RYDER CUP

Un mensaje secreto, lágrimas de emoción y Seve, siempre Seve

El equipo continental apela al recuerdo y legado del cántabro, protagonista en Roma después de que el público italiano desplegara una pancarta con su imagen.

Seve Ballesteros posa con el trofeo de la Ryder ganado en 1997./Getty
Seve Ballesteros posa con el trofeo de la Ryder ganado en 1997. Getty
Óscar Méndez

Óscar Méndez

Roma.- La Ryder Cup no es un torneo más. No lo es ni en el mundo del golf ni en el deporte en general, porque tras la final del Mundial de fútbol masculino y los JJOO, es la cita que más repercusión tiene en los cinco continentes. Así lo siente el público y así lo sienten los propios jugadores, como expresó Jon Rahm esta semana en Roma. El que es uno de los líderes del combinado europeo señaló que pagaría dinero por jugar esta cita. Por suerte para él, no le hizo falta, se lo ganó en el campo.

Este torneo poco o nada tiene que ver con los habituales del PGA Tour o el DP World Tour, donde cada uno compite por su honor y su prestigio. Aquí no, aquí compites, primero por tus once compañeros, y luego por miles de aficionados y por la historia. Porque la Ryder es también eso, rivalidad entre equipos, gestualidad, gritos, legado... algo que no se ve en otras citas del calendario. Y si no que se lo digan a Ian Poulter, uno de los grandes ausentes pero icono absoluto del conjunto europeo.

Jon Rahm sabe que lo que pase fuera del campo esta semana se trasladará al Marco Simone. Europa cierra filas en torno a su equipo, porque los jugadores lo hacen casi todo juntos. Quizás todo menos dormir. Desde el desayuno hasta la cena, acompañándose hoyo a hoyo durante los entrenamientos para animarse, apoyarse y corregirse. Porque poco importa lo que haya pasado en otros torneos, aquí todos son una familia y lo están demostrando.

Vestuario de Europa en la Ryder Cup presidido con el nombre de Seve Ballesteros. @J_Ballesteros1
Vestuario de Europa en la Ryder Cup presidido con el nombre de Seve Ballesteros. @J_Ballesteros1

Y como toda familia, siempre hay un referente en la memoria de todos, y el del equipo europeo de la Ryder Cup no es otro que Seve Ballesteros. "Es nuestro máximo símbolo de lo que hace grande a un jugador europeo. Su espíritu, su entusiasmo y su alma estarán con nosotros durante todo el camino", apuntó Luke Donald en la previa. Porque la figura del cántabro, uno de los grandísimos impulsores del actual formato, está muy presente en el combinado encabezado por el británico.

Solo hace falta pasarse por la zona que tienen habilitada en el campo romano para darse cuenta de su importancia doce años después de su fallecimiento. Varias fotos suyas decoran las paredes de las distintas instancias, otra imagen suya será la última que vean los jugadores antes de saltar al hoyo 1 e incluso en el vestuario hay trece taquillas, las doce de los jugadores y una a mayores para Seve, su gran inspiración. "El vestuario es increíble, ojala pudierais verlo. Está el último polo que Seve se puso en la Ryder en 1995 y un par de regalos más. Seve es parte de la esencia de la Ryder", aseguró Rahm.

En el vestuario sus palabras siguen siendo la inspiración del equipo europeo. Su taquilla preside la caseta europea y allí aparece un mensaje que está sirviendo de lema motivacional para todo el equipo del Viejo Continente. Veinticinco palabras que resuenan en la cabeza de todos los jugadores capitaneados por Luke Donald: "Si alguna vez sientes pena por alguien en un campo de golf, mejor vete a casa. Si no les matas, ellos te matarán a ti".

Un mensaje secreto, lágrimas de emoción y Seve, siempre Seve

Pero no solo entre los jugadores se alaba su figura. Los aficionados, sobre todos aquellos que ya llevan varias Ryders a sus espaldas, no ocultan su admiración hacia el de Pedreña. Sólo hay que ver lo que sucedió durante la segunda jornada, cuando los aficionados desplegaron una enorme pancarta con la imagen de Seve y la frase 'Siempre en nuestro corazón' acompáñandola. Una imagen que emocionó a Chema Olazabal y a Javier Ballesteros, hijo del mito presente en Roma.

Porque como decíamos, no es un torneo más. Aquí no solo cuenta el talento. La mística y la emoción adquieren un papel importante. Rahm reconoció que este lunes hubo lágrimas entre los jugadores europeos al ver algunos vídeos motivaciones y Shane Lowry aseguró ser uno de ellos, algo que no le había pasado cuando ganó el Abierto Británico o incluso cuando nació su hija.

Donald ha sabido tocarle la fibra a los suyos para que saquen su mejor versión, para que se fundan con el campo y con el público con el único propósito de intentar doblegar a los estadounidenses. Jon Rahm será el encargado de abrir la jornada junto a Hatton con la intención de dar el primer punto del fin de semana a los suyos. Y si eso no fuera suficiente, siempre tendrán a Seve para guiarles en los golpes decisivos.