El caos de la Ryder Cup que no se ve por televisión: "Llevo 25 años en este taxi y jamás había visto algo así"

Roma. -La Ryder Cup es absolutamente colosal. Por todo. Roma, una de las capitales más famosas del mundo y, sin lugar a dudas, destino turístico para miles de personas cada año, está sumida en el caos. Y no es para menos. Según las estimaciones que ha hecho el propio ayuntamiento de la urbe, se esperan más de 250.000 visitantes durante toda la semana. Al Marco Simone llegarán cada día alrededor de 50.000, con todas las entradas vendidas desde hace meses y el evento se retransmitirá en 190 países.

"Llevo 25 años en este taxi y jamás había visto algo así", reconoce Piero, un romano de nacimiento que está desbordado estos días. No solo él, sino todos sus compañeros. Llegar al renovado campo italiano, ubicado en las afueras de la ciudad, no es tarea sencilla. Esperas entre 15 y 40 minutos para subirte a un taxi o vehículo VTC. A veces, ni siquiera puedes reservar uno debido a la alta demanda.

Eso sí, los accesos, también renovados, facilitan mucho la llegada hasta las puertas del Marco Simone. Carreteras nuevas en varios kilómetros a la redonda que chocan con otras que llevan años sin recibir una mano de pintura, como ocurre en Tivoli, un modesto barrio situado apenas a 10 kilómetros del hoyo 1 y que ha multiplicado su población esta semana. "Estamos abarrotados. Nosotros y el resto de hoteles, no solo de la zona, también de la ciudad e incluso de la periferia", aseguran desde el Hotel Le Rose.

De que la Ryder mueve masas te das cuenta en los primeros metros del campo, cuando los hoyos todavía están algo lejos pero donde la gran tienda oficial montada para la ocasión recibe a todos los visitantes. Muchos, centenares, hacen cola mucho antes de que abra sus puertas. Luego, la misma se puede alargar durante alrededor de media hora bajo el sol romano, a unos 28º de temperatura y mucha más sensación térmica.

Porque una vez superada la cola se abre ante todos los aficionados una colección infinita de posibilidades para conseguir un recuerdo de la cita. Polos, pantalones, chaquetas, albornoces, calzado, calcetines, gorros y decenas de complementos más que ya le gustaría al catálogo de Venca. Por haber, hay hasta vino de todo tipo. ¿Los precios? Pues de todo, desde 15 euros por una pequeña jarra hasta los casi 800 que cuesta una bolsa para llevar los palos de golf.

"No paramos", se limita a decir una de las 50 personas que a media mañana de este jueves estaba cobrando en una de las cajas. Y esa es la realidad. Medio centenar de trabajadores dedicados única y exclusivamente a eso sin poder detenerse un solo segundo. Es imposible conocer la facturación que tendrá la tienda a última hora del domingo, pero a buen seguro será de varios millones de euros.

En el Marco Simone hay aficionados de todos los rincones del mundo. Según la propia organización, se vendieron entradas en 85 países, por lo que la diversidad es absoluta. Varios, los más atrevidos, acuden disfrazados para la ocasión. La Ryder Cup, a diferencia de los torneos habituales del PGA Tour y el DP World Tour, permite excentricidades entre los visitantes y gritos cuando saltan los jugadores al tee del 1, como ocurrió ayer con Jon Rahm, y eso que tan solo era un entrenamiento.

Porque el torneo del Marco Simone está pensado para los espectadores. Una treintena de stands les enseñan rincones de todo el mundo e incluso les proporcionan juegos y clases particulares de golf con reputados profesores. También abundan los puestos de comida y bebida y los comerciantes ambulantes para, entre otras cosas, vender radios con las que seguir el torneo o cargadores portátiles para dispositivos electrónicos.

Hoy viernes ha comenzado un torneo que trasciende al golf, siendo el tercer evento más seguido a nivel mundial tras la final del Mundial masculino y los Juegos Olímpicos. Una cita que está ocasionando un pequeño caos en Roma por el volumen de visitantes que ha recibido la capital italiana pero que está haciendo las delicias de todo el mundo. Por delante, tres días con foursomes, fourballs y hasta una docena de partidos individuales.