RYDER CUP

Jon Rahm y Europa alargan su borrachera de golf en la Ryder

Los del Viejo Continente ya aventajan en siete puntos a Estados Unidos.

Jon Rahm, hoy, en la Ryder Cup. /Reuters
Jon Rahm, hoy, en la Ryder Cup. Reuters
Óscar Méndez

Óscar Méndez

Roma. - Lo que bien empieza... bien continúa. La fiesta que organizó y celebró Europa este viernes en el Marco Simone tuvo su continuación a primera hora de esta mañana, como si la música y las voces de los aficionados no hubiesen dejado sonar en toda la noche. Porque la Ryder Cup es un torneo único que conjuga deporte, emotividad, legado y jolgorio, sobre todo la que se vive en las gradas. Y el equipo europeo se ha sumado a ella con toda la fuerza posible para irse 9,5-2,5 en el marcador.

Aunque no eran los favoritos sobre el papel, los del Viejo Continente firmaron una jornada inaugural sobresaliente, con una mañana primorosa jugando muchos a su mejor nivel y una tarde en la que exhibieron una resiliencia que pocos tienen para terminar el día con un 6,5-1,5 en el marcador. No había nada hecho, pero se había dado un paso importante. "Que se callen", señaló Jon Rahm a todos aquellos que decían que la Ryder ya estaba media sentenciada. Quedaba mucho trabajo por hacer.

El de Barrika amaneció muy concentrado, algo que ya se pudo comprobar en el campo de prácticas cuando todavía no había amanecido del todo. Un ritual que sigue a rajatabla y que le permite mostrar luego su mejor versión. Y este sábado no fue diferente con Hatton de nuevo a su lado. Dominaron los primeros 11 hoyos, se vinieron abajo en los tres siguientes y revivieron en el 16, cuando se llevaron un punto que segundos antes parecía que caería del lado estadounidense. En el siguiente, el 17, el último ganador del Masters de Augusta se quedó a un palmo de hacer hoyo en 1, un golpe que les valió para ganar su partido.

Para los foursomes de este sábado, los dos capitanes optaron por estrategias bien diferentes. Mientras Luke Donald repetía las parejas que tan buen resultado le habían dado 24 horas antes, Zach Johnson agitaba las suyas, apostando de inicio por las teóricas dos más potentes. De poco le sirvió al líder estadounidense.

Rory Mcilroy y Tommy Fleetwood le ganaban los tres primeros hoyos a los inseparables Jordan Spieth y Justin Thomas, que en este encuentro se convertían en la pareja norteamericana que más partidos acumulaba en la Ryder. La distancia ya fue insalvable para ellos, aunque pelearon hasta el final. También lo fue para Scheffler y Koepka, que ayer arremetió sin mucho sentido contra Jon Rahm y que hoy siguió su caída libre particular. En este caso la diferencia con Hovland y Aberg fue vergonzante, con ocho hoyos de ventaja para los nórdicos con apenas diez disputados. Cerraron el triunfo en el undécimo del recorrido, la victoria más amplia de la historia de los foursomes en la Ryder Cup y que acabó provocando las lágrimas de impotencia de Scheffler. 

Entre medias de los dos partidos llegó uno de los grandes momentos del fin de semana. La tribuna principal del tee del 1 del Marco Simone lució una inmensa lona con el rostro de Seve Ballesteros y el mensaje 'Seve, siempre en nuestros corazones' para rendir homenaje al gran impulsor del actual formato y del que se han acordado prácticamente todos estos días en Roma.

El marcador ya luce un impensable 9,5-2,5 para los europeos tras la derrota de Lowry y Straka en el que por ahora es el único triunfo visitante en doce partidos. Los del Viejo Continente están apenas a cinco puntos de recuperar la Ryder cuando todavía restan 16 por disputar. En este torneo puede pasar de todo y ya se han visto remontadas imposibles, como la protagonizada por el propio equipo continental a domicilio en Medinah (2012), pero mucho tienen que cambiar las cosas para ver algo similar en Roma. Rahm, por cierto, no estará en los fourballs de la tarde.