ENTREVISTA

Una triple rotura de cruzado llevó a Iñaki Aguirregabiria a dejar el fútbol con 18 años: "Recuerdo estar en el despacho con Míchel... Se convirtió en dolor"

El periodista de Movistar Plus+ recuerda en Relevo su etapa en las categorías inferiores del Real Madrid.

Iñaki Aguirregabiria, durante la entrevista./RELEVO/SALVADOR FENOLL
Iñaki Aguirregabiria, durante la entrevista. RELEVO/SALVADOR FENOLL
Rodra P
June Lavín
Salvador Fenoll

Rodra P, June Lavín y Salvador Fenoll

"¿Quién soy? Es una buena pregunta, eh. Yo creo que nunca me he hecho a mí mismo la pregunta de quién soy. Pues soy un tío muy normal, diría yo". Lo que dice Iñaki Aguirregabiria (Tarragona, 1988) no es del todo cierto. Es imposible ser un tipo normal con su bagaje: canterano del Real Madrid, modelo y ahora presentador de televisión en 'Movistar Plus+'. "Es verdad que el porcentaje de gente que se dedica a estas tres cosas debe ser muy bajito", se queda pensando mientras se le escapa una sonrisilla. "Puede que sea minimísimo, sí", como si se diera cuenta en ese instante de lo que ha conseguido, siempre con una humildad que le caracteriza.

Iñaki Aguirregabiria, sobre cómo comunicó a Míchel su decisión de colgar las botas con 18.RELEVO/S. FENOLL

Entre ser canterano del Real Madrid, modelo y presentador de televisión, Iñaki tiene claro qué es lo más difícil. "Yo creo que lo más complicado de estas tres cosas es jugar en la cantera del Madrid. Porque tienes que tener una serie de aptitudes, condiciones específicas de todo tipo. Al final para ser modelo, bueno... evidentemente el físico y ya. No necesitas nada más. No necesitas tener cabeza, mentalidad... Y luego el tema de presentar en tele yo creo que está al alcance de mucha gente. Gente que se dedica a los medios de comunicación y que lo hace bien, que le gusta ponerse delante de una cámara. Jugar en la cantera del Madrid o en una cantera de un equipo top… fijaos cuántos niños y niñas juegan al fútbol y cuántos llegan a jugar en canteras de equipos top".

Por desgracia, su relación con el fútbol se truncó por las lesiones: sufrió tres roturas de cruzado consecutivas que le llevaron a "estancarse" y a perder la ilusión. "Recuerdo ver a mis compañeros explotar, a algunos de ellos ir como aviones... y tú te estancas. Ya no sólo con el físico, sino que te quedas al margen en el vestuario. Gestionar todo esto a nivel madurez es complicado, no tuve las herramientas", reflexiona. Precisamente esa triple rotura de cruzado le obligó a parar. En todo. Decidió colgar las botas en categoría juvenil, después de haber perdido la ilusión por jugar al fútbol, y encontró en el periodismo una manera de seguir vinculado al deporte de otra forma. "Esa seguramente sea la puerta que más me cueste abrir, porque es la puerta del dolor y de la desilusión", menciona sobre su temprana retirada, con una risa nerviosa que deja entrever lo delicado del tema.

En la primera parte de la entrevista, Iñaki Aguirregabiria repasará su etapa en la cantera del Real Madrid, marcada por las lesiones (tres roturas de cruzado consecutivas). En la siguiente entrega, el periodista de Movistar Plus+ hablará sobre su visión de la profesión, redes sociales y "bufandismo" en los medios de comunicación.

Comentabas al empezar lo difícil que es jugar en el Real Madrid. ¿Qué tenías tú para que te ficharan?

Pues yo creo que lo conecto con lo que te conté al principio de cómo soy yo. Un tipo normal, muy disfrutón. Un chaval que disfrutaba mucho de lo que hacía. Porque nunca he tenido esa presión que a lo mejor en el mundo del deporte existe en casa. He tenido la suerte de que mis padres me han dejado hacer, en ese sentido. Y, bueno, pues un chaval al que le apasionaba el fútbol y se le daba un poquito bien y fui cumpliendo etapas y llegó todo muy natural. Ahora, con la perspectiva del tiempo, es como que saco más pecho de lo que por entonces hacía. Porque lo veía como normal. Normal dentro de que yo era consciente de que estaba jugando en la cantera del Madrid y que se me daba bien. Pero es que me daba hasta vergüenza decirlo.

Iñaki Aguirregabiria recuerda su etapa en la cantera del Real Madrid.RELEVO/S. FENOLL

Recuerdo en verano estar con amigos por ahí echando una pachanguita en la playa y a mí me daba vergüenza decir que yo jugaba en la cantera del Madrid porque era lo típico de.. "y este flipado". Si vas diciendo eso es como que la gente espera además que seas Messi o que seas buenísimo. Entonces yo prefería no decir que jugaba bien o que jugaba en la cantera. Si me lo preguntaban, yo decía, bueno, sí, juego al fútbol. Me veían jugar, hostia, ¿jugas al fútbol? Sí, juego. ¿Pero juegas en algún equipo? Bueno, en el Madrid. Ese pasito de "en el Madrid" me costaba darlo. Y ahora con el paso del tiempo lo digo constantemente. Oye, yo jugué en la cantera del Madrid, eh.

¿De qué jugabas?

Pues yo era un medio centro con alma de box-to-box. En aquella época no existía el box-to-box. Pero bueno, era un mediocentro llegador. Me gustaba jugar de eso hasta que llegué al Madrid. Yo llegué al Madrid y recuerdo todavía el entrenamiento en el que el entrenador me dijo: "Iñaki, ponte de central hoy" Y dije: "Es broma, ¿no?". O sea, bueno, será cosa de hoy y ya está. Yo era mediocentro con alma de eso, de llegar y de ser protagonista arriba, no abajo. Y nada, fue un día, otro, otro, otro, otro y ahí me quedé. Y en el Madrid jugué de central. Y gracias a ser central, creo yo, tuve cierto protagonismo. Porque la competencia allí es tan buena que si a lo mejor hubiese, no sé, destinado mi carrera futbolística a ser jugador de ataque o centrocampista, pues lo habría tenido más complicado. Pero siendo central, se me abrió ahí un camino interesante.

¿Cómo te enteraste de que te quería fichar el Madrid?

Mira, yo desde que tengo uso de razón, no sé cada cuánto tiempo, pero mi padre me decía que habían hablado con él del Atleti, del Rayo, de otros equipos del fútbol base madrileño. Y yo en el Adarve, que es el equipo en el que estaba, estaba muy contento. Y en la categoría infantil de segundo año, hago un buen año, la verdad, juego bien, siendo muy pequeñito, pero juego bien, y me llaman del Villarreal. Y yo estuve en el Villarreal una semanita, probando, entrenando allí, me enseñaron las instalaciones, cuidan mucho la cantera. A mí me hacía ya ilusión eso de pensar: "Ostras, Villarreal, irte a vivir fuera de casa es duro, pero vamos a ver". Mis padres me dijeron: "Vete ahí a ver lo que nos ofrecen y qué hay, si te gusta, y luego ya plantearemos lo que pasa la temporada que viene, porque era para empezar la siguiente temporada de cadete".

Iñaki Aguirregabiria, durante su etapa en La Fábrica. CEDIDA
Iñaki Aguirregabiria, durante su etapa en La Fábrica. CEDIDA

El Villarreal quiso ficharme, por lo visto, pero a la vez llegó el Madrid y fue el Madrid que contactó con el Adarve y todavía recuerdo aquella frase del presidente del Adarve que me dijo: "Iñaki, no vas a jugar en el Villarreal el año que viene". Y yo: "¿Ah no?". Respondió: "No, porque vas a jugar en el Madrid". Y entonces a mí, claro, se me pusieron los ojos como... "¿en el Madrid? ¿El Madrid ha venido a por mí?", dije. Y una ilusión brutal y un cambio total de la percepción que yo tenía del fútbol, porque por mucho que te llegue siendo muy niño, esa oportunidad es como: "Guau, esto va en serio. Esto es el Real Madrid".

¿Pensabas que ibas a ser futbolista profesional?

Sí, sí, sí. Yo creía que iba a ser futbolista, sinceramente. Porque es lo que hacía en mi día a día, porque no había hecho otra cosa en mi día a día, siempre intenté mantener la cabeza en los estudios, gracias a mis padres sobre todo, que me decían: "Niño, aquí estudia, estudia, que esto del fútbol muy bien, pero estudia". Yo no me había planteado otra cosa, sinceramente. Por eso cuando llegó el tema de las lesiones y tal, fue un palo para mí, porque fue como el castillo de naipes que yo tenía montado en mi vida se fue, se vino abajo. Pero yo pensaba que iba a ser jugador de fútbol, no te digo jugador del Real Madrid, pero es que me veía jugando al fútbol. Era lo que me gustaba, lo que me motivaba y yo creía que por ahí iba a hacer camino, sinceramente.

Y llegan las lesiones.

Fue un momento muy duro, muy duro. Yo siempre cuento que es de los momentos más difíciles que me ha tocado vivir como persona, porque al final lo que tienes de proyecto de vida se viene abajo y tienes que encontrar otra identidad al fin y al cabo. Yo estaba jugando en juvenil de primer año con los de un año más, me subieron a principio de temporada con ellos, que en aquella época no era muy habitual, no era normal que se saltasen categorías en la cantera del Madrid y en un partido de Liga, en una acción normal de fútbol, un salto, un balón aéreo, voy a la disputa y caigo desequilibrado y al caer mal noté que me había reventado la rodilla. Y ahí empezó el calvario porque me rompí la rodilla, el menisco, tenía tocado también el ligamento lateral.

Iñaki Aguirregabiria recuerda el momento en el que se lesiona por primera vez.RELEVO/S. FENOLL

Era joven, quisieron hacer un tratamiento conservador para proteger la rodilla de cara a futuro, salió mal ese tratamiento conservador. Entonces, todos los meses que yo estuve recuperando de más, entre comillas, no sirvieron para nada, pero bueno, volví al año y pico de la lesión y me lesioné la otra rodilla. Entonces, fue como otra vez volver a empezar. Y, claro, estás en una época, una edad de tu vida, en la que no eres maduro como para afrontar todo esto, que yo creo que es la clave de mi retirada, o mi joven retirada en el mundo del fútbol. Está ahí en lo poco maduro que fui para afrontar un palo así, porque no sabes realmente lo que te está pasando.

¿Qué fue lo más complicado?

Yo recuerdo cuando me rompí el cruzado la primera vez, sabía que era algo grave, porque escuchas esa lesión muchas veces. Ligamento cruzado, seis, ocho meses, sabes que es grave, pero no sabes que tienes que ser muy disciplinado en la rehabilitación, no sabes que el día a día es importantísimo, no estás en ese punto de ser profesional y poder dedicarte todavía al 100% al fútbol, porque yo ahí estudiaba también, iba a bachillerato. Entonces, claro, yo compatibilizaba el colegio con la rehabilitación. Y estás justo además en ese proceso de fútbol en el que los jugadores explotan. Dieciséis, diecisiete, dieciocho años. Entonces yo recuerdo ver a mis compañeros explotar, a muchos de ellos ir como aviones y tú te estancas. Y te estancas ya no solo con el físico, sino te quedas al margen del vestuario. Entonces, claro, gestionar todo esto a nivel madurez es complicado.

No tenía las herramientas, y lo reconozco, y con el tiempo me he dado cuenta que no tuve las herramientas para afrontar todo esto de la mejor forma posible. Y estaba en la cantera del Madrid, que me dieron todas las facilidades del mundo, imaginaos. O sea, todo: instalaciones, servicio médico, rehabilitación espectacular. Pero si no tienes la cabeza como hay que tenerla, pues no sabes por dónde ir.

¿Por qué decidiste retirarte tan pronto?

Esa seguramente sea la puerta que más me cueste abrir normalmente porque es la puerta del dolor y de la desilusión. Al final lo que me ilusionaba que era el fútbol se convirtió en dolor y desilusión y eso es durísimo. Entonces, afrontar en aquel momento el 'oye, mira, no quiero jugar más al fútbol porque esto no me hace feliz', fue muy duro. Lo que a mí me hacía feliz en el día a día, lo que a mí me motivaba era el fútbol, porque yo era un loco. Es que yo desde que soy un niño era el típico pesado que estaba pegado a un balón todo el rato. De repente eso que te hacía feliz te genera dolor por las lesiones, por el bucle en el que me metí de no levantar cabeza y dije: "No puedo más, no puedo más, no tengo ilusión por el fútbol, no quiero ver fútbol, no quiero tocar el fútbol". Y estaba anímicamente hundido. O sea, para yo tomar esa decisión tenía que estar muy mal, muy mal, porque tenía una situación compleja sobre la mesa, que es tres lesiones de cruzado consecutivas, pero bueno, era joven y estaba en el Madrid.

¿Y cómo fue el momento en el que decidiste retirarte?

Todavía recuerdo la conversación que tuve con Míchel, que era el director de cantera por entonces, Míchel padre de un íntimo amigo mío, que es Adrián González, que era compañero de mi equipo. Entonces, circunstancias de la vida, Adrián de mis mejores amigos del fútbol, Míchel su padre, con el que tenía una relación brutal, pues Ramón Calderón le pone a Míchel de director deportivo de cantera. Y cuando yo decido dejar el Madrid está Míchel en ese cargo, que era el padre de un amigo, no era solo un tipo con el que tenía buena relación, era algo más.

Recuerdo estar en el despacho ahí con Míchel en Valdebebas y decirle que lo dejo, que no puedo más. Y él me decía: "Piénsatelo, no tienes ninguna prisa, aquí nadie te va a presionar, fíjate, estás en el Madrid, estoy yo aquí de director de cantera, tienes toda la confianza del mundo, todo el tiempo del mundo, si tardas un año y medio en volver a jugar al fútbol, no pasa nada, tú tómatelo como un proceso de recuperación y calma". Y no pude. Cómo tendría que estar yo por dentro para decir: "Es que no puedo, tengo que dejar el fútbol porque ahora mismo mi felicidad creo que no está aquí y necesito ser feliz".

¿Cuándo te das cuenta de que hay algo más, otra cosa, que te hace feliz? Supongo que con dolor es más complicado identificar qué cosas te hacen feliz y cuáles no.

A ver, yo luego tuve unos años en los que el fútbol me generó bastante rechazo, pero luego por suerte, quizás por mi carácter, lo negativo lo aparto muy rápido o soy capaz de recomponerme bastante rápido. Encontré en los medios de comunicación la vía de seguir vinculado al fútbol y seguir disfrutando de lo que me apasionaba. Me costó, me costó llegar hasta ese punto. Pero la decisión de dejar el fútbol a mí me sentó bien porque fue como quitarme una mochila de presión y de desilusión importante.