"Un gol en propia meta": Italia deja sin ventajas fiscales al Calcio para fichar futbolistas
El Ejecutivo que preside Giorgia Meloni no ha prorrogado un decreto de 2019 que permitía a los futbolistas pagar menos impuestos.

El fútbol italiano está acabando soliviantado el 2023. El motivo es la decisión del Gobierno de terminar con las ventajas fiscales que facilitaban la contratación de futbolistas extranjeros. Desde 2019, los recién llegados a la Serie A pagaban menos impuestos, como sucedía en España hasta hace una década con la conocida como Ley Beckham. Pero eso se va a terminar de inmediato y va a dejar a los clubes italianos sin una gran arma en el mercado de fichajes.
"En un momento en el que el fútbol italiano está en ascenso a nivel mundial y europeo (...) la abolición del decreto de crecimiento es un gol en propia meta para el fútbol y para el país en general", se ha quejado en Sky Beppe Marotta, director ejecutivo del Inter de Milán. Los clubes italianos llevan meses intentando que el Gobierno echara marcha atrás en sus planes, pero no lo ha logrado.
Este jueves, la liga italiana también se mostró en contra: "(La medida) provocará una menor competitividad de los equipos, con la consiguiente reducción de ingresos y menos recursos que se asignarán a las canteras, menos actividades relacionadas y, por tanto, también menos ingresos para el fisco".
El fútbol italiano se beneficiaba de ciertas ventajas fiscales desde 2020 gracias al decreto de crecimiento (decreto crescita) aprobado el año anterior por el Gobierno presidido por Giuseppe Conte. Entre otras medidas, la norma incluía beneficios fiscales para los nuevos residentes fiscales. En concreto, los deportistas tributaban solo por el 50% de su renta.
Un ejemplo. Pongamos que Samu Chukwueze, fichado por el Milan al Villarreal el pasado verano, tiene un salario bruto de cinco millones de euros. Los beneficios fiscales le permiten tributar solo por la mitad de esa cantidad (2,5 millones). En la práctica, eso permite al club rossonero y al resto de la Serie A ofrecer sueldos más altos durante la negociación.
Para poder acceder a ese beneficio, era necesario que los futbolistas (o los entrenadores, pues cualquier trabajador podía beneficiarse) hubieran residido en el extranjero los dos años anteriores a su llegada a Italia y que mantuvieran su residencia otros dos años en el país transalpino. El tiempo máximo para disfrutar de ese beneficio era de cinco años.
España tiene un régimen parecido desde 2005, conocido como Ley Beckham porque el futbolista inglés del Real Madrid fue de los primeros en acogerse a él. Quienes se acogían a la norma tributaban a un máximo del 24%, bastante por debajo del tipo máximo para el resto de contribuyentes. Desde 2014, los deportistas están excluidos. Otros países europeos, como Francia o Portugal, también cuentan con regímenes de impatriados que benefician a los deportistas.
Italia dejará de tenerlo, aunque los clubes italianos pelearán para que el Parlamento revierta la decisión del Gobierno. En los últimos días intentó que se prorrogara al menos hasta el 29 de febrero, para contar con ese ventaja durante el mercado de invierno, pero no lo consiguió.