BARCELONA

A Xavi se le pone cara de Valverde: la Supercopa lo deja más cerca del abismo

El técnico azulgrana ha perdido el primer título y necesita ganar la Copa, remontar en la Liga y mejorar en la Champions.

Xavi Hernández, con la medalla de subcampeón de la Supercopa al cuello. /AFP
Xavi Hernández, con la medalla de subcampeón de la Supercopa al cuello. AFP
Alberto Martínez

Alberto Martínez

Xavi Hernández presenciaba la entrega de medallas del Real Madrid, sobre el césped del estadio del Al-Nassr de una Riad 'madridista', con la mirada fija, casi sin pestañear, entristecido, después de recibir el abrazo de Laporta y de ver cómo su equipo se había deshilachado. Un correctivo en toda regla que deja al entrenador en una situación de debilidad en una Supercopa de España que ya sentenció recientemente a uno de sus predecesores, Ernesto Valverde, que fue despedido después de perder en las semifinales ante el Atlético de Madrid.

No ocurrirá lo mismo con el de Terrassa, que tiene crédito aunque la credibilidad en su proyecto está a punto de caducar (30 de junio), a la espera de que consiga levantar algún título de los tres que restan con un decorado exigente: si bien en la Copa su equipo afronta la ronda más débil ante Unionistas, en la Champions se la juega ante el Nápoles aunque el nivel mostrado está lejos de los favoritos y en la Liga están ahora mismo a siete puntos de un Real Madrid que está demostrando estar en plena forma. "Si no se gana habrá que tomar decisiones", comentó Laporta en diciembre. "El míster sigue con la confianza de todos. Es una derrota que no cambia nada en ese aspecto", dijo Deco, director deportivo, tras el encuentro de este domingo.

El 'Txinguirri' Valverde vivió un momento de mayor exigencia y vio cómo su prematura eliminación en las semifinales de la Supercopa le costó el cargo. Aquel Barça, que no acababa de tener un juego tan brillante como el de su antecesor (Luis Enrique) y al que se le echaba en cara que la plantilla no entrenaba, iba líder en la Liga y había pasado también a los octavos de final de la Champions como primero de grupo. Pero la Junta Directiva presidida por Josep Maria Bertomeu tomó la decisión en una gestión que con un nexo común con la actual.

Después de aquella Supercopa en Arabia, Eric Abidal, entonces secretario técnico, viajó con el director general, Óscar Grau, a Qatar para reunirse con Xavi Hernández días antes de despedir a Valverde. Aún no estaba preparado el técnico del Al-Saad, así que finalmente fue Quique Setién el escogido después de varios candidatos: la aventura finalizó con un 2-8 ante el Bayern de Munich. "Ayer estaba en mi pueblo con las vacas y hoy entreno a los mejores del mundo", dijo el técnico cántabro en su presentación.

Xavi, en la final perdida de Riad, bajó el tono en la sala de prensa, en la que pidió disculpas a los aficionados, asumió que el inicio del partido fue clave y que no compitieron cómo exigía el encuentro. Un discurso que no resuelve una situación que sigue enquistada para un Barça que no levanta títulos, ni gana clásicos ni ofrece ese juego cruyffista esta temporada, donde a Xavi se le pone cara de Valverde.