El LIV Golf se aprieta el cinturón: menos dinero para los jugadores que en 2022
Los jeques de Arabia Saudí no fletan aviones ni celebran grandes fiestas y ahora todos los gastos corren a cuenta de los golfistas.
![Danny Lee, ganador del último torneo del LIV Golf, golpea una pelota./AFP](http://s3.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202303/22/media/cortadas/afp-RuPTMw4uOmilqOEbx1QajJL-1200x648@Relevo.jpg)
El año 2022 marcó un antes y un después en un deporte tan histórico y longevo como es el golf. Abrazado a la tradición y al respeto por el legado, la irrupción de miles de millones procedentes de Arabia Saudí y del LIV Golf amenazaba con dinamitar el PGA Tour, el circuito más importante del planeta y que acoge a los mejores jugadores. Y en parte lo consiguió. Golfistas de la talla de Dustin Johnson (dos majors en su palmarés), Sergio García (uno), Phil Mickelson (seis) o Koepka (cuatro) aceptaron los contratos saudíes y, posteriormente, lo hizo Cameron Smith, número tres del ranking y vigente ganador del Open Británico. Pero hasta ahí llegó el trasvase de estrellas, muchas de ellas venidas a menos. Y ahora, en 2023, la bolsa de dinero ha comenzado a pincharse.
La principal y casi única atracción que tenía el LIV Golf estaba en los premios. Cuatro millones de dólares para el ganador de un torneo y algo más de dos para el segundo. Pese a competir de manera individual, todos los jugadores estaban divididos en equipos y el que ganaba repartía otros tres millones entre sus cuatro miembros. En definitiva, un dineral contra el que no podían competir el PGA Tour y, sobre todo, el DP World Tour.
De eso se aprovecharon ilustres veteranos ya algo perdidos en el ranking y jugadores de nivel medio que vieron una oportunidad de llenar sus bolsillos sin necesidad de firmar grandes actuaciones deportivas. Pero eso está cambiando.
Según publica Alan Shipnuck, reputado periodista que escribe en The Fire Pit Collective, los jeques de Arabia Saudí han comenzado a cerrar el grifo del dinero, no tanto de manera directa, porque los premios siguen siendo similares, pero sí de manera indirecta. Además, el PGA Tour ha aumentado la bolsa de ganancias en muchos torneos de su circuito y algunos incluso han llegado a superar lo que se reparte en una cita normal del LIV Golf.
Best seat in the house for an unforgettable moment 🤩#LIVGolf @IronHeadsGC_ @dannygolf72 pic.twitter.com/o8pvPrLd3O
— LIV Golf (@livgolf_league) March 20, 2023
¿En qué han reducido el dinero los promotores? Principalmente en el lujo. Tal y como explica Shipnuck, en 2022. El año pasado llegaron a fletar casi 750 aviones privados para que los jugadores y sus acompañantes viajaran entre torneos, algo que este año no ocurrirá. Además, han pasado de sufragar todos los gastos de los equipos a nivel logístico, de comunicación y de estancia a que sean los propios conjuntos los que abonen esos importes, y teniendo en cuenta que solo los tres mejores clasificados cobran en cada cita, algunos incluso perderán dinero.
Y no solo ahí. El LIV Golf se hizo famoso por rodear cada evento de grandes fiestas y conciertos, donde participaron artistas de talla mundial como Diplo, Jason Durelo o Nelly, mientras que en este 2023 las veladas están amenizadas por artistas poco conocidos y, obviamente, con mucho menos caché.
Otro de los puntos que ha generado malestar está en el número de torneos. Inicialmente estaban previstos diez para este año, pero el LIV los ha elevado a catorce sin que ello conlleve más dinero para los jugadores, y no todos tienen grandes contratos a largo plazo con la liga saudí.
En la actualidad, ambos grupos de jugadores -LIV y PGA- están divididos, pero se volverán a reunir en Semana Santa para disputar el Masters de Augusta, un torneo en el que a buen seguro volverán a saltar chispas entre unos y otros y que de nuevo mostrará las diferencias de nivel entre ambos circuitos.