Un grupo paramilitar asesinó a su tío abuelo, su padre trabajó 100 horas a la semana para cubrir sus gastos y es dueño de un equipo de F1: Rory McIlroy toca el cielo en Augusta
El norirlandés se convirtió este domingo en el primer europeo que gana los cuatro Majors.

Hablar de golf es hacerlo de un puñado de jugadores, los elegidos, ya sea por su palmarés, por su calidad o por ambas. Los primeros nombres que a uno le vienen a la cabeza son los de Jack Nicklaus y Tiger Woods, considerados de manera unánime como los mejores golfistas de la historia. Y en ese Olimpo ha entrado este domingo Rory McIlroy, que ha ganado el Masters de Augusta para conseguir el Grand Slam. Lo consiguió a los 35 años tras más de una década persiguiéndolo. Pero su historia se remonta a comienzos de los 90.
La pasión de McIlroy por el golf le viene de familia, concretamente de su padre, que también lo practicaba. Con apenas dos años, el norirlandés cogió sus primeros palos de plástico y ya no los soltó. Meses después ya era capaz de mandar la bola a 40 metros de distancia. Fue ahí cuando en su familia se dieron cuenta de que tenían un talento natural y se volcaron con él. Pero el golf es un deporte muy costoso y su padre tuvo que trabajar hasta 100 horas a la semana para ganar el dinero suficiente. Su madre, que lo cuidaba durante el día, también trabajaba por la noche.
En 2009, tras su tercer puesto en el PGA Championship, el golfista les compró una casa y mostró públicamente el cariño hacia sus padres. "Nunca podré pagarles a mamá y papá por lo que hicieron, pero al menos saben que nunca tendrán que trabajar otro día. Haré lo que sea necesario para cuidarlos", comentó entonces. Y es que la relación con su familia es muy estrecha. Antes de que naciera, su tío abuelo fue asesinado por la Fuerza Voluntaria del Ulster, un grupo paramilitar que le atacó por ser católico y vivir en una zona protestante de Belfast.

Además del golf, la segunda pasión de Rory es el fútbol. De hecho, cuando construyó su primera casa, mandó construir un pequeño campo de fútbol en el terreno. Su devoción por el deporte rey le ha hecho vivir malos momentos en el pasado. En 2015, por ejemplo, se perdió el Open Británico por una lesión en los ligamentos de su tobillo mientras jugaba con amigos. El norirlandés no esconde que su equipo favorito es el Manchester United.
A lo largo de su carrera deportiva, y ya con el dinero del Masters de Augusta en el bolsillo, McIlroy se ha embolsado alrededor de 105 millones de dólares en premios. Y eso sin contar los 18 'kilos' que se ha embolsado por ganar tres veces el Tour Championship. Aunque el dinero nunca ha sido su prioridad y, por ejemplo, ha rechazado cualquier posibilidad de unirse al LIV Golf de Arabia Saudí independientemente de la oferta que le pudiesen hacer.
El norirlandés es empresario además de deportista. En 2013 creó McIlroy Management Services Ltd, una sociedad que gestiona los pagos de regalías de los diversos patrocinios del jugador y que le ha reportado buenos beneficios desde entonces. En 2023, junto a otros deportistas como Juan Mata o Pattrick Mahomes, inyectó 200 millones para hacerse con el equipo Alpine de Formula 1.
Desde este domingo se une al selecto club de jugadores con los cuatro Majors de golf en su palmarés y en el que figuran Bobby Jones, Gene Sarazen, Ben Hogan, Gary Player, Jack Nicklaus y Tiger Woods.