Jon Rahm se queda a medias en su intento de remontada en el Masters de Augusta
El vasco tuvo un inicio brillante este sábado, pero su juego fue de más a menos. Cerró el día con -2 en su tarjeta.

Jon Rahm se despidió de la victoria en el Masters de Augusta el primer día, cuando entregó una tarjeta de +3 en Casa Club. El viernes peleó como un jabato para conseguir pasar el corte, algo que logró por muy poco para alargar su racha en el Major de la chaqueta verde, donde siempre ha jugado el fin de semana. Hoy sábado debía salir a por todas, sin nada que perder. Y así lo hizo.
El vasco no estuvo fino los dos primeros días cogiendo calles y putteando, lo reconoció en las comparecencias de prensa y lo cambió en las primeras banderas de hoy. Tres hoyos de manual que se saldaron con tres birdies para ponerse por debajo del par en el torneo. Rahm había recuperado su juego, porque salvó dos posibles bogeys a continuación con grandes golpes desde el green.
A partir de ahí, volvió la irregularidad. El de Barrika tuvo muy buenas salidas desde el tee, pero no estuvo tan fino mandando pelotas a la bandera y le costó llegar a green. Ahí se dejó dos bogeys evitables en el cinco y en el diez, justo antes del icónico Amen Corner. Rahm salió indemne de ahí e incluso perdonó un birdie en el hoyo 13, algo que no repitió uno después para volver a ponerse -1 en el torneo.
2023 Masters champion Jon Rahm begins his third round with three birdies in a row. #themasters pic.twitter.com/CwSYz1zIEj
— The Masters (@TheMasters) April 12, 2025
Por delante tenía cuatro banderas en las que podía hacerle daño al campo. La victoria seguía siendo un imposible, pero no así estar entre los diez primeros, algo que ha conseguido en cinco de sus ocho participaciones. Y su juego se entonó en el tramo final al pegar golpes sin presión. En el hoyo 15 estuvo a punto de firmar su sexto birdie de la tarde, pero el putt se le quedó muy corto.
No falló en el par tres del 16 para ponerse -2 en el torneo y ya entre los veinte mejores. Una actuación notable a la que le quedaban dos banderas por delante, aunque no era sencillo recortarle golpes al campo. Y de hecho, cedió terreno. Un bunker se le cruzó en el 17 y firmó bogey. El último lo cerró también con otro, un final injusto para un día que iba por buen camino. Mañana, último paseo por el jardín de Augusta.