Thiago Motta levanta un polvorín en la Juventus con palabras incendiarias... y sólo un 'apafuegos'

Thiago Motta, que cambió Bolonia por Turín el pasado verano para hacerse cargo de la Juventus, no encuentra en la Vecchia Signora el estilo que hizo tan reconocible a los felsinei la temporada pasada. En una semana, su equipo ha sido eliminado en los dieciseisavos de la Champions League por el PSV, a priori inferior, y de la Coppa Italia por el modesto Empoli en la tanda de penaltis.

El técnico italobrasileño no pudo apaciguar más su desesperación y, al final del partido copero, estalló ante las cámaras. "Es una vergüenza, estoy avergonzado y pido disculpas a la afición".

Sin pelos en la lengua -y sin dejar de lado la autocrítica- dedicó duras palabras a sus jugadores. "He visto una actitud totalmente equivocada, hay algunos que exigen sin dar, hemos tocado fondo. Podemos cometer errores en todo, pero no en nuestra actitud como esta vez. Es culpa mía no haber sabido transmitir las sensaciones adecuadas a mi equipo".

Pero todavía llegó más lejos y pidió un mayor reproche a la afición, de la que afirmó que "fue demasiado amable", especialmente después de lo visto en la primera mitad y ante un Empoli del cual no se cansó de repetir que otorgó "descanso a algunos de los titulares".

Más exigente y harto de lo que nunca se le ha visto durante su etapa en los banquillos en Italia, Motta incidió en la mentalidad de los suyos, en el sentido de "merecer estar aquí todos los días y de no exigir cosas sin darlas". "Hoy en el campo no hemos dado nada, hemos jugado con el portero al menos 20 veces, sin asumir ninguna responsabilidad. Es inaceptable. Solo tenemos que pedir perdón a los aficionados y a la historia de este club. Hemos tocado fondo", apuntó abatido.

Los hinchas de la Juventus tienen motivos para preocuparse, y más al escuchar a su entrenador afirmar que esta es "la primera vez" que ve "este tipo de actitud" y, finalmente, que "es indefendible".

Desde Italia, más allá de lo comentado por Motta a los medios, tanto aún sobre el césped como en la rueda de prensa posterior al partido, señalan la dupla atacante de la Juventus, Vlahovic-Kolo Muani, que se estrenaron juntos de inicio en la parcela ofensiva, como un "experimento fallido que no tuvo el efecto deseado". Así lo recoge La Gazzetta dello Sport, que incide en que el método de sacrificar a Muani corriéndolo un tanto hacia la banda, es un "desperdicio".

Vlahovic se llevó la peor parte, fallando uno de los penaltis y saliendo abucheado del encuentro. Aunque la afición, según recoge el periódico italiano, se encuentra dividida entre los que piden explicaciones a Thiago Motta, y los que clavan su dedo índice en las dos puntas del iceberg.

Dentro de una noche para olvidar, el que sí dio la cara para arrojar algo de optimismo de cara al futuro fue el experimentado portero Mattia Perin, suplente habitual, pero titular en la debacle en Turín. Quizá no usó los términos más apropiados, pero no se le puede negar la seguridad en sus declaraciones. "En este vestuario no hay hijos de puta y podemos construir. Espero que esta derrota nos duela lo suficiente para hacernos crecer lo antes posible, pero este es un grupo en el que podemos construir", sentenció rotundamente.

En Corriere dello Sport matizan sus palabras: "Quería decir que en la Juve no hay jugadores malos, tramposos. Es un grupo sano, pero al que le falta esos cabrones que sacan a sus compañeros del atolladero cuando las cosas se ponen difíciles".

Lo cierto es que cuesta creer que Perin hablase de la manera más pasional y menos calculadora posible. Lleva años trabajando su mente y abogando activamente por ello y la importancia de lo emocional. De hecho, posee un podcast con el famoso mental coach Nicoletta Romanazzi. Es más, respondió a las palabras de Motta con frialdad: "No sé a qué se refería Thiago cuando dijo que hay gente que exige sin dar, lo hablaremos juntos. Al no haber hablado con ellos, no sé cómo responder, no quiero crear alusiones que no existen. Lo trataremos juntos como siempre lo hemos hecho".

En fin, Thiago Motta tiene una dura batalla por delante para cambiar la dinámica de una Juventus que se queda sin margen de error y a la que tan sólo le queda la Serie A para resucitar.