Manotazo del Inter en el derbi de Milán

Con la Champions a la vuelta de la esquina, la Serie Anos hacía rememorar una de las semifinales que vivimos la temporada pasada, un duelo nada más y nada menos que entre los dos grandes de Milán, Inter y Milan.Los protagonistas casi que no cambiaban en su mayoría: los Bastoni, Barella, Dimarco, Acerbi, Calhanoglu y Lautaro, repetían por parte de los hoy locales. De los 'rossoneri', Maignan, Calabria, Kjaer, Krunic, Rafael Leao, Theo o Giroud.

Pero también había nuevos protagonistas de parte de los dos equipos, que llegaron para cubrir puestos como Sommer o para ilusionar, como Thuram. También Pulisic o Reijnders querían hacer vibrar a sus aficionados y conseguir cosas grandes.

Pero el partido empezó como habían acabado los de la temporada pasada: con el Inter dominando y marcando de la mano del armenio Mkhitaryan, que no falló a pesar de las protestas del equipo de Pioli por una falta previa. Todo seguía igual y el equipo de Inzaghi dominaba.

El que comenzó su andadura italiana como un tiro fue Marcus Thuram. El francés, hijo del exjugador de Parma y Juventus entre otros, primero fue una pesadilla para Thiaw en la banda izquierda del Milan, pero después se tiró a la banda contraria y se sacó de la chistera un golazo tremendo, con un derechazo ante el que nada pudo hacer su compatriota Maignan, que voló pero nunca llegó a tocar el esférico.

Sí, de los creadores de Lautaro-Dzeko y Latuaro-Lukaku, llegó el Latuaro-Thuram. El común denominador sigue siendo el argentino, que ve como sus parejas van cambiando y él va ganando jerarquía y ascendencia en el equipo 'nerazzurro'.

En el encuentro pasaba poco, pero cuando pasa poco, los grandes jugadores son capaces de mucho. En el Meazza, primero sorprendió la lluvia a os aficionados, futbolistas y entrenadores, pero después sorprendió el Milan.

El francés Giroud recibió de espaldas, se giró y dio una asistencia demostrando que los delanteros centros no solo sirven para marcar goles, si no también para darlos. El que recibió el pase en carrera fue, como tantas otras veces, Rafael Leao, que definió de manera exquisita al palo largo de Sommer para reducir las distancias en el marcador.

Pero el ímpetu del Milan se apagó con el paso de los minutos, porque el Inter dio más y el Milan no pudo con su rival ciudadano. Los cambios de Inzaghi, dando entrada a Frattesi (goleador con Italia en el parón), Aurnatovic y Carlos Augusto, le dieron al equipo más energía, mientras la lluvia no paraba de caer en el Meazza.

Entonces, llegó el armenio Mkhitaryan, que desde el borde del área y con mucha fortuna, marcó el tercer gol de su equipo. La influencia de Inzaghi se notó pero la claridad de su centrocampista, uno de los grandes beneficiados por la salida de Brozovic al fútbol árabe.

Lo del Meazza era una fiesta para la parte 'nerazzurra', que disfrutaba de su equipo y de una nueva goleada. Lautaro Martínez se anticipó a Theo Hernández dentro del área y el francés le pegó una patada impresionante al argentino, que el árbitro vio de manera instantánea y pitó penalti. El encargado de tirar la pena máxima fue un ex del Milan, el turco Calhanoglu, que no falló, mandando a Maignan a su izquierda.

Si hablábamos de los cambios de Inzaghi, Frattesi le terminó dando la razón al entrenador, porque tras un gran robo de Mkhitaryan, conducción y pase, el exjugador del Sassuolo se internó en el área y cambió la trayectoria para que el portero francés del Milan no pueda hacer nada. El conjunto 'rossonero' tendrá revancha en Champions League contra el Newcastle mientras que el Inter visitará Anoeta.