SUPERCOPA | REAL MADRID 3 - BARCELONA 1

La constatación de un Real Madrid 'sin' Luka Modric

Todas las suplencias anteriores del croata en una final habían estado condicionadas por problemas físicos o de adaptación. Kroos ocupó su lugar ante el Barça.

Modric, en el calentamiento previo a la semifinal de la Supercopa contra el Atlético. /REUTERS
Modric, en el calentamiento previo a la semifinal de la Supercopa contra el Atlético. REUTERS
Manuel Amor

Manuel Amor

Luka Modric fue suplente en la final de la Supercopa de España entre Real Madrid y Barcelona. En una alineación con la gran sorpresa de Lunin, Ancelotti dio entrada a Kroos en el lugar del croata, que estuvo impreciso en la semifinal contra el Atlético. La noticia no deja de ser algo habitual esta temporada (Modric ha salido desde el banquillo en 11 de los 26 partidos en los que ha estado disponible), pero refleja a las claras la pérdida de protagonismo del '10' en los planes de Carletto.

De hecho, esta es la primera vez en sus 12 años en el club que el de Zadar, estando en perfectas condiciones, se queda fuera del once de una final a partido único. Ha decidido muchas y ha ganado la friolera de 20, pero su papel principal ha dejado paso a uno más secundario que le tiene enfadado desde agosto. Y el plan, como consecuencia de todo ello y pese a que es difícil asegurar que esta vaya a ser su última campaña en el Bernabéu, pasa por que ponga fin a su brillante etapa como madridista cuando termine el curso. Lo de este domingo sólo es un paso más en su descenso hacia un lugar menos relevante de la plantilla.

El 'castigo' de Croacia y suplencias condicionadas

Luka seguirá el Superclásico desde un lugar tan desconocido como incómodo para él. La suplencia la estrenó, curiosamente, en su primera final, la Supercopa de España de 2012. En ese momento el torneo se disputaba en formato de ida y vuelta y la decisión de Mourinho estaba totalmente justificada: Modric había fichado por el Madrid el 27 de agosto y su debut se produjo en el segundo encuentro, el día 29 y con sólo dos entrenamientos con el equipo.

Modric, en su debut con el Real Madrid.  EFE
Modric, en su debut con el Real Madrid. EFE

En la siguiente, la de la Copa del Rey perdida en el Bernabéu ante el Atlético, ya fue titular. Desde ahí le siguieron otras cuatro: la Copa ganada al Barça en Valencia, la Champions de Lisboa y su córner servido a Ramos en el 94', una Supercopa de España ante el Atleti, otra de Europa frente al Sevilla... La primera que se perdió fue la del Mundial de Clubes de la 14-15. Días antes se había lesionado con Croacia en el tendón. Su selección y la Eurocopa también provocaron su tercera suplencia en la 16-17, en la Supercopa de Europa que levantaron los de Zidane frente al Sevilla.

Aquel verano Modric y muchos de sus compañeros alcanzaron las eliminatorias de la Euro, se incorporaron tarde a la pretemporada y Zizou sacó un once plagado de suplentes en Noruega: Cristiano, Bale, Pepe y Kroos ni siquiera fueron convocados y otros como Modric, James o Benzema salieron desde el banquillo. Asensio se rebeló con un golazo y Carvajal decidió el título en el 119'.

Lo mismo ocurrió en su cuarta suplencia, en la Supercopa de Europa de 2018, después de llevar a su país al subcampeonato del Mundial de Rusia. Se perdió toda la gira y se puso a las órdenes de Lopetegui el 6 de agosto, llegando lejos de su mejor forma a la dolorosa derrota ante el Atleti (2-4) del día 15.

La quinta y penúltima vez que siguió un partido decisivo desde el banquillo fue en mayo del año pasado, en la final de la Copa contra Osasuna en La Cartuja. En aquel caso, el centrocampista llegó muy justo por una rotura en los isquiotibiales, pero consiguió participar en los minutos finales gracias a un viaje a la desesperada a Belgrado para tratarse con la 'doctora milagro'. Días después pronunció unas palabras que hoy cobran todavía más sentido: "Quería hacer todo lo posible para jugar estos partidos, no me gusta nada perdérmelos".