FC BARCELONA

La historia tras la servilleta subastada de Messi: el Barça no la quiso y está en una caja de seguridad del Banco Crèdit de Andorra

El primer 'contrato' de Leo con el Barcelona saldrá a subasta próximamente.

La servilleta con la que Messi se vinculó al Barça siendo niño./
La servilleta con la que Messi se vinculó al Barça siendo niño.
Alberto Martínez

Alberto Martínez

En el restaurante del Club de Tenis Pompeia, a los pies de Montjuïc, donde ahora el Barcelona sobrevive mientras que reconstruye el Camp Nou, se firmó en una de las servilletas del restaurante el "contrato que cambió la historia contemporánea del Barça". Un encuentro para unir a Leo Messi, que en aquel momento era un prometedor niño de 13 años que recibía un tratamiento hormonal, con la entidad azulgrana, en la que algunos directivos tenían dudas de la apuesta.

Reunidos Josep Maria Minguella, Carles Rexach y Horacio Gaggioli en una de las meses, el intermediario argentino quería plasmar el acuerdo y, ni corto ni perezoso, pidió una servilleta de papel para escribir lo siguiente: "En Barcelona, a 14 de diciembre del 2000, y en presencia de los señores Minguella y Horacio, Carles Rexach, secretario técnico del FCB, se compromete bajo su responsabilidad y a pesar de algunas opiniones en contra a fichar al jugador Lionel Messi siempre y cuando se mantengan las condiciones acordadas".

Desde aquel entonces, la historia de Messi es conocida. No tanto la de la servilleta, que ahora saldrá a subasta, como adelantó La Vanguardia y confirmó Relevo, por la compañía británica Bonhams en una puja que se hará los días 18 y 27 de marzo y con un precio de salida de unos 350.000 euros. "Es uno de los objetos más emocionantes que he manejado", asegura Ian Ehling, jefe de libros y manuscritos de Bonhams, para el rotativo.

Sobre la subasta, habló Joan Laporta y afirmó: "El museo del Barça sería el sitio más adecuado. El que lo compre, que lo traiga al museo. Nosotros no lo compraremos porque el museo son cosas que han donado".

Gaggioli se la quedó en propiedad y vivió durante 16 años en una caja fuerte de La Caixa en la Avenida Diagonal de Barcelona hasta que el agente de jugadores, que entre otros ha gestionado la carrera de Marco Asensio, se trasladó a vivir a Andorra. Eso fue en 2017, cuando la servilleta pasó a estar en una de las cajas fuertes del Crèdit de Andorrà. Entre medio, hubo una posibilidad de que finalmente acabara en el Museu del Barça, donde todos creían que debía estar por el simbolismo. "Seguramente requeriría más atención que un trofeo", explicaron los protagonistas de aquella firma en su momento.

En la etapa de Sandro Rosell como presidente se iniciaron unas negociaciones que apenas duraron unas semanas ya que la respuesta fue 'no'. No hubo un acuerdo o no hubo voluntad, pero finalmente la servilleta viajó con Gaggioli a Andorra, donde permanece hasta la subasta pese a que llevaba años desoyendo las ofertas para subastarla.

Hasta que ahora, con 73 años, el intermediario ha accedido para que acabe como una pieza de coleccionista bien cuidada. Un papel determinante para que la familia de Messi creyera al Barça por el afán de Minguella, el ojo clínico de Rexach y la astucia de Gaggioli, el padre de un objeto de coleccionista.