Jon Rahm no consigue el 'milagro' en el British Open y termina 2º en la gran semana de Brian Harman

Liverpool-. No pudo ser para Jon Rahm en la última jornada del British Open de golf donde llegaba en una tercera posición provisional al día decisivo. Los seis golpes de ventaja del estadounidense Brian Harman, a la postre campeón, fueron una montaña demasiado alta en un día que no fue el mejor para el 'León de Barrika'.

El vigente ganador del Masters de Augusta y actual número 3 del mundo había insuflado esperanza tras una gran 3ª ronda, en la que batió el récord absoluto del campo durante la celebración de un The Open. Una confianza que creció cuando a la altura del hoyo 5, la distancia se colocaba en solo tres golpes después de dos bogeys del líder y un birdie de Rahm. A partir de ahí, todo se fue complicando bajo una incesante lluvia para terminar dando el primer triunfo en un 'major' para Harman.

La mala racha española en el British se alarga ya 35 años, desde que Severiano Ballesteros lograra su tercer título Royal Lytham & St Annes Golf Club 1988.

Así ha sido, hoyo a hoyo, una ronda de Rahm que pudo ser histórica y que acabó en un quinto puesto en Royal Liverpool:

Llovía y no poco sobre el Royal Liverpool cuando a las 15:55h., con puntualidad inglesa, Jon Rahm era presentado en el tee del 1 ante la ovación de un público que seguía recordando su gesta del sábado. El primer tiro no fue ideal, se fue a las hierbas de la izquierda pero la bola estaba bastante a la vista. Allí relucían el 'JR' pintado en rotulador rojo. El golpe seguía siendo asequible para la calidad del español, que la colocó en el green e incluso estuvo cerca de su primer birdie de la tarde.

El hoyo 2 trajo el primer ¡Uy! de la tarde entre los pocos aficionados españoles que seguían la vuelta decisiva de Rahm. Después de jugar muy bien en la aproximación, un gran putt de 9 metros hace una corbata por el lateral del hoyo y no quiere entrar. Justo detrás llegaba el líder Harman, que en ese mismo lugar perdía su primer golpe de ventaja de los seis con los que empezaba la jornada.

El tercer hoyo del día volvía a presentar las buenas sensaciones y un juego solvente de Rahm. Sin problemas por el camino para presentarse de nuevo en el green con una opción lejana de conseguir restar golpes al campo. De nuevo, una distancia de 11 metros donde hay que afinar mucho. No estuvo lejos Jon, que provocó un nuevo ¡Uy! pasando de largo el hoyo muy cerca.

A punto estuvo de ser bueno, con Harman que sufrió para sacar el hoyo adelante ante un Harman que salvó su ventaja después de un golpe a los matorrales.

Había que cerrar, como ocurrió en la gran jornada del sábado, los primeros cuatro hoyos al Par del campo. Y Rahm lo hizo, de nuevo, sin sufrir demasiado con la salida pero que dejó de nuevo un difícil compromiso de 6 metros para el primer birdie del día. En esta ocasión, el golpe se quedó corto, a apenas un palmo de entrar, y se confirmaba aguantar en el marcador de -6.

Una salida bastante mala dio un vuelco al corazón de los aficionados. La bola caía en unos grandes setos a la izquierda de la calle del primer Par5 del día. Aquí había llegado el primer 'robo' al campo en el 63 del día anterior y podía ser el idóneo para ir acercándose a Harman. Por fortuna, la bola se quedó fuera del ramaje, en un pequeño camino entre los prominentes setos. Consiguió sacar la bola y dejarla al borde del green para poder atacar el hoyo. El 'León de Barrika', más león que nunca, se colocó la gorra para atrás en un gesto poco habitual para lograr el primer -1 de la tarde y el -7 en el torneo. ¿Lo más importante? Cero sufrimiento.

Al mismo tiempo, el líder Harman con -11 se iba directo al seto que había esquivado Rahm y tenía que perder un golpe para salir de él. Terminó fallando un putt largo y bajando al -10 y poniéndose a tiro de 3 golpes.

En el Par3 corto, Rahm no consigue acercarse a bandera para tener un putt de birdie y la vuelve a dejar a unos 10 metros. A diferencia del propio Harman, que se rehace con una gran salida que le permite su primer birdie del día, con un golpe a apenas 4 metros del hoyo para volver a -11 y abrir la ventaja a cuatro golpes. Llega demasiado rápida la reacción del estadounidense y eso hace bajar el termómetro del ánimo de los aficionados que acompañan al de Barrika.

El séptimo de la ronda se convierte en una nueva muestra del juego regular de Rahm, en una repetición constante de su juego. Sin sufrir en absoluto, con todos los greenes pillados con sus hierros, pero sin suerte a la hora de regalarse opciones fáciles de quitar golpes al campo. De nuevo, siete metros que no consiguen embocarse y se suma un nuevo Par 'tranquilo' a su tarjeta de la jornada decisiva.

Empezaba a no valer firmar el Par del campo en cada hoyo, más cuando se escuchó el rugido del campo que significaba que Harman volvía a hacer un nuevo birdie y se coloca en -12, con cinco hoyos de ventaja. Tenía que empezar un carrusel y tenía que hacerlo pronto

En el penúltimo hoyo antes de llegar al ecuador de la ronda, Rahm volvió a llegar al green sin problemas. ¿Sería esta vez? Había en torno a cinco metros al hoyo y la gente le pedía el birdie desde el otro lado de las cuerdas. Era una buena oportunidad... pero, no. Tocó borde y se salió. Se agachaban las rodillas del vasco sabiendo que, para ganar, estas oportunidades no se perdonan.

Por detrás, Harman firmaba el Par del hoyo y mantenía su ventaja.

En el lugar donde la ronda histórica de ayer comenzó, tenía que empezar a relucir un milagro para remontar. El problema del golf es que lo que un día es blanco, al día siguiente puede ser negro y complicarse el asunto. Donde ayer celebrabas, hoy penas. Y eso ocurrió con Rahm para cerrar la primera parte del día. Un salida al valle de la calle, complicaba el disparo para acercarse a bandera. Por primera vez, no encontró el greeny el aproximación posterior tampoco fue buena. El putt de algo más de dos metros para Par... no entró. Dramática y casi definitiva bajada a -6, a seis del líder como al principio.

No estaba siendo un mal día, pero el golpe de hierro a bandera no estaba dando las oportunidad de victoria que podía dar. Volvió a ocurrir en el hoyo 10, donde después de hacer una buena salida en calle, el golpe se quedó en los límites del green, imposible para embocar con otros 10 metros por delante. La maldición de los 10 metros que le condenaba hoyo tras hoyo.

Mientras, Harman se agarraba con uñas y dientes a un -12 que sabía que le haría ganador. Por delante del aprtido de Jon, Straka se colaba en -7, en 2ª posición provisional.

Las sensaciones se iban complicando. Mala salida que termina en una de las pequeñas montañitas de vegetación del recorrido, con un golpeo complicado con los pies por encima de la bola. Era difícil y así se demostró con una bola yendo directa a una boca de riego del green bastante lejos de bandera. Al menos, ese 'agujero' retuvo una bola que iba cuesta abajo para alejarse. Dos putts y nada cambia: -6, a seis del líder.

Empezaba a venirse abajo el ambiente en el Royal Liverpool. Cinco golpes de ventaja de Harman sobre Straka, la lluvia sin cesar y la poca emoción hacían que todo desprendiese el aroma de un torneo más que terminado. Pasaban los hoyos y ya se había esfumado la opción de remontada. En el 12, de nuevo como toda la tarde, el hierro dejó la bola a unos siete metros. Unas distancias que necesitas tener un gran día putteando... y tampoco era el caso.

Con la distancia que cogió Harman con Rahm el viernes, con 12 golpes de ventaja, se necesitaba más que un moving day. El primero sí se hizo, pero hacer dos en un campo tan complicado es casi imposible. Para dar un poco de vidilla, llegó por fin un hierrazo de Jon para colocar la bola a poco más de un metro. Por fin, una opción asequible de birdie... y la aprovechó para colocarse con -7, junto a Straka y al coreano Kim, que estaba mejorando en la parte final.

Además, Harman sufría un nuevo bogey casi fruto de la relación de su ventaja. Los segundos, a cuatro golpes del líder que bajaba a -11.

El buen sabor de boca duró poco. Otra mala salida en el 14 le llevó a los matorrales para buscar la bandera. Se quedó corto, a otros 8 metros pero esta vez para sacar el Par. Pasó cerca del hoyo el putt, pero se terminó yendo por la izquierda. Bogey y vuelta a -6 empatado con el 4º puesto provisional.

Los disgustos no vienen solos y con un putt mágico, de los que te hace ganador de 'major', Harman sentenciaba la victoria volviendo al -12 en la tabla.

La cara de Jon no era ya la del sábado. Serio, concentrado pero sabiendo que la victoria era imposible. El Par5, donde ayer consiguió un gran birdie y donde muchos ponían una cruz si la cosa llegaba igualada, tampoco se pudo aprovechar. Dos primeros golpes en calle, pero de nuevo en el green a 8 metros del hoyo. Tampoco entra y sigue el día con un 'E', empatado con el campo, en el marcador.

Harman, que muchos pronosticaban que se desinflaría después de su estratosférica ronda del viernes, iba tranquilamente jugando de manera excepcional con su paraguas personal yendo de aquí a allá. Se sabía ganador y lo volvió a demostrar sumando un nuevo birdie para colocarse con -13.

En el hoyo 16, la historia se repetía pero la clasificación si cambiaba. Rahm sumaba un nuevo Par, pero en los partidos precedentes Jason Day se sube al grupo de -7, del que sale el austriaco Straka para colocarse 2º en solitario con -8. El de Barrika bajaba a la quinta plaza a falta de dos hoyos por jugar.

La llegada al 17 era con un rato llamativo y esclarecedor. Rahm era el único jugador del día que no iba bajo el Par del campo de los diez primeros de la clasificación. Un día que representaba esa sensación de que algo se había escapado y que podía haber sido muy bueno. El penúltimo hoyo, con nuevo diseño en el campo, se solventaba con, sí, otro Par para ir despidiéndose del Royal Liverpool.

Se despedía Rahm con menos gente a su alrededor de con los que se estrenó en dos primeras jornadas en partidos junto a Rory McIlroy. A diferencia de lo ocurrido en el sábado donde todo parecía salir, el último hoyo fue una despedida alegre a un buen fin de semana. Un putt larguísimo para subir a la segunda posición final y lograr su mejor posición en un Open Británico en toda su carrera.