron y pudo tener toda su carrera profesional y me dijo '¿Sabes lo que me ha dicho Alberto de ti? que sabes un montón de vinos' y que tenemos que hacer una cata y nos vamos a reunir en torno al vino.
En tu caso esto es más que una afición.
Sí, claro, sí. Bueno, Sergio Sauca es también el Saucacorchos, que es una sección que nació en Radio Nacional, en el programa de Pepa Fernández. La verdad es que soy un poco perezoso en las redes sociales, pero también había un blog, Instagram, en fin.
Ha terminado por ser un rincón de felicidad que cada vez me ha ido ocupando más tiempo y me ha permitido conocer a muchas personas interesantes, fortalecer relaciones con gente del deporte, pero no sólo con gente del deporte. Te hablo de literatura por ejemplo con Arturo Pérez Reverte, que también hacemos cata de vez en cuando, volvimos a conectar después de la época de la tele por el vino, porque a su familia le gustaba mucho el vino y entonces a él le gusta catar cosas interesantes y de vez en cuando hacemos catas. A Lorenzo Silva, a Carmen Posadas, a gente de la magistratura como Manolo Marchena, como Pablo Llarena... o sea yo he tenido relación con gente que hubiera sido muy difícil establecerla de otro modo y ha sido a través del vino, porque se establecen unos vínculos súper potentes, porque son momentos de disfrute, son momentos maravillosos y yo pues hago una media de cuatro o cinco viajes al año, todos relacionados con el vino, para conocer zonas vinícolas, aprender más sobre el vino.
Y yo creo que a medida que voy cumpliendo años y que la profesión va requiriendo menos de mí, voy volcando más con el tema del vino.
El vino ayuda a la conversación.
Sin duda, sin duda. Yo, fíjate, incluso tengo pendiente, ojalá algún día lo pueda hacer, hacer algo relacionado con esto, porque el vino es un potenciador enorme de la amistad.
Es verdad que el problema del vino como bebida alcohólica es que mucha gente rápidamente se echa encima, pero qué va, es que hay un montón. Miguel Indurain, por ejemplo, Miguel Indurain y Perico Delgado se llevaban las cajas de vino en los coches de Banesto en el Tour de Francia. Martín Fiz, cuando fue campeón del mundo de maratón, hacía una dieta estricta, pero en la comida y en la cena bebía una copa de vino todos los días. O sea, no es incompatible para nada disfrutar del mundo del vino con moderación y con sentido común y tener una vida sana a tope.
Yo sé que hay estudios médicos que dicen una cosa y otros que dicen lo contrario, pero vamos, el caso concreto que yo he vivido, y Martín me lo decía, y con cincuenta y tantos años corre todavía maratones.
¿Sigues haciendo deporte?
Yo es que en realidad estudié periodismo porque me gustaba tanto el deporte que quería ser deportista, yo creía de pequeño que iba a ser o tenista o futbolista, fíjate. Luego me quedé canijo para lo que hacía falta y estudié periodismo porque me parecía la manera más realizable de estar en contacto con el deporte, con los deportistas y con los grandes eventos.
Yo he hecho deporte toda mi vida, he jugado mucho al fútbol y al tenis, son los deportes que más he practicado. Luego empecé a montar en bici, en bici de montaña, y me encanta, y me sigue encantando.
Lo que pasa es que pasa el tiempo y los achaques empiezan a perjudicarte y empiezas a dejar de hacer cosas porque ya el médico te dice, 'si te duele haciendo esto, deja de hacerlo'. Por ejemplo, la bici que a mí me encantaba, pues ya solo puedo hacerla en llano. Me gustaba tirar para arriba a los Leones, Navacerrada... pero vamos, por camino de tierra. Ahora juego al pádel, monto en bici, corría 40, 45, 50 minutos siempre que podía, ahora lo hago caminando. Pero bueno, no he dejado de hacerlo y espero no dejar de hacerlo nunca.
Terminamos ya ¿Hay algo más que crees que es importante que la gente sepa?
Que hay reductos del periodismo que nosotros hicimos que todavía siguen vivos. Y yo creo que vosotros en Relevo sois de los pocos. Panenka también y alguna otra cosa que se hace por ahí, en la radio, por ejemplo. No nos falléis.