Eligió fútbol en vez de atletismo como Salma Paralluelo, pero está retirado a los 26: "No me sentía a gusto en ese mundo"
Juanjo Garrancho, canterano de la Real y récord de España juvenil de atletismo, explica la dificultad de compaginar dos deportes.

Salma Paralluelo ha copado portadas y titulares como gran estrella del enorme éxito del deporte español. Una historia especial de una jugadora única, campeona vigente del Mundial Sub-17, Sub-20 y Absoluto después de tener que tomar la decisión de su vida. Elegir entre el atletismo y el fútbol. Su apuesta salió a la perfección, aunque llorase muchas noches y siga echando de menos las zapatillas de tacos. Muchos otros deportistas estuvieron en su situación. Juanjo Garrancho es uno de ellos. Un joven portero, canterano de la Real, récord de España juvenil en vallas y campeón a nivel europeo, que hace unos años tuvo que elegir y se decantó por el balón. Hoy, a los 26 años, está retirado.
"A mí me resultó duro tener que tomar la decisión", reconoce en conversación con Relevo. Sucedió en su tercer año juvenil, algo que agradece al club txuri-urdin por haberle dejado tanto tiempo compaginar ambos deportes. Sin embargo, cuando asomaba al profesionalismo el club le pidió una reunión. "Me acuerdo que me junté con la directiva y me dijeron 'Juanjo queremos hacerte un contrato algo más profesional, pero necesitamos que tomes una decisión". Hasta entonces, el club siempre le había apoyado, sobre todo un Bittor Alkiza que fue su entrenador en categorías inferiores y que puso todas las facilidades para que pudiese competir en ambos deportes, pero llegó el momento de elegir.
Sus padres, ambos atletas y entrenadores, le recomendaron decantarse por el fútbol porque "conocían muy bien el mundo del atletismo y sabían lo complicado que es". Una decisión que marcaría su vida y que durante meses reconoce que fue dura. "De vez en cuando me escapaba a pista para hacer un par de carreras, un par de pasadas de vallas porque lo necesitaba, era como mi parte de desconexión, pero al final poco a poco me fui desconectando e incluso dejé de ver atletismo porque me hacía daño". "No sé si hubiese llegado a ser olímpico pero sé que podía haber hecho un muy buen papel", admite, aunque tiene claro que el fútbol le ha dado muchas cosas que el atletismo "nunca" le hubiese dado.
Pese a que desde el club txuri-urdin le pidieron tomar una decisión clave, Juanjo tiene claro que fue "un privilegiado" porque la Real le acompañó durante muchos años en su vida multidisciplinar. También se acuerda de Egoitz Basurto, su agente, que en todo momento le acompañó en sus decisiones y le destacó su valentía. El récord de España en los 60 metros vallas y el oro en los Trials Europeos llegaron cuando defendía el escudo txuri-urdin, y también una Olimpiada juvenil en China en la que comenzó a darse cuenta de que algo fallaba. No realizaba una preparación específica de atletismo y lo acabó pagando en la final. "Llegué a la sexta valla y ya iba fundido. Fue muy frustrante ver cómo al que gané en el Europeo quedó segundo del mundo. Verte adelante y de repente pinchar. Ahí fue cuando dije: creo que ha llegado el momento. Para hacer a medias dos cosas, mejor enfocarse solo en una".
¿Estás tranquilo con la decisión?
"Sí", dice seguro, antes de explicar sus motivos. El principal, que tiene claro que "todo pasa por algo" y que las decisiones que ha ido tomando en su vida le han "ayudado a crecer como persona". Tampoco siente envidia. Ni de unos ni de otros. De excompañeros como Oyarzabal, Aihen Muñoz, Guevara, Guridi, Le Normand… ni de buenos amigos del atletismo como Asier Martínez, del que destaca su trabajo físico y emocional, o Adrián Ben.

Además, en su decisión también fueron clave las ayudas que uno y otro deporte obtienen. "El atletismo económicamente no te va a ayudar, es muy complicado que el atletismo te acabe dando algo en el aspecto económico. En lo deportivo te puede dar muchas experiencias pero por ejemplo si tienes una lesión no tienes las ayudas que tiene el fútbol. Sí que me dio mucha pena porque el atletismo lo había vivido desde pequeño, pero a la larga veo que me ha compensado mucho más el haber elegido el fútbol".
Sin embargo, hoy, a los 26 años, el fútbol y el atletismo forman parte ya de su pasado. Su vida está en las aulas, acabando la carrera de magisterio infantil y en los gimnasios, donde pasa muchas horas dedicándose a un nuevo hobby, el crossfit. Tranquilo con su decisión, sereno, reconoce que el fútbol no estaba hecho para él. "No sé muy bien por qué, pero no era un mundo en el que me sentía a gusto, no estaba en mi entorno y no acababa de llenarme", reflexiona. "No era gente con la que igual estaba cómodo, había muy poca gente con la que me podía entender. Al final en el mundo del fútbol hay mucha gente que está enfocada en el fútbol, que solo vive para el fútbol. Y yo llegué a un momento en el que tenía un montón de inquietudes y veía que quería aprender otras cosas y con la gente con la que me rodeaba el fútbol era sentarse y hablar de fútbol, fútbol, fútbol. Y a mí me gusta el fútbol, pero quiero hablar de más cosas".
Estuvo cerca de dejarlo varias veces, hasta que tomó la decisión final. "Había perdido la ambición", reconoce. "Había algunas cosas que me pedían que hiciese y no me salían naturales; y a mí me gusta ser como soy. Me costaba pegar gritos y mentalmente también me costaba si hacía algún error, o me sentía muy machacado". Además, la presión de formar parte de un equipo tampoco conseguía digerirla bien. "Cuando ves que no te fallas solo a ti mismo, sino que estás fallando a todo el equipo, pesa mucho más", algo que le llevó a buscar ayuda psicológica y buscar herramientas para sobrellevar la presión.

A estas dificultades le sumó el "miedo a las lesiones", sobre todo después de un balonazo que le generó un problema en una pupila que aún tiene "un poco tonta", y una preocupación aún peor. La de perderse momentos importantes. "Al final estás mucho tiempo fuera de casa, sin las relaciones que igual te gustaría, y te pierdes cosas", dice algo emocionado. "Justo dejé el fútbol y en mi familia han pasado acontecimientos que si hubiese estado fuera me hubiese perdido y hubiesen sido muy duros. Eso también hace mucho".
Compaginar dos deportes
Como Salma Paralluelo, Juanjo reconoce que compaginar dos deportes no es nada fácil. Sobre todo, explica, por la preparación específica de dos ejercicios tan diferentes. "Más aún si eres portero", dice, recordando que en sus entrenamientos en Zubieta pasaba mucho tiempo en el suelo y comparándolos con la situación de la internacional española, que de alguna manera realizaba esfuerzos más similares.
Además, en el atletismo los entrenamientos se piensan a medio o largo plazo, con diferentes cargas, para llegar un pico de forma a un momento exacto en el que habrá una competición. "Metes una carga muy grande y luego vas poco a poco buscando esa descarga y metiendo una parte de calidad. ¿Qué pasa? Pues que si al fútbol llegas con toda la carga de atletismo, más la que te pueden meter en el fútbol, al principio vas a estar muy lento y puedes lesionarte. Igual a final de temporada puedes estar como un tiro, pero vas a llegar así a dos partidos", explica.
Por eso, él se centró en únicamente realizar entrenamientos de técnica y calidad en las pistas de atletismo. Un 'privilegio' que bastó para que fuese común un comentario entre todos sus rivales, amigos y compañeros: "A mí siempre me han dicho que yo daba mucho asco", recuerda. "Es normal. Me veían que llegaba sin apenas haber entrenado, como quien dice, y me llevaba la medalla. La primera que me lo decía era María (su actual pareja): 'Tú no has entrenado así que tú no puedes llevarte medalla".
En ese sentido, siente admiración por Salma y se alegra especialmente de sus logros. "Se lo merece, más después de la lesión que tuvo de rodilla". Además, considera que es positivo que historias como la de ella triunfen para seguir fomentando el multideporte. "Al final lo bonito es que la gente siga haciendo deporte. Si hay más personas que se animan a poder compaginar dos deportes, yo creo que es lo ideal".