FUTBOLERO SOY YO

El Real Madrid replica en la distancia a un Liverpool que vuelve a latir al son del percebeiro Bajcetic

Valverde celebró el primer gol del Real Madrid en Pamplona. /AFP
Valverde celebró el primer gol del Real Madrid en Pamplona. AFP

Real Madrid y Liverpool acabaron el ensayo general para su cita del martes en Anfield con sensaciones parecidas. Dos victorias a domicilio por el mismo resultado. Dos triunfos solventes. De esos que te levantan el ánimo por la complejidad del rival. Los blancos sin Carvajal, sin Tchouameni, sin Kroos y sin Benzema salieron de Pamplona con la sensación del deber cumplido ante un rival que le planteó algunas de las dificultades que se va a encontrar en el regreso a la Champions. La omnipresencia de Vinicius opaca todo lo demás. Sin Benzema, su influencia en el juego de ataque del equipo es aún mayor. Siempre está. Nunca se esconde. Supera a sus rivales por agotamiento. Con un poco más de puntería podría haber firmado uno de sus mejores actuaciones desde que viste de blanco.

Por el entusiasmo que pusieron los Ancelotti, padre e hijo, Carlo y David, en la celebración del triunfo, pareció como si no se quisieran despedir tan pronto de la Liga. Su once, tuneado por las bajas, salió bien parada del examen que siempre plantea Osasuna. Ahora le toca a ellos, a los dos técnicos, elegir los titulares para Anfield. No lo tiene fácil, sobre todo en la zona ancha donde los veteranos (Kroos y Modric) y noveles (Tchouameni, Camavinga y Ceballos) quieren estar presentes en la gran cita de la temporada. Al respecto, una posibilidad a tener en cuenta, que el Madrid juegue con un doble pivote: Camavinga-Tchouameni.

Tarde o temprano la mejoría del Liverpool tenía que hacerse realidad y estaba medio cantado que iba a coincidir con la vuelta de la Champions. Aunque siempre hay posibilidades de que las situaciones empeoren, su situación había tocado fondo y comenzaba a ser caótica. Eliminado de la FA Cup, de la Copa de la Liga y a una decena de puntos de los puestos que dan acceso a la Champions, los de Klopp prolongaban su mala racha más de lo que se podía justificar por su plaga XXXLLL de lesiones o por la evidente baja forma por agotamiento de algunos de sus jugadores más emblemáticos.

En seis días, los que van del lunes al sábado: dos victorias (Everton y Newcastle), dos porterías a cero y la sensación de que el equipo vuelve a latir, aunque esté todavía muy lejos del mejor Liverpool de los últimos años. La falta de confianza a la hora de jugar el balón o de tomar decisiones más o menos comprometidas continúan vigentes. De la necesidad, Klopp ha encontrado un once que, al menos, vuelve a competir, pero mantiene lagunas de las que provocan inundaciones. La vuelta de un Van Dijk, que todavía no ha alcanzado la plenitud,-contra el Newcastle jugó los 90 minutos- deber servir de todas formas para apuntalar una línea defensiva muy vulnerable por las bandas y en el juego aéreo. En Anfield se confía que su mera presencia entone a unos laterales cautivos de su obsesión ofensiva y mejore al otro central, sea Matip o Gómez.

La enésima lesión de Thiago ha abierto la puerta de la titularidad al chaval de Vigo. Stefan Bajcetic. 18 años. Un percebeiro del balón con una visión de juego impropia de su edad. Juega y hace jugar. Le falta cuerpo para los duelos, pero sus cambios de orientación comienzan a levantar la admiración de Anfield. Él pone el talento donde Henderson pone el físico y Fabinho el equilibrio táctico. Arriba, con Jota y Firmino ya disponibles aunque fuera de forma Klopp intenta encajar juntos a Darwin Núñez y Gapko. Dos galgos que llegan desde lejos al área y en velocidad hacen daño. El incombustible Salah ya no es el de antes, pero tiene golpes de Messi (genio) en sus rizos erizados.