FÚTBOL

El cambio de decisión de Juan Carlos Unzué para cuando llegue el momento crítico: "Prefiero marcharme un poco antes pero que mi vida haya sido una vida plena"

El exportero se sinceró en Radio Nacional. Declaró que ha decidido no hacerse la traqueotomía. Tiene grabado el día en que dijo a sus hijos que padecía ELA.

Juan Carlos Unzué. /
Juan Carlos Unzué.
Equipo Relevo

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"IRREPETIBLE en mayúsculas. Creo que es la entrevista más impactante de mi vida". Este es el mensaje que escribió el X el periodista Carles Mesa, periodista de Radio Nacional, después de su entrevista a Juan Carlos Unzué para el programa 'Irrepetibles'. Y es el sentimiento que embarga a todo aquel que escucha el testimonio del exportero y exentrenador, enfermo de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) y que el pasado 9 de marzo anunció que dejaba de comentar partidos por el avance de su enfermedad.

Fue una entrevista de vida, amplia, sincera y sin ambages, en la que Unzué se abrió como siempre, como nunca. "Mentalmente estoy bien, me sigo sintiendo fuerte, tranquilo y con toda sinceridad lo digo, que preparado para lo que venga", fue la primera declaración que salió de su boca. "La ELA afectó de inicio a mis extremidades, he perdido la fuerza y sobre todo la movilidad en manos, brazos, prácticamente al cien por cien, y piernas. Voy en una silla de rueda hace cuatro años. Y ahora he empezado a sentir que mi capacidad respiratoria va disminuyendo. Y eso conlleva que el esfuerzo que tengo que hacer para hablar de forma continuada es mucho mayor", siguió.

Unzué abrió a RNE las puertas de su casa en Esplugues de Llobregat, a la que se trasladó hace unos meses para beneficiar su día a día. El navarro rebobinó hasta su infancia, sus primeros pasos en el fútbol ("Con 15 años me ficha Osasuna y con 18 ya estoy en el primer equipo. No me dio tiempo ni a soñar"), y la influencia de dos personajes claves en el fútbol y en el Barça: Johan Cruyff y Guardiola: "Me quedo con los dos. He tenido la suerte e trabajar con los dos y no me voy a quedar con uno porque he aprendido muchas cosas de ambos y de otros muchos que por suerte he tenido. Johan Cruyff nos marcó a todos. Cuando llegamos aquí, aquellos once o doce jugadores, en el 88, nos marcó. Me pareció una persona muy inteligente, a la vez muy exigente pero también muy cercana. Jugué poco aquellos dos años porque tenía a Zubizarreta como compañero de puesto. Siento que aprendí muchas cosas, que me ayudaron el resto de mi carrera. Entre ellas fue los aprendizajes con Johan. Normalmente se suele destacar de él el aspecto táctico, lo que enseñaba. Pero Johan, además de ese tema, cambió la mentalidad no digo de los jugadores, sino del club, del Barça, de los culés. Fue capaz de convencernos de que podíamos ir a cualquier campo, incluido el Bernabéu, quitarle la pelota al Madrid y ganarle. En aquellos momentos el Barça no venía de una época boyante y aquello fue clave para que el Barça no sólo consiguiese los títulos con él sino en los años posteriores. Guardiola me impactó, aprendí mucho de él porque fue capaz de evolucionar la idea base de Johan, sobre todo en el aspecto ofensivo. Ha sido un transgresor, como lo fue Johan. Creo que tiene la sensación de que ha sido y es uno de los mejores entrenadores de todos los tiempos".

No añora el fútbol

Unzué se retiró el 15 de junio de 2003 y después de colgar los guantes probó suerte en los banquillos. Toda una vida en el fútbol que la ELA cortó de manera abrupta. Sin embargo, el navarro no añora la pelota: "Prácticamente nada, no lo echo de menos, lo digo con sinceridad. Porque tengo la sensación de que he tenido una vida plena, que cuando algo se me ha pasado por la cabeza me he tirado a la piscina, lo he intentado. Y eso me da tranquilidad. Ver que tu vida ha sido pensar en algo e intentarlo hace que no añore nada. La sensación de que no he perdido el tiempo. Incluso mi hobbie los últimos años era la bici, ahora veo ciclistas, me fijo en ellos pero no lo añoro. Lo añoraría si hubiese dejado de disfrutar días pudiendo hacerlo. Como he hecho todo lo que he podido, el tiempo que tenía salud, ahora estoy tranquilo".

El exportero de Osasuna, Barça y Sevilla, entre otros, retrocedió al día en que comenzó a sentir los primeros efectos de una enfermedad que en ese instante no tenía nombre. Hasta que lo tuvo: "Sentía un cansancio general al que no estaba acostumbrado. Era entrenador del Celta y cuando eres primer entrenador tienes presión, tensión, que no es fácil. Pero empecé a sentir un cansancio diferente. A los tres o cuatro meses un dedo de mi mano izquierda empezó a funcionar diferente al resto. Y me empezó a preocupar cuando por mayo o junio de 2018, que yo salía en bici, sentía que lo que generaba esas salidas era cansancio y se iba acumulando el cansancio. Esto no tenía muy buena pinta. Estaba visitando a los neurólogos y el 1 de junio de 2019 ya se atreven a decirme que tengo ELA. En primera instancia sentí cierto alivio de conocer realmente lo que tienes. Pero cuando conoces lo que es la ELA no es fácil asumirlo. Ese día, de forma natural apareció la palabra mágica, que es aceptar. Aceptar que la ELA iba a formar parte de mi vida. Esa aceptación me dio la posibilidad a las 24 horas a preguntarme: con esta situación ¿qué quieres hacer en tu vida? Sin la aceptación es imposible".

Unzué encaró la enfermedad con entereza, responsabilidad y claridad. Sólo rompió a llorar un día, y lo tiene grabado a fuego. Fue cuando tuvo que informar a sus hijos que padecía Esclerosis Lateral Amiotrófica. Y lo hizo sin paños calientes: "Fue cuatro o cinco meses posteriores al diagnóstico. Nos juntamos todos, después de comer, y les dije lo que yo tenía. Mi mujer me dijo: quizás has sido un poco bestia. Pero sentí que lo tenía que decir así. Aquel día fue el más emotivo de todo el proceso. Es el último día que he llorado. Lloré al ver cómo lloraban mis hijos y María. Triste por un lado por la enfermedad, pero también orgulloso de percibir que nuestros hijos están más unidos que nunca a mí y eso es muy de agradecer".

«He decidido que no me haré la traqueotomía»

Desde entonces, Unzué aprovechó su proyección en los medios y su visibilidad como exdeportista para ser la voz de todos los afectados por la enfermedad, compañeros y compañeras que no tienen las mismas facilidades económicas que él pero que sufren la misma realidad. El 20 de febrero, acudió al Congreso con varias personas enfermas de ELA para reclamar una ley y se encontró con una cruda realidad que le decepcionó y le enervó. En el hemiciclo sólo había cinco Diputados. Este fue su discurso aquel día: " Me imagino que el resto tendrá algo muy importante que hacer porque al final hemos venido a vuestra casa, sabéis lo que ha costado a muchos estar aquí, económicamente y de esfuerzo. Espero que como mínimo nos estén viendo por la cámara y si no nos están viendo espero que quede grabado y nos escuchen. Les pediría voluntad y empatía. Voluntad para tramitar la ley ELA".

"Fue una sensación de decepción, de frustración, enorme. Pero aquella no asistencia se hizo viral y creo que ayudó a que unos meses más tarde, la ley ELA se aprobase en el Congreso y el Senado y se publicase en el BOE", declaró, antes de puntualizar: "Estamos contentos pero no felices, porque esas ayudad, por cómo funciona lo burocrático, van lentas. Ahora hemos presentado un plan de choque que consiste en adelantar una parte de ese presupuesto para poder cuidar y atender a las personas que necesitan ventilación 24 horas. Son personas que algunas de ellas están en un punto crítico, que es el momento en que tienes que decidir si te haces la traqueotomía o no. No debemos permitir que una sola persona, queriendo vivir, se sienta obligada a morir por la falta de ayudas que conlleva esa ley. Tal y como ha funcionado hasta ahora, solo la gente con recursos económicos y familia alrededor podía tirar adelante y esto no es justo, no lo podemos permitir".

En este punto, Carles Mesa le preguntó qué había decidido él hacer cuando el avance de la enfermedad le ponga en la tesitura de elegir: "Mira, hace dos o tres años firmé mis últimas voluntades y dentro de las últimas voluntades estaba la pregunta esa. En aquel momento dije sí, totalmente convencido. Y hoy digo totalmente convencido que no me voy a hacer la traqueotomía. Tengo admiración por las personas afectadas que he conocido que se han hecho la traqueo y le han dado un sentido a su vida. Pero yo siento que no voy a tener la calidad de vida suficiente para estar contento, disfrutar. Y prefiero marcharme un poco antes pero con la sensación de que mi vida ha sido una vida plena hasta el último día".