¿Se puede comparar a Jon Rahm con Tiger Woods? Sus números asustan

Jon Rahm está batiendo numerosos registros en su todavía corta carrera como jugador profesional, que comenzó a finales de 2016 tras dominar el circuito amateur. Con su reciente triunfo en el Masters de Augusta, su cuarto título este año, el vasco se convirtió en el primer europeo de la historia que tiene en su palmarés la prestigiosa chaqueta verde además del US Open, un Major que han dominado los estadounidenses desde su origen. El nivel exhibido por el número 1 en todos estos años está al alcance de muy pocos en la historia reciente del golf. De hecho, tan solo Tiger Woods, un extraterrestre en este deporte, consigue una mayor regularidad en los primeros puestos.

Ganar un torneo de golf es muy complicado. A excepción de las citas más relevantes del calendario, cada jueves salen a jugar más de un centenar de jugadores y tan solo uno consigue el éxito. Las probabilidades de éxito son escasas, menos si eres uno de los grandes. En el siglo XXI ha llegado al PGA Tour una de las hornadas de más talento de la historia del golf, sino la que más. Tiger Woods fue el primer de todos, el que dominó la década de los 2000 y lo ganó absolutamente todo varias veces. Contra él no se puede luchar, es el mejor y el resto está a años luz.

Y es ahí donde emerge la figura de Rahm, el mejor del resto. Y sus adversarios son algunos de los mejores de la historia. Nombres como Rory McIlroy, Dustin Johnson, Brooks Koepka, Justin Thomas o Jordan Spieth han ganado trofeos, incluso buena parte de ellos más Majors que el de Barrika en sus primeros siete años en el PGA Tour como profesionales, pero ninguno se acerca a su regularidad.

Para ganar un torneo es necesario estar cerca de hacerlo, parece obvio. Entrar en la última vuelta al campo entre los mejores de la clasificación para darse una oportunidad en los hoyos decisivos. Y ahí Rahm es infalible. Desde que es profesional, nadie le puede igualar en Top 10, tampoco aquellos con más experiencia y mejor palmarés. Desde 2017, el de Barrika ha quedado entre los diez mejores en la mitad de torneos que ha disputado, unos números que solo están al alcance de Woods, que en sus primeros siete años en el PGA Tour lo hizo dos tercios de las veces.

El caso de Tiger da para un capítulo aparte. Su primer año completo como profesional fue 1997, cuando conquistó el Masters de Augusta con apenas 21 años. Entre su cuarta y quinta temporada en el circuito se llevó a casa 17 trofeos y en sus primeros siete años ganó, nada más y nada menos ocho Majors, cuatro de manera consecutiva. Números antológicos que es prácticamente imposible de repetir.

El resto de grandes nombres que ha tenido el PGA Tour en los últimos lustros están por detrás de Rahm en regularidad. McIlroy acabó entre los diez mejores en menos de la mitad de los torneos en sus primeros siete años, Spieth apenas un tercio de los mismos y Koepka, Justin Thomas y Dustin Johnson todavía en menos ocasiones.

En este aspecto llama la atención que el español, después de su segundo año en el circuito, ha sido un martillo pilón y prácticamente se asegura jugar los fines de semana torneo tras torneo. Sin contar su abandono por indisposición en el último The Players, la lista de cortes consecutivos superados sobrepasan los 25, la racha actual más longeva.

Cerrando todavía más la horquilla de resultados y acercándonos a los puestos de honor, el dominio de Rahm sobre sus coetáneos sigue siendo importante. Desde 2017 el de Barrika ha terminado en el podio alrededor del 25% de las citas que ha disputado, siendo también bastante regular hasta este año, que ha explotado en este apartado. Uno de cada cuatro torneos que ha jugado lo ha ganado o ha estado a punto de hacerlo. Y aquí de nuevo aparece Tiger Woods por encima de todos. El ganador de 15 Majors fue Top 3 cuatro de cada diez los torneos que jugó entre 1997 y 2004.

Y el resto, de nuevo por detrás del vasco, aunque es cierto que con menos distancia. McIlroy, Spieth y Koepka, pese a cosechar triunfos de mayor calado en sus primeros años en el PGA Tour, no tuvieron la constancia que ha tenido el de Barrika a lo largo de las diferentes temporadas, sufriendo bajones de rendimiento importantes en torneos alejados de los Majors.

Lo que consagra la carrera de un jugador de golf son las victorias, principalmente aquellas conseguidas en los cuatro Majors, pero cualquier triunfo en el PGA Tour goza de un prestigio que legitima toda una trayectoria. Como no podía ser de otra manera, Tiger Woods come en otra mesa ya que en sus primeros siete años completos se llevó a sus vitrinas 34 trofeos, casi el doble que Jon Rahm, por ejemplo.

McIlroy, que volvió a fracasar en Augusta en su intento de tener todos los Majors en su palmarés, conquistó once torneos en sus primeros siete años, mismo número que Spieth. Koepka conquistó siete, Justin Thomas se fue hasta los 14 y Dustin Johnson se quedó en ocho. Números muy alejados de los 19 que ha amasado Rahm entre el PGA Tour y el DP World Tour, un circuito al que acude todos los años.