FEDERACIÓN

La RFEF es un clamor: "Necesitamos a un Mateu Alemany"

Hay quien piensa en Las Rozas que, más allá de un nuevo presidente, urge una especie de CEO de consenso que limpie la mala imagen.

Mateu Alemany, en una de sus últimas comparecencias con el Barcelona. /GETTY
Mateu Alemany, en una de sus últimas comparecencias con el Barcelona. GETTY
Alfredo Matilla

Alfredo Matilla

Alguno de los presidentes de las Territoriales de la Federación de fútbol se vieron este fin de semana en Madrid en una doble jornada de trabajo (viernes y sábado) organizada dentro de su Plan Estratégico para seguir trabajando, pese a los baches, en la profesionalización y modernización de la institución. Allí, la decena de barones que asistieron uno de los dos días (Paco Díez, Marcelino Maté, Salvador Gomar...) junto a otros 40 responsables federativos, volvieron a recibir formaciones de todo tipo, como es habitual desde 2020 con la colaboración de UEFA, para seguir dando pasos en la búsqueda de la excelencia en la gestión. Sin embargo, ante una cumbre algo descafeinada, con bajas de última hora (Josep Sansó, Pablo Burillo...) y con ponencias algo tediosas, lo más jugoso de estas 24 horas en el Hotel Princesa fueron las caras, los corrillos, los ágapes del viernes y las despedidas de ayer.

Ahí, como no podía ser de otra manera, los asistentes analizaron entre ellos la crisis que rodea a la RFEF en torno al fútbol femenino y que parece no tener fin ("urge que recuperemos cuanto antes la estabilidad"), volvieron a repasar la dimisión de Luis Rubiales ("está centrado en preparar su defensa") y los últimos coletazos del Caso Negreira ("ver a la Guardia Civil desfilando no ayuda a calmar los ánimos"), sí como las alternativas que hay sobre la mesa para recuperar el equilibrio y la tranquilidad. Lo hicieron de manera informal y como colegas, pero con una preocupación evidente.

Sin Pedro Rocha presente, líder de la Junta Gestora que deberá guiar esta transición hasta las elecciones, hubo tiempo para reclamar más información a los escuderos del mandamás en funciones, que no termina de poner fecha para una nueva Comisión de Presidentes que le reclaman. Sirva como ejemplo que alguno se enteró el viernes de la destitución del Director de Comunicación, Pablo García-Cuervo, por los medios y las redes sociales. Y en el mejor de los casos, debido a que recibió la llamada de Rocha media hora después del comunicado oficial... Además, los directivos demandan más premura para tomar decisiones de peso que reclaman las jugadoras y la sociedad.

Aunque en privado a más de un dirigente se le escapa una sonrisa cuando se le pregunta por sus posibilidades de presentarse a los próximos comicios -presumiblemente en el primer trimestre de 2024-, en esta cumbre volvieron a confirmar, entre ponencia y ponencia, que la hoja de ruta a seguir ahora mismo pasa por que nadie, absolutamente nadie, saque los pies del tiesto con declaraciones que puedan echar gasolina a la hoguera. Lo que sí hicieron en algún caso -aunque sea en voz baja- es avalar una corriente que se ha originado en Las Rozas: con la salida de Andreu Camps, el secretario general que obró durante cinco años como cerebro de la Federación, se da el escenario perfecto para cambiar las cosas de verdad dentro de la casa. Entre ellas buscar a un hombre de consenso -ya sea como secretario, director general o CEO- que dirija con inteligencia el día a día y, sobre todo, que sea limpie la mala imagen y sea respetado y querido por todos. El nombre de Mateu Alemany, ex de Mallorca, Valencia y Barça, corre ya como la pólvora en la Ciudad del Fútbol.

Los responsables federativos saben que Mateu Alemany, ahora sin trabajo -porque no quiere- tras haber salido del Barcelona hace un mes, es un hombre que siempre ha generado mucha ilusión en varios círculos de la Federación. De hecho, Alemany siempre ha sido una pieza codiciada por el mundo del fútbol. El primero, Florentino Pérez. El presidente del Real Madrid ya le ofreció la dirección general en el 2000 cuando llegó al Bernabéu. Y, además, en clave federativa, Mateu se atrevió a liderar en 2007 una candidatura fallida en oposición a Villar ('Federación para todos'), aunque finalmente no pudo presentarse a las elecciones ya que la Asamblea no le permitió dar el paso por un tema legal. Era una condición indispensable "estar en activo en alguno de los órganos de gobierno y representación" (clubes, LFP, territoriales, RFEF, FIFA o UEFA) y "llevar en el cargo un tiempo no inferior a un año", y él no cumplía con el reglamento al haber estado fuera de circulación en los últimos tres.

Acercamiento y temor con LaLiga

Ahora, una amplia mayoría entiende que un dirigente así es lo que verdaderamente hace falta. "Si no es Mateu Alemany, que sea alguien como él", reconocen a Relevo varios directivos con voz y voto en la Asamblea, aunque también hay otros que, bajo ningún concepto, quieren a una especie de director general (Alfredo Olivares hace de forma provisional las funciones de Andreu Camps) que pueda tener una relación demasiado estrecha con Javier Tebas. No están dispuestos a que la institución corra el riesgo de ponerse a su servicio. "Una cosa es que RFEF y LaLiga nos tenemos que entender y llevar bien, mucho mejor que hasta ahora con Rubiales, y otra que aquí mande Tebas y haga y deshaga", argumentan varios dirigentes consultados.

La trayectoria de Alemany no puede ser más completa. Presidió el Real Mallorca en dos etapas, entre los años 2000 y 2005 y después 2009, también fue director general del Valencia durante más de dos años (entre 2017 y 2019) y fue director de fútbol del Barcelona desde marzo de 2021 hasta final de agosto de 2023. De ahí que su perfil sea el ideal para un puesto de responsabilidad como el de la RFEF. Eso sí, es un sueño.

¿Qué piensa él? El directivo balear (60 años), según diversas fuentes consultadas, no tiene intención alguna, por ahora, de postularse para optar a ningún cargo en la Federación. Y más con la que está cayendo y con los meses turbulentos que se avecinan con tantos escándalos. La presidencia no le seduce tanto como antes y la secretaría general, o un nuevo puesto creado ad hoc como CEO, ni siquiera le podría ofrecer unas condiciones económicas similares a las que le ponen encima de la mesa varios clubes europeos. El Atlético, tal y como adelantó Enrique Ortego en Relevo el 23 de septiembre, es el mejor colocado para persuadirle.

Aun así, hay algún que otro pilar de la Federación que, llegado el caso, le preguntará e intentará seducirle -si aún anda libre-, dándole total libertad para que configure un equipo de trabajo a su medida. El primer fichaje galáctico para contrarrestar las bajas que se han producido y producirán es Mateu Alemany. La segunda, un Mateu Alemany. Él o uno como él. La Federación es un clamor para poder resurgir. Con eso y, mientras llegue el momento de fichar, con tanta salida. Una frase muy repetida en el Hotel Princesa fue ésta: "A ver a quién le toca la próxima semana...".