El sueño cumplido de los hermanos Mosquera: "Es algo que no te imaginas que va a pasar"
Yulian, de 12 años, y Cristhian, de 18, jugaron juntos con el Valencia en la nueva iniciativa de LaLiga Promises. Sus padres no daban crédito en las gradas.

Vila-real (Castellón).- Entre las gradas del Estadio de la Cerámica, que estos días acoge el XXX aniversario de LaLiga Promises, Loreydis y Cristhoper miraban ilusionados como sus dos hijos saltaban al terreno de juego. Leyendo estas líneas pensaréis que esa sensación la compartirán los cientos de padres que se han recorrido media España para ver a jugar a sus hijos, pero aquí hay una historia muy peculiar detrás. Yulian Andrés Mosquera, central del Valencia, tiene 12 años y Cristhian Mosquera, su hermano y compañero en el césped, 18.
"Siento muchísimo orgullo. Es una cosa que ni te imaginas que va a pasar en la vida. Verlos juntos es algo alucinante", cuenta emocionado Cristhoper Mosquera, padre de ambos futbolistas a Relevo. Por primera vez en la Promises, los niños podrán jugar los cinco primeros minutos de cada parte con un ex jugador o futbolista en activo. La incitativa, que levanta pasiones entre los más pequeños e incluso entre los más mayores ("No todos los días se tiene la suerte de ver a un campeón del mundo como Cazorla", se oye en las gradas) ha hecho que el pequeño Yulian haya podido cumplir al fin uno de sus grandes sueños.
"Ha sido una experiencia única. Habíamos tenido la posibilidad de entrenar juntos, pero el poder disfrutar con él en el campo... No lo voy a olvidar jamás", señala el futbolista del primer equipo del Valencia, Cristhian Mosquera. "Estos días lo hablábamos en casa. Siempre hemos tenido la expectativa de poder jugar juntos en un futuro, pero con lo que ha pasado en el terreno de juego se ha cumplido medio sueño", cuenta.

"Yulian estaba muy ilusionado de poder jugar con Christian. Es el típico niño que se pone la ropa de su hermano en casa. Siempre le estaba diciendo 'ojalá pueda jugar un día contigo", confiesa Cristhoper. En las gradas, juntos a su mujer y su cuñado, el matrimonio que llegó hace 22 años a España desde Colombia, disfrutaron de un momento único que, junto al debut de Cristhian con el primer equipo del Valencia, no van a olvidar jamás.
"Es algo que no se vive todos los días. Si ya es difícil que un hijo pueda cumplir su sueño, imagínate los dos", apunta con la alegría de un padre que no puede estar más orgulloso de sus dos hijos. "Al principio, cuando nos comentaron que iban a jugar juntos, no nos lo creíamos. Es algo que no te imaginas. ¿Enserio, de verdad? Ahora tengo que sacarle una foto a los dos", dice. Desde la grada su mujer, Loreydis, ya ha empezado a capturar instantáneas. "Esto es algo único", dice mientras no pierde detalle de lo que está pasando en el terreno de juego. "Ella es muy futbolera", añade su marido entre risas.
Las mariposas en el estómago y el apoyo desde Colombia
Con caminos muy similares, Christian entró en el Valencia cuando tenía 12 años y su hermano Yulian con 11, los dos juegan en la misma posición, la de central. "Siempre hablamos de lo que tiene que mejorar. Como jugamos en la misma posición soy un espejo para él", cuenta Christian.
"Tenía mariposas en el estómago pensando que iba a compartir vestuario con mi hermano"
Cristhian MosqueraAlucinado por todo lo que está viviendo en el Estadio de la Cerámica, "hay un grandísimo ambiente", el futbolista confiesa que la noche previa sintió algo diferente. "Tenía esas maripositas en el estómago pensando en que iba a compartir campo con mi hermano", cuenta con quien con 17 años debutara con Valencia.
Desde Colombia, sus familiares no perderán detallen de todo lo que suceda con los dos hermanos sobre el césped. "Allí están como locos. Una lástima que no puedan estar aquí. Cuando se enteraron de que iban a jugar juntos empezaron a bombardearme el teléfono", señala Cristhoper que siempre acompaña a sus hijos allá por donde van.
"Me hace muchísima ilusión que nuestros padres estén aquí apoyándonos. Se han dejado la piel para que nosotros podamos disfrutar de estas oportunidades y se lo debemos a ellos", agradece emocionado Cristhian. El partido más especial de la familia Mosquera terminó con empate a uno, pero el resultado esta vez era lo de menos. "Alguna jugada habrá preparada entre los dos", avisa. De momento lo que han dejado es una de las historias más emotivas de la Promises.