Kvaratskhelia y Osimhen, capítulo 22

Cuando la gente dice que Nápoles y Buenos Aires son muy parecidos, les puedo asegurar que no se equivocan. El napolitano y el argentino tiene muchas semejanzas y la superstición es una de ellas. Pero el dueño del Nápoles, Aurelio De Laurentiis, se tiene tanta confianza que hasta se dio el lujo de usar la misma camiseta (en homenaje a San Valentín) con la que perdieron ante el mismo rivalhace unas semanas en Coppa Italia.

Pero en Serie A es otra historia y el equipo de Spalletti consiguió su 19ª victoria en el campeonato liguero. Eso sumado a dos empates y una derrota hace que el equipo del sur de Italia llegue a 59 puntos. Sí, 59 puntos a mediados de febrero. Una auténtica locura que nada más ha superado el Inter en la temporada 06/07 y la Juventus en la temporada 18/19, cuando consiguieron 60 puntos en los primeros 22 partidos.

¿El partido? No tuvo mucha historia. A medio gas porque no le hace falta más, el equipo local juega de memoria. Lobotka, Zielinksi, Anguissa en el medio comandan y Kvaratskhelia, Osimhen y Lozano (o Politano, o Raspadori, o Simeone, el que esté), definen.

El nigeriano, con el de hoy, ha marcado su gol número 17 en el campeonato liguero (ninguno de penalti), rompiendo todas sus cifras anteriores. El georgiano, su noveno tanto (solo uno desde los once metros) y además ha dado nueve asistencias, siendo el mejor debutante en las cinco grandes ligas y uno de los nombres del fútbol europeo.

El nivel de los atacantes del Nápoles es el resultado final de un equipo que funciona como un 'relojito suizo'.El gran fondo de armario se demuestra con goles como el de Elmas, que marcaba su sexto gol en Serie A sin ser titular. O con el tanto de hace unas semanas de Simeone o los goles de Raspadori a principio de temporada, cuando Osimhen estaba lesionado.

Imagino que en Nápoles nadie quiere hablar de Scudetto. Que quieren ir partido a partido, con calma. Pero son el equipo que mejor juega en Italia y uno de los mejores de Europa. Si no pasa nada raro, todo será cuestión de tiempo. Y sí, ahí Nápoles va a parecer Buenos Aires más que nunca.