Nápoles enloquece y recuerda a Maradona en una celebración que acaba en tragedia
El empate en Udine hace al Nápoles campeón de Italia 33 años después. Un muerto y tres heridos de bala durante las celebraciones del título.

"¿Cuándo lo prefieres?" Ha sido la frase más repetida por todos los napolitanos desde el domingo pasado. Nadie hubiera imaginado en agosto ganar el Scudetto y mucho menos a la carta. Pero hace semanas, aun más desde el gol de Raspadori a la Juventus, ha sido una cuestión de tiempo. Ahora sí, toda la ciudad canta el verso, el mismo que salió a las calles en 1987 con la conquista del primer Scudetto. "Tú me dijiste que sí una noche de mayo".
Para Nápoles, equipo y ciudad, ganar el Tricolore es casarse con su anhelo. Redimirse de sus culpas y miedos para demostrarle al mundo el amor más puro y sincero. Por el club, por la ciudad y por ellos. Nadie va a olvidar las 22:37 horas del 4 de mayo de 2023. Ni los 50.000 aficionados que acudieron al estadio Maradona para seguir el partido por la pantalla, ni los12.000 que se fueron hasta Udine para alentar a los suyos.
La plantilla napolitana llegará este viernes para salvaguardar el orden público. Mientras tanto, la fiesta ya ha comenzado y no se sabe cuándo terminará. Serán días y semanas, quizás hasta el comienzo del nuevo campeonato. Primavera o verano, da igual, el color azzurro va a quedarse para rato.
🇮🇹📍 Ahora mismo: Nápoles.
— Relevo (@relevo) May 4, 2023
🛵 Un paseo en moto para ver cómo está el ambiente por las calles napolitanas.
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Tras el empate contra la Salernitana, a seis jornadas del final había 531.441 combinaciones posibles y 531.440 hacían viajar al Scudetto al sur de Italia. Abandonada la superstición, no había nada de lo que preocuparse. "La historia ha querido otra fecha", rezaba una de las pancartas de la ciudad. Para esta jornada 33, como años que llevaba el Nápoles sin ganar, todos los tifosi querían el mismo guion: ganarlo sobre el campo, da igual que fuera a más de 800 kilómetros de casa.
El Scudetto llevaba días como el café: sospeso. En los bares de Nápoles, hay una costumbre filantrópica digna de contar. Cuando alguien pide un Caffè Sospeso, paga dos cafés. El suyo y otro que deja pendiente para alguien que lo pueda necesitar. De todas las ciudades de Italia, ninguna ha necesitado tanto este Scudetto como Nápoles.
Por historia, la que apenas tiene sin Maradona. Por su gente, todos devotos. A excepción de Colonia, no hay otra ciudad europea que supere el millón de habitantes y no divida su amor en varios bufandas. Y sobre todo por el relato, no hay urbe que se desangre tanto por lo que sucede en el campo. Nápoles necesitaba creerse a sí misma sin tener que mirar al pasado. Ahora ya tiene un once que recitará de memoria hasta el fin de sus días. Meret; Di Lorenzo, Rahmani, Kim Min-Jae, Mario Rui; Lobotka, Anguissa, Zielinski; Lozano, Kvaratskhelia y Osimhen.
«En Nápoles, el fútbol y los milagros son lo mismo»
Treinta y tres años de espera nada más son media vida. Aquí cada napolitano no ha dejado de repetirse lo que dice Sorrentino en su última película: Non ti disunire mai. Spalletti lo entendió muy rápido cuando llegó: "En Nápoles, el fútbol y los milagros son lo mismo". El éxito ha llegado en una de las temporadas que menos expectativas despertó el equipo, pero en esta ciudad cuesta ser ateo mucho tiempo. Ha sido un Scudetto oficioso pero no oficial durante semanas, pero este poco o nada tiene que ver con los que levantó Maradona. No es una revancha social, Nápoles ya no lo necesita. Simplemente es fútbol y una pasión descontrolada.
El pasado domingo, el gol de Olivera contra la Salernitana provocó un pequeño terremoto de 2 grados en la escala de Richter en la ciudad. Una que lleva días engalanada de arriba abajo. Hay tiras azules, banderas y pancartas allá donde mires. Hasta las monjas se han puesto la bufanda al cuello y ondean la bandera desde el monasterio. "En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, amén… y Forza Napoli sempre", se ha llegado escuchar decir a algún párroco. En otras iglesias, cantan el Saro con tè, el cántico de moda esta temporada. Parece que aquí el Scudetto purifica.

Son muchos que del primero que se acuerdan no es un familiar, pero se enamoraron ipso facto cuando lo vieron jugar. "Va por ti Diego, este es por ti", se escucha entre gritos y petardos. Maradona sigue tan presente como el primer día. Es la representación del tiempo concentrado que . Bajo su mural en Quartieri Spagnoli, se canta, se celebra y sobre todo se da las gracias. Supersticiosos aquí hasta con lo que se sueña. Cuando Argentina se puso otra estrella en el pecho en Catar, aquí todos se acordaron de la última vez que Argentina levantó el cetro mundial. Era México 86'; y Maradona era más napolitano que la pizza. Ese verano fue el previo al primer Scudetto. Por eso, desde diciembre las cábalas comenzaron en la ciudad. ¿Por qué no se podía repetir? Una cuestión de fe.
Ricomincio da 3
Nápoles que exagera la vida, no iba a guardarse nada para celebrar. Tierra de artistas, la imaginación la llevan innata y lo demuestran con su folclore.No hay barrio, casa, edificio o institución que no exhiba orgulloso esta conquista. Reza uno de los murales: "No hay dos sin tres, menos con Osimhen". Las camisetas de los jugadores están colgadas por toda la ciudad, también sus fotos. Incluso sus figuras de cartón presiden restaurantes, heladerías o pastelerías. Todos presumen de su Nápoles. Lo hace la cárcel de mujeres de Pozzuoli, el consulado americano, los colegios, y cualquier comercio: pescaderos, panaderos o mecánicos. Pobre y desgraciado al que no le guste el fútbol aquí.
Parece una competición. Cada quartieri (barrio) compite por ver quién lo hace mejor. Todo es lo contrario a la moderación, abracadabrante en todo caso. Nadie se guarda nada, ya veremos mañana. Como si fuera Nochevieja, los fuegos artificiales no cesan ni lo harán en toda la noche. Parece que todos aquí han nacido con una educación sentimental nerviosa. Son unos cuantos los que ya se han tatuado el Tricolore y los edificios, todos hablan con las pancartas. Se pide disculpas por los 33 años de espera, "Scusate il ritardo", o se lo agradecen a San Gennaro, patrón de la ciudad, "Grazie, San Gennà". Lo que está claro es que si hay que ponerle título a este Scudetto, todos lo tienen claro: "Ricomincio da 3", en referencia a la película de Massimo Troisi, cineasta napolitano.
Perdonad si molestamos
Una ciudad que necesita celebrar a sus muertos tanto como se entrega a sus vivos tiene mensajes hasta en el cementerio. En el de Poggioreale, el más grande de la ciudad, el día de después del primer Scudetto amaneció con una pancarta que ponía. "No sabéis lo que os habéis perdido". Ahora si uno pasa por allí puede leer: "Perdonad, por si acaso os molestamos". Las referencias a la cultura local son cuantiosas así como el recuerdo a los amigos y familiares que ya no están. Estos días, en una de las principales arterias de la ciudad cuelga una de las más emotivas. "Abuelo, lo que te has perdido". Quizás la más emotiva para muchos napolitanos como Aldo que se enamoraron del Nápoles por las anécdotas que contaban sus mayores.
El Tricolore tiene mucho de Spaccanapoli, la calle que divide en dos a la ciudad. Para los más veteranos, hace revivir emociones que tenían casi enterradas. Para los más jóvenes, es una puerta a la verdad. Todo lo que algún día escucharon, imaginaron y soñaron, ahora es realidad. "Es todo tan azul como me habías contado", le dice Pasquale a su padre. Bajo la mirada del Vesubio, dormido pero activo, el seísmo está ahora en las calles que gritan, lloran y bailan. Con el tráfico cortado, una marea azzurra inunda la ciudad.
Mirá lo que es Nápoles... 😍🇮🇹👑 pic.twitter.com/KxCGenTNSU
— Diario Olé (@DiarioOle) May 4, 2023
Nunca estos ojos vieron algo tan selvático entre tiendas y semáforos. Una Nápoles explosiva y festiva que huele a pólvora. Entre las pancartas, las lágrimas y el humo azul que desprenden las bengalas el atrezzo, hoy más que nunca, hace que no se distinga dónde termina la ciudad, sigue el mar y comienza el cielo. Todo es azul.
La fiesta oficial llegará el 4 de junio cuando el equipo reciba el título, una vez terminado el campeonato para luego pasearlo por las calles de la ciudad. Fabio iba a contraer matrimonio con Ivana en esa fecha, pero han decidido posponer el evento por razones obvias. Para esta ciudad, el fútbol va por delante de todas las cosas. Sean importantes o no. Nápoles siempre ha sido un gran escenario, ahora también es una realidad.
Un muerto y tres heridos de bala
Un joven de 26 años murió por heridas de bala durante la celebración del 'Scudetto'. Fue ingresado en el hospital Cardarelli, donde falleció poco después a causa de unas heridas de bala, según informaron los medios locales. Otros tres aficionados fueron también heridos de bala en la plaza Garibaldi, cercana a la estación central.
Aunque las autoridades aún no han dado más detalles de la investigación, se presupone, según informa la citada cadena, que en medio de la euforia de las celebraciones alguien podrían haber disparado una pistola, alcanzando accidentalmente a las cuatro víctimas.