FÚTBOL

Las camisetas del Mundial de USA 94: Adidas arrasó con una copia, Nike ni apareció... y Umbro lo ganó

Un torneo cuya estética marcó a fuego a toda una generación.

Maldini en una pugna de balón con Goicoechea en el Mundial del 94. /AFP
Maldini en una pugna de balón con Goicoechea en el Mundial del 94. AFP
Alejandro Mendo

Alejandro Mendo

Se cumplen 30 años, habéis leído bien, 30 años del Mundial de Estados Unidos. El centro-chut de Goiko ante Alemania. Trasnochar para no perderse un empate con Corea del Sur. Caminero ante Bolivia. Idolatrar a unos señores de Bulgaria, Suecia y Rumanía e indignarse por el codazo a Luis Enrique. Enamorarse de Baggio y Romario. Fue un momento bisagra para el fútbol y para las camisetas, con ambos mundos huyendo de lo antiguo y esprintando hacia la modernidad. ¿Qué elementos marcaron la línea divisoria estético-emocional del negocio?

FIFA modernizaba su producto y lo exportaba a nuevos mercados

Los cuatro años que separan Italia'90 y USA'94 representan el periodo más activo en la historia del fútbol por lo que respecta a la implementación de normas. Muchas medidas llegaron al reglamento para quedarse. Los tres puntos por victoria, la figura del cuarto árbitro, la tarjeta roja tras una entrada por detrás y la más decisiva de todas, la sanción de la cesión voluntaria al portero. FIFA había colgado el cartel de 'se aceptan ideas' al crear la Task Force Fútbol 2000, un foro de intercambio para impulsar reformas. Liderados por Joseph Blatter, personalidades ilustres como Arrigo Sacchi, Franz Beckenbauer, Michel Platini o Ruud Gullit se reunían periódicamente para discutir cambios bajo una premisa: que el viejo balompié evolucionara hacia una versión más atractiva.

De las sesiones de brainstorming surgieron más de 700 propuestas. Algunas disparatadas, como aumentar las dimensiones de la portería, reducir los jugadores a diez o trocear los partidos en cuatro cuartos. Y otras relativamente sensatas que acabarían fraguando sin demasiadas probaturas, como permitir al portero moverse sobre la línea en un penalti, ampliar las sustituciones o… añadir el nombre en las camisetas. La Eurocopa del 92 marcó el debut de las prendas con nombre y su puesta en escena Mundialista cambió para siempre nuestra forma de consumir las equipaciones. En el verano de 1994, la espalda se convirtió en un territorio de sueños por explorar. Como el árbitro que amonesta a un futbolista, el aficionado empezó a realizar ese leve ademán inconsciente con el dedo índice, invitando a su héroe a darse la vuelta.

Montaje de camisetas importantes de este mundial.  Alejandro Mendo y Classic Football shirts
Montaje de camisetas importantes de este mundial. Alejandro Mendo y Classic Football shirts

Camisetas con DNI: ídolos con nombre y apellidos.

Las camisetas con nameset (nombre y dorsal) se estrenaron en Euro'92 y JJ. OO. de Barcelona y se incorporarían poco a poco a las ligas. Desde la 93-94, la Premier League contaría con prendas con nombre y dorsal asignados que los futbolistas retendrían durante todo el campeonato. Para la 95-96, Alemania, Italia y España se habrían sumado a la moda de los squad numbers (número asignado en una plantilla), otra práctica que Europa importaba de Estados Unidos. Los dorsales personalizados fueron una inteligente maniobra de marketing que estimulaba el consumo. El hincha no se limitaba a comprar una camiseta, sino la camiseta de su ídolo. Los nombres agitaron el mercado. Aumentó el valor de las réplicas con mensaje posterior, si bien su accesibilidad distaba enormemente de las posibilidades actuales a golpe de clic. Los dorsales eran una rareza con la que fantasear. Algunas marcas apostaban por el vinilo, bello a la vista pero de difícil mantenimiento; otras por el flock, un material compuesto por nailon, rayón o terciopelo que envejece con suavidad o rigidez, según calidades; y otras sublimaban el dorsal a la camiseta garantizando longevidad y un tacto sin relieve.

Si hubiera que estilar una clasificación de las camisetas de USA'94 atendiendo solo a su parte trasera, el podio podría estar ocupado por Italia (y Bélgica), Brasil y Estados Unidos. Todas ellas se desmarcaron de la tendencia, más ochentera que noventera, de los números cuadrados y tridimensionales. Diadora proyectó una tipografía memorable para Italia y Bélgica, con letras grandes en cursiva y números acompañados por una sombra más estilizada que el robótico 3D. Umbro mezcló su elegancia innata con una tipografía atractiva para la Seleçao, cuyos dígitos recordaban a los deportes americanos y que, sorprendentemente o no, se instaló en el imaginario Premier en años sucesivos. Mención especial para la anfitriona, para la que adidas reservó un trato especial y una fuente redondeada que brillaba en su camiseta efecto denim con estrellas.

Adidas, un líder popular

En la primera mitad de los 90, adidas abanderó la que podríamos definir homogeneización simpática de las camisetas. Implementó elementos de marca de manera agresiva, algo nunca visto hasta entonces. Acentuó su imagen corporativa mediante bloques geométricos en la ropa que sustituyeron las características tres franjas a lo largo de manga o pantalón. La firma alemana introdujo la noción moderna de plantilla, un diseño standard que aplicar en masa a sus patrocinados. Antes del Mundial, clubes emblemáticos como Bayern, Liverpool o Marsella y selecciones punteras como Alemania, Francia o Suecia habían exhibido un novedoso branding que por entonces no era juzgado como falta de imaginación del fabricante.

¿Cómo se las arregló adidas para complacer al público vistiendo a casi todos del mismo modo? La percepción de los templates (plantillas) refleja la madurez y el estado de ánimo del consumidor. El espectador de los 90 recibía con ingenuidad y entusiasmo aquella descarada invasión de campo por parte de una marca. Hoy, el hincha no perdona que la ropa de su equipo comparta una leve similitud con un club de la 3ª división noruega. Sea como fuere, la potente imaginería de USA'94 encumbró definitivamente a adidas. Entre melancolía y contradicción, el cliente actual reniega del efecto copia-pega que proporciona una plantilla mientras añora las camisetas de Bulgaria, Suecia o Rumanía, literalmente cortadas por un mismo patrón.

Montaje camisetas utilizadas en el Mundial 94.
Montaje camisetas utilizadas en el Mundial 94.

Nike, Umbro y las demás

Sin alcanzar el sobresaliente global de Francia'98, las camisetas de USA'94 obtuvieron una media de notable. La mencionada adidas hizo lo posible por personalizar la ropa del anfitrión y de sus selecciones franquicia Alemania, Argentina y España (con permiso de la no clasificada Francia y de la casaca visitante argentina, con las que compartía rombos), aunque irónicamente las tapadas Rumanía, Bulgaria y Suecia se llevaron el premio de la crítica pese a repetir plantilla. Nigeria, Noruega e Irlanda completaron la sólida propuesta de adidas, dueña de diez de los 24 kits y reina de la fiesta. La simbólica medalla de plata fue para Umbro, que exploró marcas de agua y cuello tipo polo con la Campeona Brasil, Bolivia, México y Colombia. Lotto alternó sencillez en Países Bajos y Suiza con osadía exótica en Marruecos. Diadora fue un soplo de aire fresco para Italia, Bélgica y Grecia. Y firmas como Reebok-Rusia, Mitre-Camerún, Shamel-Arabia Saudita o Rapido-Corea del Sur enriquecieron un torneo de equipaciones variadas y aún misteriosas, acaso el último antes de que supiéramos casi todo de la indumentaria y sus fabricantes.

También fue el último Mundial sin equipaciones Nike. El gigante de Oregón se había hecho con el patrocinio de clubes estratégicos para su expansión (PSG, Arsenal, Dortmund o PSV, entre otros) y tenía entre ceja y ceja una colaboración con Brasil. Al no poder adueñarse aún de las camisetas, territorio Umbro hasta 1996, tuvo que vestir su estrategia por los pies. Las botas de fútbol Nike Tiempo equipaban a varios cracks brasileños y se convirtieron en mediático objeto de deseo global, lengüeta XL mediante. En la soleada final entre Brasil e Italia, hasta diez de los 22 titulares lucieron el icónico modelo.

Montaje de camisetas de los distintos participantes del Mundial 94.  Classic Football Shirts
Montaje de camisetas de los distintos participantes del Mundial 94. Classic Football Shirts

Si los Mundiales fuesen largometrajes, el de Estados Unidos ganaría de calle el Oscar a la mejor Fotografía. Sudor, poliéster y brillos elevaron la mitología de un torneo cuyas camisetas pesaban como un gol en la prórroga. Las pausas de hidratación introducidas en 2014 hubiesen aligerado la cita americana, que se adaptó al prime time europeo y celebró partidos bajo un sol abrasador en Orlando, Pasadena o Chicago. Fue una de las contradicciones de aquel evento que separó el pasado y el futuro del balón. Entre todas las novedades del negocio, una nos conquistó al instante y para la eternidad. Equipaciones con nombre para identificar a nuestros ídolos, sí, gracias. A partir de aquel verano, cualquier camiseta adquirió el superpoder de ser la camiseta.