GOLF

Jon Rahm y su lado más desconocido: caddie de un jugador en silla de ruedas, un mote favorito y sus planes de futuro

El vasco se ha sincerado en una entrevista en Esquire.

Jon Rahm golpe una bola durante un torneo./Reuters
Jon Rahm golpe una bola durante un torneo. Reuters
Óscar Méndez

Óscar Méndez

Jon Rahm es uno de los mejores jugadores de golf del planeta. Pese a que su carrera deportiva se reduce a siete temporadas completas desde que se convirtió en profesional, en su palmarés ya figuran una veintena de torneos entre los que destacan un US Open, un Masters de Augusta y dos Ryder Cup. Enamorado de este deporte desde que era un niño, no todo ha sido un camino de rosas hasta llegar a la cima mundial.

El hoy jugador del LIV Golf siempre ha tenido un fuerte carácter, aunque como el mismo ha reconocido en varias ocasiones, el paso del tiempo y su paternidad le han ayudado a suavizarlo. Antes era más habitual que mostrase malos gestos o dijese alguna palabra inadecuada tras algún golpe que no le había salido como quería. Y ese temperamento le llevo a recibir algún que otro castigo en el pasado de la Federación española.

"Cualquiera que siga el golf sabe que juego con cierto nivel de pasión e intensidad y, cuando era más joven, aunque no lo crean, era bastante peor que ahora. Llegó un punto en que la Federación decidió imponerme disciplina y el castigo fue hacer de caddie a un jugador español que juega en silla de ruedas. Sé que ellos buscaban que cogiera cierta perspectiva que me ayudara a no enfadarme tanto en el campo, pero mi carácter viene dado por la competitividad y las ganas de ganar que por otra cosa", recuerda el vasco en una entrevista concedida en Esquire.

Ese carácter le llevó a exhibir toda su ambición cuando era adolescente, apuntando incluso que su objetivo era ser número 1 del mundo, algo que posteriormente ha conseguido durante bastantes semanas. "Cuando dices algo así va a haber gente que no lo puede entender, igual se ríen de ti, te llaman arrogante o chulo, flipado, subido, como quieras llamarlo. Y se me llamó todo eso, aunque yo de carácter en realidad soy bastante humilde, simplemente tengo mucha ambición", explica Rahm.

Desde su época universitaria, el actual número 3 del ranking mundial se trasladó a vivir a Estados Unidos, aunque sin desligarse del todo de España, a donde acude siempre que tiene la oportunidad. Y al sincerarse sobre qué país es su preferido, el de Barrika lo tiene bastante claro. "La adoración que siento en España no la siento en ningún lado. Es increíble", apunta el vasco en comparación a la situación que vivió Seve Ballesteros en su momento, mucho más admirado en Inglaterra.

Rahm también ahonda sobre una de las grandes diferencias que hay entre los dos países: la comida. "Hay comida buena, pero hay que saber dónde. No es lo que gocé viviendo en Euskadi, que vas por la carretera, paras en cualquier caserío por ahí perdido y se come de maravilla. Creciendo allí no me di cuenta pero, una vez salí dije, uf, qué duro es esto. Se echa de menos", comenta.

En la entrevista, el de Barrika también aborda su futuro, tanto cercano como más a largo plazo. Uno de sus objetivos en los próximos meses es conseguir una medalla en los JJOO de París porque "contribuir al medallero de tu país es algo que pocos pueden hacer en la historia del deporte". Lo que sí tiene claro es lo que hará cuando se retire. "Me veo comentando golf en la tele. Me encanta este deporte y tener que cortar de raíz después de llevar toda la vida jugando sé que no lo llevaría muy bien", explica.

Y además, Rahm señala cuál es su mote favorito, ya que en el mundo del golf se le conoce de dos maneras diferentes. "Mira, aquí en EEUU si dices El León de Barrika la gente no tiene ni idea de lo que hablas. Apenas unos pocos que sepan de fútbol y que sepan que soy fan del Athletic lo van a entender. Lo de Rahmbo es más fácil para ellos... pero a mí El León de Barrica me gusta un poco más".