El último vuelo del 'águila' Adriana Gutiérrez, leyenda del hockey patines: "Retirarme disputando cuatro títulos es un sueño"
La argentina lo deja a los 40 años con cinco Mundiales, cuatro Champions y un reto final con el Esneca Fraga: luchar por otro título europeo, la Intercontinental, la OK Liga y la Copa de la Reina.

Adriana Gutiérrez (San Juan, Argentina, 1985): 40 años, 32 de ellos jugando al hockey patines; cinco Mundiales ganados con Las águilas de su país, otras dos finales perdidas, tres veces bronce; cuatro Champions League (tres con Voltregá y la última el año pasado con el Esneca Patín Fraga); dos veces ganadora de la OK Liga, otras dos de la Copa, una vez campeona en Francia... Leyenda de su deporte, esta profesora de inglés y aficionada a la escritura completa las últimas páginas de su diario: estos días ha anunciado que se retirará al final de esta temporada.
Pero falta un epílogo extraordinario: cuatro títulos aún en juego. Desde este fin de semana, cuando el Esneca Fraga disputa —junto a Telecable Gijón, rival en semis, Generali Palau y Benfica— la Final Four de la Champions ganada el año pasado. La semana próxima, las fragatinas cruzarán el océano para buscar la Copa Intercontinental: precisamente en San Juan, la cuna de Adriana y del hockey patines criollo. Y aún quedarán la OK Liga y la Copa de la Reina. El último vuelo del águila va a ser largo e intenso. Como dice ella: "Retirarse de esta manera es un sueño".
Acabas de anunciar tu retirada justo antes de la parte decisiva del año: ¿Por qué ahora y no después?
La decisión ya la había tomado hace cierto tiempo, después de tantos años no es algo que decidas de un día para el otro. La he comunicado, es cierto, antes de estas dos semanas locas que vienen. Precisamente porque me lo quería sacar un poco de encima, si se quiere, para enfocar con la mente tranquila esto que viene. Y, como me ha dicho mucha gente, disfrutar de lo que me queda sin estar pendiente de quién lo tiene que saber o cuándo lo tiene que hacer.
Una despedida es un momento siempre muy emocional. ¿Cómo lo gestionas ante la exigencia competitiva de lo que viene?
Es verdad, pero si me lo guardaba también privaba a la gente, conocidos, familiares, amigos, mis compañeras... todos los que han estado a mi costado toda mi carrera, de poder despedirme o de saber que están viendo mis últimas veces sobre unos patines. Dicho así parece un poco apocalíptico o dramático, pero yo he ido procesando la decisión desde que la tomé y el hecho de hacerla pública permite a toda esa gente acompañarme y acompañar al equipo en esta parte final.
Durante años has dicho: «Sigo jugando porque me gusta demasiado el hockey». Pero en algún momento hay que parar, ¿no?
Vengo amagando con la retirada hace años. Pero me gusta jugar al hockey, entrenar, y lo voy a extrañar. Más que tomar una decisión como tal... no quiero parecer mística ahora, pero sentí que había llegado el momento. No sé cómo describirlo: no hay nada puntual que me haya llevado a decidir, es más una sensación. Física y mentalmente estoy bien, toco madera porque no he sufrido ninguna lesión. Es difícil si tienes que dejarlo por una lesión y yo quería ser responsable de la decisión. Seguramente seguiré disfrutando del hockey, no sé de qué forma, pero es parte de mi vida. Es mi vida.
Parece un retiro soñado para cualquier deportista: irte disputando todos los títulos...
Eso lo hace muy especial. Uf, no es fácil estar vivas en todas las competiciones como lo estamos ahora y retirarme luchando por títulos tan importantes. Incluso títulos que jamás había disputado, como el Mundial de clubes. Me siento una privilegiada y pretendo disfrutarlo hasta el último momento. A veces esto lo digo con comillas, porque la gente me dice lo de disfrutar y no estoy segura de qué es disfrutar en esta situación. Yo he disfrutado del hockey durante 32 años: quizás lo que me quieren transmitir es que no me angustie si un título se escapa o las cosas no salen como uno pretende...
Es inevitable querer ganar. Los más grandes en cualquier disciplina también lo son por su deseo de ganar, aun cuando no lo hagan.
Es así, es todo muy lindo pero competimos y jugamos por algo. Por eso también se hace muy difícil dejar esto para un deportista, porque se convierte en una adicción: cuál es el siguiente reto, cuál es el siguiente desafío. La mayoría de atletas que alcanzan esos niveles, en cualquier deporte, es porque tienen ese grado de ambición, de competitividad. Pero no me quedo con el resultado o el trofeo. En lo que queda, no me voy a centrar en los resultados. Me retiré de la selección de Argentina, además en San Juan, en mi casa, con un título mundial. Pero viéndolo en la distancia... no sé, prefiero quedarme con el camino. Si además levantamos alguno de estos títulos, genial. Si miro atrás, estoy contenta del camino.
¿Y cómo se afronta la exigencia mental sostenida de un final con cuatro clímax consecutivos, con la lucha por cada uno de esos títulos?
Lo que nos queda es terrible, pero apasionante. Si intento visualizarlo, tengo en el centro lo de este fin de semana, la Final Four. Pero... ¿sabes cuando en tu visión periférica adviertes algo más? Pues ahí estarían la OK Liga, el Mundial de clubes y lo demás. El primer escalón es la Champions. Se lo decía a mis compañeras: las oportunidades se repiten, pero nunca son iguales. El escenario es diferente, el rival es distinto, hay colegas que ya no están, otras nuevas... Hay que tomar cada competición como la única. Y cuando la pasemos, iremos a la otra. Es complicado, el calendario no ayuda. Pero en buena hora que podemos afrontarlo.
Tu mamá te llevó a probar el hockey con 8 años, en San Juan... y cómo imaginar que sería hasta hoy.
La verdad es que uno va pasando etapas, pero no imagina. Desde niña lo mío siempre fue hockey, hockey, hockey... Incluso en la adolescencia, que te despistas con otras cosas. Por eso llegó un momento en que me decidí a venir a jugar a Cataluña, persiguiendo esa ambición de siempre mejorar, estar al máximo nivel. Ahí sí que ya ves que va a ser algo inseparable. Ahora... llegar a la edad que tengo, haber entrenado con las mejores jugadoras, de diferentes países, de distintas generaciones... eso jamás lo habría imaginado. Lo disfruto y lo veo con más perspectiva y lo aprecio más.
"Los deportistas que alcanzan un alto nivel tienen un grado especial de ambición, de competitividad. Es una adicción: el siguiente reto, el siguiente título... Jugamos por algo. Pero si miro atrás, sobre todo me quedo con el camino"
Jugadora del Esneca FragaEmpezaste en San Juan y en San Juan vas a cerrar el círculo con la Intercontinental. ¿Qué tiene San Juan con el hockey patines?
San Juan es considerada la cuna mundial del hockey patines. Se practica desde hace muchísimos años y han salido figuras destacadas tanto en masculino como en femenino. El hockey sobre patines está concentrado, en cuanto a popularidad, en la zona de Cuyo, en Argentina: San Juan, Mendoza... Los medios más importantes están en Buenos Aires y los deportes que se llevan más atención son el hockey hierba —más allá de que el nivel en el país en hockey hierba es altísimo—, el fútbol, el básquet... Pero San Juan siempre dio grandes talentos que han emigrado a Europa y otras ligas.
Llegaste a Cerdanyola con 24 años: ¿Ahí viste la posibilidad de vivir del hockey? ¿Una jugadora puede vivir del hockey sobre patines?
Al principio llegué diciendo: bueno, voy a probar un año a ver qué tal. Y ya son 17 aquí. Jugué también en Portugal, en Francia, colaboré con algún equipo de Brasil. De todos esos años, en algunos momentos he vivido del hockey, como estos últimos, pero otras veces no. Porque no es una práctica del todo profesional, sobre todo en la rama femenina. Los clubes que lo tienen como deporte profesional son los menos. No es así en el masculino. Así que en muchas etapas de mi vida lo he tenido que combinar con mi trabajo como profesora de inglés y otras actividades. Siempre me ha gustado tener esa otra vía de escape, algo diferente al hockey, porque si nos diversificamos creo que nos hace bien mentalmente. Lo ideal sería dedicarse al completo, como está sucediendo ahora con el fútbol femenino, pero la ventaja también es poder destinar parte de tu tiempo a otros intereses, formaciones académicas o labores profesionales.
El deporte femenino crece en todos los ámbitos, pero la brecha es aún más perceptible en deportes minoritarios como éste.
Claro, la popularidad de un deporte repercute en cómo se desarrolla o evoluciona en la rama femenina. Tenemos la suerte de que ahora el profesionalismo se está encarrilando en el fútbol femenino y ojalá eso sirva para extrapolarlo a otros deportes. Sería lo ideal.
Después de una carrera tan larga, ¿qué te llamó la atención para acabarla en Fraga, una localidad sin tradición en el hockey patines?
Llegué a Fraga el segundo año del club. Ya habían ascendido a la segunda categoría, en OK Plata. Escuchaba o leía noticias sobre Fraga y me sonaba a proyecto ambicioso: se querían plantar en poco tiempo en la OK Liga y en los primeros puestos. Fue eso que lo vas siguiendo y ahí se queda. Pero, cuando me llamó Jordi (Capdevila), mi actual entrenador, fue justo en uno de esos momentos en que amagaba con retirarme. Jugaba en Cerdanyola, pero veía que se estaba mitigando un poco mi interés. Jordi me planteó un proyecto y un desafío ambiciosos. Y ahí se produjo como una retroalimentación: para mí suponía un reto en mis últimos años de hockey y al club le daba una experiencia que no tenían. Fue, como se dice ahora, un win-win. Me llamó la atención la ambición y lo claras que tenían las ideas y los objetivos. Y había un proyecto detrás: una base, atraer a niños y niñas de Fraga, fomentar el hockey sobre patines en un lugar en el que no existía. Aunque a mí me quedaban pocos años de carrera, me interesaba mucho que eso estuviera ahí reflejado.
Tres años después de su creación, el Esneca Fraga fue campeón de Europa. ¿Cómo se explica eso?
Visto desde fuera parece así: se creó, subió de categoría, el primer año buenos resultados, el segundo campeón de Europa... Bueno, hay detrás un trabajo importante: el hecho de crear y ofrecer a las jugadoras condiciones profesionales hace que puedas tener a jugadoras dedicadas todo su tiempo a todo lo que implica estar a un nivel competitivo de élite. No sólo los entrenamientos, también recuperación, descanso, todo eso. Puede parecer casual o suerte, ni lo cuestiono ni lo avalo, pero doy fe de que hay un trabajo detrás. Muchas veces, habiendo trabajo y sacrificio, no se obtienen esos resultados. Aquí se dio. Pudimos ganar la Champions o no; podemos ganar alguno de los títulos que vienen o no. Pero lo importante será el trabajo y la afición que se ha creado en Fraga. Da gusto ir a jugar al Sotet (el pabellón de la localidad donde juega el Esneca Patín Fraga).
"Cuando me llamó el Esneca Fraga fue uno de esos momentos en que amagaba con retirarme: pero me plantearon un desafío que para mí era un estímulo en estos últimos años... y ellos tenían un proyecto muy ambicioso, con los objetivos y las ideas muy claros"
Jugadora del Esneca FragaCuando Albert Piñol habla de Adriana Gutiérrez a quien no la conoce la define como «una Messi del hockey patines». Si es posible para alguien hablar de uno mismo en esos términos... ¿quién es Adriana Gutiérrez en Argentina?
No es fácil responder a eso, no. Albert ha sido muy generoso aquí. Creo que lo que represento en Argentina a nivel de hockey sobre patines es disciplina, constancia, trabajo... Mi carrera con la selección fue bastante larga y se me asocia a eso: la jugadora resiliente, que continúa. Sí, habrá algo de talento, pero mi figura está más asociada con el carácter o la actitud con los que me he tomado el deporte. Y me enorgullece que sea así, poder transmitir ese valor en Argentina, tanto como a mis compañeras y a mis rivales aquí.
¿Te has imaginado el futuro? ¿Tiene algo que ver con el hockey?
Sólo he pensado a grandes rasgos en el futuro. Me quedaré por aquí, seguramente me tomaré cierto tiempo del hockey. Me distanciaré un poco para ver las cosas con perspectiva y ver desde qué ángulo o en forma de qué puedo volver a acercarme al hockey. De alguna forma estaré ligada: no sé si como ayudante, como aficionada... Pero necesito primero esa distancia para apreciar qué camino quiero tomar y qué surge.
¿Y mientras tanto?
Vivo en Lleida y trabajo creando contenido para una editorial. Estudié Filología y siempre me ha gustado mucho escribir. Tengo un diario personal que fui ampliando en cada Mundial, hablando sobre la experiencia, etc. Y en los últimos años, también de mi vida en todo lo relacionado con el hockey. Así que siempre que quiera acordarme o regresar a esos momentos, puedo leerlo y volver.