GOLF

El último rugido de Tiger Woods: "Soy afortunado por tener la pierna"

El golfista llega a Augusta con la vista puesta en volver a competir, aunque reconoce que puede ser su último Masters.

Tiger Woods durante su sesión de entrenamiento en el Augusta National./Reuters
Tiger Woods durante su sesión de entrenamiento en el Augusta National. Reuters
Guillermo García

Guillermo García

La imagen es historia del deporte. Estamos en el año 2019 y Tiger Woods se enfunda su quinta chaqueta verde como ganador del Masters de Augusta tras un calvario de lesiones que parecían alejar al golfista estadounidense de la élite de un deporte en el que un día gobernó con puño de hierro. Hoy esa instantánea vuelve a parecer imposible, aunque con el golfista californiano de por medio nunca se sabe.

Tiger busca un último gran rugido en su selva particular, como es el Augusta National. No se ve ganando. O al menos no lo verbaliza. Sus objetivos esta vez pasan por competir en buenas condiciones en el torneo. En su última comparecencia pasó el corte mientras todavía estaba recuperándose de las lesiones provocadas por un accidente de coche en 2021.

Unas heridas que todavía no han cicatrizado del todo y que pesan más en su juego que su propio golf. "Estoy físicamente mejor que el año pasado. No sabía si podría volver a jugar a este nivel. El accidente fue duro y aprecio el hecho de poder jugar. Llegar aquí y jugar en Augusta es especial. Aprecio los recuerdos que tengo, en competición o entrenamiento. Me pasaron muchas cosas aquí y estoy feliz por poder jugar".

"Se me pasa por la cabeza que puede ser mi última vez. No sé cuántos Masters me quedan"

Tiger Woods

Por primera vez en sus 25 años en Augusta Tiger no habla de victoria y sí lo hace de que esta puede ser su última presencia en el campo más conocido del golf: "Se me pasa por la cabeza que puede ser mi última vez. No sé cuántos Masters me quedan, solo aprecio los momentos".

El calvario físico que ha atravesado Tiger pesa ya mucho a sus 47 años. Ese accidente en 2021 le dejó fracturas en la tibia y el peroné de la pierna derecha. Lesiones contra las que sigue luchando. Sobre todo mentalmente. "Puedo decir que esta pierna es mía. La han tocado mucho y hay mucho hardware dentro, pero es mía. Ha sido duro y siempre será duro. A nivel de movilidad no estoy dónde me gustaría. Como ya dije, estoy afortunado por tener la pierna. Ha sido duro y seguirá siéndolo. Estoy trabajando en la resistencia, incluso si nunca será lo mismo. Esto es mi futuro, lo acepto", aseguró en su comparecencia ante los medios en su primer día en Augusta.

Woods habló sobre sus posibilidades en este torneo y aunque asegura que está mejor que la pasada temporada, no se ve con su sexta chaqueta verde: "Mi juego es mejor que el año pasado en este momento. Mi resistencia es mejor, pero me duele un poco más que el año pasado. Puedo golpear mucho, el problema para mí es caminar hacia adelante", añadió.

Ahora ya no está para luchar por los grandes, pero el propio Woods afirma que está en un punto de su carrera igual de apasionante que cuando su rugido amedrentaba a sus rivales. "Ya no soy capaz de competir y jugar muchos torneos o de hacer las cosas que hice durante años. Pero crear nuevos recuerdos con mi hijo Charlie y traspasarle todas las cosas que he aprendido de este deporte ha sido fantástico".