Cómo han cambiado Real Madrid y Barça, un año después de la autoproclamada "nueva era"
Araujo anunció un cambio tras la arrolladora victoria del Barcelona en la final de la Supercopa. Ahora, Xavi es el que llega señalado y Ancelotti, reforzado.

"Empezó la nueva era". Un Ronald Araujo pletórico pronunciaba estas palabras tras vencer en la final de la Supercopa de España al Real Madrid por un gol a tres. El lema ya se podía apreciar en el documental de Amazon Prime Video sobre el Barcelona y se comenzó a utilizar especialmente a la llegada de Xavi al banquillo del Camp Nou en noviembre de 2021. Pero su gran proclamación la pronunció hace un año el central uruguayo y no era casual. Aquel día, su técnico salió reforzado y Carlo Ancelotti, señalado. Incluso parecía que llevaba razón: los blaugranas llevaban en dinámica ascendente y los blancos daban síntoma de agotamiento.
La final se disputará el próximo 14 de enero, 364 días después de la autoproclamada "nueva era". Y las sensaciones distan de lo que entonces anunció Araujo. De hecho, la situación prácticamente ha dado la vuelta. Carlo Ancelotti ha renovado su contrato con el Real Madrid y ha encontrado una estabilidad basada en una plantilla joven y físicamente imperial. Xavi, por el contrario, está más discutido que nunca. Los resultados no llegan, la Liga está complicada y la semifinal ante Osasuna fue el primer partido que lograban ganar por más de un gol desde el pasado mes de septiembre.
¿Pero qué ha pasado en cuestión de un año para que las sensaciones hayan dado un giro de esta magnitud? Xavi logró ganar la Liga y Ancelotti, la Copa. Además, el Real Madrid logró llegar a semifinales de la Champions. Una temporada relativamente equilibrada, aunque con más regularidad por parte del equipo blaugrana. La gran diferencia entre ambos conjuntos se ha dado en el arranque de la presente campaña.
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Ni la plaga de lesiones frena al Real Madrid
En ella, el Real Madrid dejaba una sensación dubitativa por no contar con un delantero centro, pero Ancelotti encontró la tecla con el flamante fichaje Bellingham desatado y un esquema de futbolistas perfectamente adaptado al fútbol moderno. Ni siquiera las lesiones le han privado de encontrar esa regularidad tan deseada años atrás, con una primera fase brillante en Champions y una Liga sin apenas caídas. Solo el imparable Girona, también con 48 puntos, le impide tenerla encarrilada en la conclusión de la primera vuelta.
Ancelotti ha perdido a su portero (Courtois) y dos centrales titulares (Alaba y Militao) por el camino. También ha lamentado lesiones de duración media como las de Camavinga, Tchouameni o Vinicius, que no han contado con la consistencia esperada. Ni el mayor de los optimistas hubiera previsto tal regularidad de resultados dada una situación tan adversa en lo físico.
Xavi sucumbe entre las molestias y el resultadismo
El Barcelona, por el contrario, se ha bloqueado en un fútbol menos rápido y directo que el de su rival y con los problemas de efectividad continuamente repetidos por Xavi Hernández. Las lesiones también le han pasado factura. Su alma Gavi se rompió para muchos meses y jugadores como Lewandowski y Pedri han ido arrastrando molestias físicas que les han lastrado.
Un capítulo especial de la crisis fue la doble derrota consecutiva ante Girona en Montjuic (2-4) y Amberes (3-2), que se terminó de cerrar con el empate en Mestalla. Desde entonces, el Barça vence, pero ni mucho menos convence: por la mínima ante el colista Almería en casa y con penalti en el descuento frente a Las Palmas. Ni siquiera se libraron del sufrimiento en Barbastro, contra un Segunda Federación.
👔 Nueva era. pic.twitter.com/OCG3ClBkEQ
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Por ello, Xavi está en el ojo del huracán. Jugadores de la talla de Raphinha, Lewandowski o Joao Félix no han rendido al nivel esperado. En menor medida, Gundogan o Cancelo, dos de los fichajes estrella de la temporada, no han encontrado regularidad. El propio técnico anunció en su día: "No firmo ganar sin jugar bien". Fue en octubre de 2022. Ahora, algo ha cambiado el discurso: "Firmo ganar por la mínima a Osasuna y por la mínima en la final".
El día de la “nueva era”
La nueva era se terminó por consolidar con la conquista de la Supercopa de España, el primer título de Xavi y un ansiolítico para aquellos que dudaban del proyecto. Porque no solo ganó, sino que lo hizo arrollando a su adversario en fútbol e intensidad. Era ganar para avisar. Ancelotti, entonces, confiaba ciegamente en un once titular que llegaba desgastado y el Barça, encabezado por los jóvenes y al mando de Gavi, un perro de presa con buen pie.
Además, el planteamiento de Xavi brilló, con los cuatro hombres en el medio: Busquets, Gavi, Pedri y Frenkie de Jong. Era la primera vez que se atrevía ante el Real Madrid y fue un éxito rotundo. También acertó con Araujo como marcador único de Vinicius, que se trato de alejar de la banda para respirar y que acabó superado por su adversario.
Para colmo, el Madrid dio síntomas de enormes flaquezas defensivas y solo un gigantesco Courtois, al que ahora añoran, evitó un problema mayor. Si hasta se dudaba del fichaje de Rüdiger, ahora comandante indiscutible de la zaga. El público árabe hasta lo festejó con "olés" en la grada. Cuánto ha llovido desde entonces. Ahora la situación es más bien contraria: Ancelotti, reforzado; Xavi, señalado. Y una final que puede abrir todavía más heridas o dar comienzo, de nuevo, a una nueva era.