ENTREVISTA

La vida del primer futbolista español en Kirguistán narra una sociedad paralela: "Aquí el TikTok está bloqueado y ves las calles llenas de niños, aunque estemos a -15 grados"

Munir Abdeselam firmó por el Talant de Kirguistán en enero de 2025, convirtiéndose en el primer español en la liga. El lateral explica todas las peculiaridades del país en Relevo.

Munir, en un partido con el Talant FC. /INSTAGRAM
Munir, en un partido con el Talant FC. INSTAGRAM
Jonathan Ramos

Jonathan Ramos

Nunca se me ha dado bien la geografía. Para mi mala fortuna, no fui agraciado con el don de absorber los mapas como si de un cartógrafo me tratase. Me tuve que escudar en varias técnicas para aprobar los examenes. Mi preferida: aprenderme de carrerilla los países vecinos que tenían un nombre similar. Estonia, Letonia y Lituania, por ejemplo. Pero la palma se la llevaban los estados acabados con el sufijo -'stan'. Kazajistán, Uzbekistán, Turkmenistán, Afganistán, Pakistán, Tayikistán, y Kirguistán. La santísima trinidad de los paises similares.

En el último de esta lista vive Munir Abdeselam (26 años). Nacido en Palma de Mallorca, este lateral izquierdo pasó por varios equipos de la isla y del resto de España antes de poner rumbo a un país que, tras medio año allí, todavía no sitúa en el mapa. "No sabía ni que existía el país. A día de hoy, no te voy a engañar, me pones un mapa delante y no te ubico a Kirguistán", reconoce entre risas con Relevo.

La oferta le llegó cuando era jugador del Montijo, equipo de Tercer RFEF. "Al llegar la oferta, dije: 'hostia, esto está tomando por saco'". Y con razón. Un total de 16 horas de avión separan a España de Bishek, capitál de Kirguistán donde juega el Talant FC, equipo de Munir. En menos de cuatro meses ha entrado en la historia del país, porque se ha convertido en el primer español que marca y asiste en la liga de Kirguistán. Una voz de peso para explicar cómo se vive el fútbol en el país asiatico y las diferencias entre la sociedad española y la de Kirguistán.

Ya son varios meses en Kirguistán, ¿te ves asentado?

Sí. Hay cuatro horas de diferencia con España y me pillas a punto de cenar e irme a la cama. Mantengo la misma rutina que cuando vivía en España, siempre lo he hecho y con la niña aún más.

¿Fuiste padre ya en Kirguistán o tu hija nació en España?

Nació en Andratx, cuando estaba en Palma de Mallorca, que es de donde soy. Ahora estoy en el balcón para que no me escuche, que si no viene corriendo a ver qué estoy haciendo. Si escuchas jaleo de fondo es porque hay muchos niños por la calle. Aunque esté anocheciendo, ves como juegan hasta última hora.

¿Pesa el tener una niña de muy pocos meses a la hora de irse a jugar a un país tan lejano a España?

Claro. Yo antes de firmar nada puse la condición de que iba a venir conmigo mi mujer y mi hija. Si me hubieran dado casa solo para mí, pero no para mi familia, no hubiese venido. Ella tenía 10 meses cuando acepto la oferta para venirme. Fue una decisión muy complicada. Era venir toda la familia, o no venir.

¿Cómo surge la oferta del Talant FC?

Pues estuve hablando varios meses, casi un año entero, con el club. Mi agente tiene relación con el entrenador que está ahora en el equipo. El míster le preguntó por jugadores de banda, y que también pudieran jugar de central. En ese momento me ofreció. Parece que le gusté y aquí estoy.

¿En qué momento tomas dimensión del país al que te estás mudando?

Sinceramente, yo no era consciente de que Kirguistán estaba tan lejos. Te das cuenta cuando tienes que viajar. Al llegar la oferta, dije: 'hostia, esto está tomando por saco'. Lo tomé con mucha ilusión y ganas por el proyecto. Fue todo un poco locura, el coger las maletas, traerte a la niña, a la mujer y venirte hasta aquí... es un trote. Cuando llevábamos dos semanas aquí, tuvimos que irnos de pretemporada a Kazajistán. Aquí la temporada es de enero a diciembre, y yo llegué en pretemporada.

¿Qué tal la pretemporada?

Pues fue difícil. Nosotros fuimos a Kazajistán en autobús y estuvimos dos semanas fuera durmiendo en hoteles. Mi mujer se quedó aquí, sola, sin conocer a nadie, recién llegada con la niña... ahí te das cuenta que para volver a casa tardas 16 horas en avión. Vivir aquí no es como estar en España, que en una hora te plantas con tu familia.

"Aquí el TikTok está bloqueado. No se puede ni descargar, ni utilizar la aplicación, salvo que uses una VPN. Creo que será por eso, pero ves a los crios todo el día jugando en la calle".

¿Y cómo os habéis ido acostumbrando? Porque tú al final tienes trabajo, compañeros, entrenamientos… pero tu mujer, cuando viajas, lo tendrá más complicado.

La suerte es que tenemos solo cuatro viajes largos en todo el año. El resto de partidos los jugamos cerca, viajamos en autobús el mismo día. El trayecto más lejano habrá sido de 40 minutos o una hora desde casa. La semana pasada sí tuvimos que coger un avión y dormir fuera dos noches.

¿Y los viajes en autobús? Tú que en España habrás hecho muchos…

De momento, bien. Tenemos un autobús grande y cómodo. Vamos parando las veces que haga falta, comemos... Lo más curioso que he vivido viajando me pasó de camino a Kazajistán. Fuimos hasta la frontera en autobús, cruzamos andando y en el otro lado nos esperaba un autobús diferente para subirnos. Fue un poco raro, pero como era la primera vez que lo vivía y el resto de compañeros actuaban normal, pues dije: 'adelante'. No sé si nuestro bus no tenía permiso para cruzar la frontera o qué, pero tocó hacerlo así.

¿Qué es lo que más te ha chocado del país?

Lo de los niños. Aquí el TikTok está bloqueado. No se puede ni descargar, ni utilizar la aplicación, salvo que uses una VPN. Creo que será por eso, pero ves a los crios todo el día jugando en la calle. Hay un montón de parques y niños de todas las edades por todas partes. Aunque haga frío , que aquí llegamos a estar a -15 grados, ellos siguen jugando.

¿Qué te parece lo de TikTok?

Me parece muy bien. Además, ves juguetes en la calle, pelotas, bicicletas… y nadie los toca. Vas a un parque donde un niño se ha dejado el balón, y al día siguiente sigue ahí. En España te despistas 15 minutos y ha desaparecido, pero aquí no. Creo que tiene mucho que ver con que las penas aquí son muy duras.

¿Antes de mudarte conocías algo de Kirguistán?

Sinceramente, no. A mí me comenta la posibilidad mi representante en octubre de 2024 y me sonó a locura. 'Kirguistán, estamos locos', dije. No sabía ni que existía el país. A día de hoy, no te voy a engañar, me pones un mapa delante y no te ubico a Kirguistán. O sea, después de los meses, yo me muevo bien por la ciudad y conozco sitios, pero ahora mismo te abro Google Maps y no soy capaz de señalarte el país.

¿La primera vez que viajas a Kirguistán es para firmar el contrato?

Yo le dije a mi agente que no viajaba sin tener el contrato firmado. Había firmado en Montijo [su anterior equipo, en Tercera RFEF] con una cláusula para salir gratis si era a un equipo extranjero, pero necesitaban el nuevo contrato y una oferta escrita del nuevo club. Así que hasta que no lo tuve todo firmado, no viajé.

¿Cómo fue el viaje?

Una paliza. De Mérida cogimos un AVE a Madrid. De Madrid a Estambul en avión, pero con retraso, así que perdimos la conexión que nos llevaba a Kirguistán. Tuvimos que pasar la noche en Estambul. Por suerte, la aerolínea nos dio hotel. Dormimos cuatro o cinco horas, volvimos al aeropuerto, y de ahí ya a Kirguistán. En total, casi dos días de viaje. Salimos a las siete de la mañana y llegamos a las dos de la madrugada, pero dos días después. El club se portó muy bien. Dos empleados vinieron a recogernos al aeropuerto. El equipo tenía amistoso al siguiente día y yo, obviamente, no iba a jugar. Al llegar al país no teníamos nada y les pedía que si nos podían acompañar a un supermercado para comprar agua y así hacer biberones para la niña. Imagínate: a las tres de la mañana estábamos en un súper comprando, porque había uno abierto las 24 horas. Me llevaron y todo. Luego me dejaron en el apartamento, y hasta el día de hoy.

"A mí me comenta la posibilidad mi representante en octubre de 2024 y me sonó a locura. 'Kirguistán, estamos locos', dije. No sabía ni que existía el país. A día de hoy, no te voy a engañar, me pones un mapa delante y no te ubico a Kirguistán".

Oye, ¿y con el idioma cómo te desenvuelves?

Pues aquí tienen un idioma propio. La mayoría de nativos los hablan kirguís, creo que se dice así. Pero todos saben ruso. Yo me muevo con el traductor. Un compañero del club o cualquier persona que tenga cerca. Yo les hablo en inglés y pido que me traduzcan. En el día a día del equipo no hay problema porque el míster sabe inglés y varios compañeros también. Si tengo que decir algo a un compañero que no sabe inglés, hablo con otro y le digo: 'dile esto a este'.

¿Qué te dice tu familia sobre el país?

A ver, muchas veces, sabiendo que está al lado de Kazajistán, se imaginan que hay muchas montañas, mucho frío... Es así. La mayoría de las carreteras están regular, tirando a no muy bien. Aquí a los barrios se les llama distritos y hay algunos que tienen unas aceras completamente normales, y otros donde no lo son tanto. El día que yo llegué al país estaba todo tapado por la nieve, que llegué a principios de año. No veía nada. No sabía ni donde estaba pisando. Estábamos a -4 grados, pero al cabo de dos semanas entrenaba a -15. Una completa locura.

¿Y eso cómo lo has llevado? No habías vivido con temperaturas tan extremas.

En Polonia hacía frío, pero no tanto. Quizás llegábamos a -6 grados, estaba todo cubierto de nieve también, parecido a aquí. La diferencia es que en Kirguistán hace mucho, mucho más frío. Estamos rodeados de montañas, ahora mismo hay 24 grados y ves la montaña enorme que está en frente de la ciudad y sigue completamente nevada.

¿Cómo te mueves por el país, se puede caminar?

Más o menos en el centro de la ciudad sí que se puede caminar. Pero la mayoría nos movemos en taxi. Un taxi de media hora al centro te cuesta unos dos euros y medio. Aquí todo se paga en soms. Más o menos un euro equivale a 100 soms. Para la gente que viene de fuera, la vida sale barata: el pedir comida a domicilio, taxis... En los supermercados la cosa es diferente. Todo se equipara a Europa. El Fairy cuesta 51.379 soms (3,5 euros).

Sobre el fútbol del país, ¿qué nivel de juego, instalaciones y afición te has encontrado en Kirguistán?

Nos quedan cinco jornadas de la primera vuelta. Somos catorce equipos. Hay descensos y el campeón de la liga juega la Conference League asiática, que sería como la tercera categoría de la Champions de Asia. La mayoría de los estadios son de césped natural. Aquí, por ejemplo, los estadios son espectaculares, pero no se llenan tanto como en España. El fútbol no es su deporte principal, aquí les gustan más las peleas de UFC, MMA, boxeo... Normalmente, si hay 1.500 personas en un partido, ya es mucho.

¿Cómo es jugar casi sin público?

Es raro, la verdad. Es como en la época de la Covid-19. Aunque los pocos que vienen, animan. Antes de los partidos suena el himno nacional y ahí sí que me fijo un poco en cuánta gente hay.

Tienes contrato hasta final de temporada, ¿cuál es el siguiente paso?

Sí, hasta el 30 de noviembre. Al acabar me iré a Mallorca a descansar. Mi idea de futuro es hacer un buen año para que llegue una buena oferta. No tengo pensado volver a España aún. Mi idea es seguir jugando fuera hasta que la niña tenga seis años y empiece el colegio de forma estable. Luego ya volveremos a casa.