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Solskjaer dice lo que muchos piensan sobre los Expected Goals, pero en realidad no funcionan así: "Yo marcaré ese gol y tú no"

El entrenador del Besiktas rechaza que una ocasión dé el mismo valor para cualquiera, pero la estadística nunca ha querido reflejar eso.

Solskjaer, en un partido con el United./ARCHIVO
Solskjaer, en un partido con el United. ARCHIVO
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Seguro que en más de una ocasión has mirado perplejo la televisión cuando la repetición te escribe un porcentaje de posibilidad de marcar en un determinado disparo. Lo que se conoce como Expected Goals. Cómo es posible que a medio metro de la portería sin portero sea un 85%. O un mano a mano solo un 13%. Preguntas que todos nos hemos hecho y que también ponen de acuerdo a Ole Gunnar Solskjaer, actual entrenador del Besiktas.

Una reflexión suya en rueda de prensa ha corrido como la pólvora en redes sociales porque ha puesto de acuerdo a casi todos: "No estoy muy de acuerdo con la estadística de Expected Goals. Si tú y yo tuviéramos la oportunidad de patear la pelota desde el mismo punto, el Expected Goals sería 0.2 (20% de posibilidad de marcar), pero yo marcaré ese gol y tú no. O quizás lo hagas tú, no lo sé".

Por "tú" se refiere al periodista y refleja una realidad indiscutible: por supuesto no tienen las mismas posibilidades de marcar un periodista, un exfutbolista o uno de los jugadores del Benfica. Pero su Expected Goals, el famoso numerito de la televisión, marcaría exactamente el mismo valor. Por tanto, claro, bajo estos datos, resulta tan evidente que la estadística es errónea e irrelevante.

El asunto es que no, que la industria no analiza eso, que es un dato más al por mayor que al por menor, que no sirve para una acción concreta y más sí para un estudio en grandes proporciones. Quizás el problema es cómo se utiliza esa estadística, o, más bien, cómo lleva a la interpretación del espectador. Una interpretación errónea porque obviamente no es lo mismo un mano a mano de Kylian Mbappé que un mano a mano de Antonio Rudiger, por poner un ejemplo.

Tampoco quiere la estadística reflejar eso, aunque las retransmisiones engañen. Lo que mide el Expected Goals en una jugada concreta es el porcentaje de disparos que se marcan desde esa posición y bajo esas circunstancias. Y por circunstancias se refieren a jugadores alrededor, el ángulo o la posición del portero. Esto claramente no puede medirlo absolutamente todo: ¿acaso podría una estadística cuantificar o cualificar cosas como que ese jugador esté tocado o tenga como defensor a un delantero fuera de zona o a un central de élite mundial?

No, por supuesto, por lo que no hay que entender esta narrativa como una ciencia exacta, sino como un dato valor para sacar conclusiones a grandes rasgos. "El problema es que le falta contexto", consideran los expertos. Y ese es exactamente el clic necesario para entender la naturaleza del dato. Por ejemplo, hay una popular cuenta que refleja tras el final de cada partido, si resulta llamativo, los goles esperados en función de lo ocurrido y, por otro lado, el marcador final del encuentro.

Veamos el siguiente ejemplo: Man City (4.83) 3-1 (0.07) Plymouth

¿Qué refleja ese dato? En resumidas cuentas puede parecer que el Plymouth marcó un gol sideral y que apenas generó peligro. La estadística como tal garantiza que este segundo escenario ocurrió, pero el primero no tendría por qué haber sido así. Quizás fue en propia puerta, que no cuenta para los Expected Goals, o quizás fue un error grotesco del portero.

Los tres goles del City en 4.83 esperados bien cuentan que los mancunianos no estuvieron acertados de cara a puerta. Y eso es cierto, pero ojo, no hay que tomárselo al pie de la letra. Puede que fallaran ocasiones jugadores que no tendrían por qué haber estado ahí, entre otros casos.

La gracia de este asunto es analizarlo de forma global: si el City encadena cinco o seis partidos consecutivos con una cifra de goles esperados superior a los goles anotados es una señal inequívoca, ahí sí, de que el equipo no está siendo capaz de transformar las ocasiones y que debe trabajar en la definición. Del mismo modo, si es al revés, un entrenador debe valorar que no siempre marcarán goles por la escuadra desde 25 metros, que es utópico.

O a la hora de fichar. No es solo firmar a un delantero que haya marcado 15 goles en, por ejemplo, la liga belga. Si ese jugador ha marcado 15 goles en 15 esperados es que es eficaz. Si los ha convertido en 28 esperados, no es eficaz, pero genera ocasiones, una buena señal. O no, depende de lo que se busque. Y cuidado con que haya convertido 15 de 10 esperados. Dará el salto a la liga española, donde será más complicado que genere ocasiones y ya de por sí genera pocos. También será más difícil que convierta esos tantos tan complicados porque el nivel de los porteros y defensas será mayor...

Barcelona (3.81) 4-4 (1.61) Atlético Madrid

En este caso, el Atlético de Madrid marcó goles por encima de lo presuntamente reflejado en el partido, pero tampoco hay que tomarlo al pie de la letra. El gol de Julián Alvarez, el primero de la noche copera, pudo tener una cifra alta, por ser en boca de portería y sin adversarios alrededor, pero también hay que dar mérito a cómo logró interpretar la acción, el movimiento de los defensas, a dónde iba a llegar la pelota...

Una herramienta de lo más útil que muchas veces cuenta con un juicio popular malo en líneas generales porque el número reflejado en pantalla no se corresponde con algo especialmente realista en el momento en cuestión. Solskjaer así lo considera, pero esta ciencia va mucho más allá de una acción concreta.