El precio oculto de la plata olímpica de María Pérez: tres virus con secuelas pulmonares y una lesión 'sacra'
La marchadora granadina ha logrado su revancha personal tras la espina de ser cuarta en los Juegos de Tokio.

"Ha sido un año difícil en el que sólo los que han estado a mi lado saben todo lo que he pasado". Con esta frase como inicio, sólo unas horas antes de competir en los 20 kilómetros marcha, María Pérez publicaba tres fotos junto a los aros olímpicos en París. Un post en sus redes sociales que escondía mucho más que el hecho de estar, como ella posteaba, "por fin", en París. La marchadora granadina estaba en la capital francesa y lo hacía tras haber superado toda una carrera de obstáculos a nivel personal. Porque más allá de esa fractura por estrés del sacro con la que el pasado verano se colgó dos oros mundiales tras los que incluso tuvo que pasar por quirófano, lo cierto es que los problemas de salud la siguieron acompañando.
Pero si hace un año, "con el culo roto", como ella bromeaba -porque si algo la caracteriza es ver el lado positivo de todo-, logró coronarse como la reina de la marcha mundial, nada iba a frenarla en París, la ciudad donde le tocaba cobrarse su propia revancha personal y en la que ha vuelto a demostrar que es y sigue siendo la reina de la marcha… Pese a esos momentos de duda en los que incluso dos meses antes de esta cita olímpica, que ha coronado con esa plata olímpica, llegó a rondarla en alguna ocasión el pensamiento de plantearse hasta una posible renuncia.
A mediados de mayo, María sólo llevaba un par de meses entrenando tras superar su lesión de sacro. Si bien, para recuperar sensaciones decidió ir probándose y acudió al Gran Premio de Cantones de La Coruña. Pero lo que ahí 'ganó' fue una tos que la ha acompañado todos estos meses (incluso hasta París). La de Orce en un principio pensó que podía ser una alergia que le afectaba al área pulmonar -de ahí la tos- y que a la hora de marcha hacía que tuviera sensación de ahogo. De neumólogo en neumólogo, la granadina iba buscando alguna solución a un problema que le estaba afectando a la hora de entrenar y preparar la gran cita de París.
Y por fin estamos en París! 🇨🇵 Ha sido un año muy difícil en el que sólo los que han estado a mi lado saben todo lo que he pasado. Mañana a las 9.20 será el momento de darlo todo y demostrar el trabajo realizado! Con ganas y con ilusión en una nueva cita olimpica 💪 🇪🇸 #Olympics pic.twitter.com/ucUDoXEdTv
— María Pérez OLY (@garciaperezmari) July 31, 2024
Esa situación la obligó a parar (otra vez) durante casi una semana, a bajar el ritmo, adaptar otra vez los entrenamientos junto a su entrenador, Jacinto Garzón, e ir poco a poco para tratar de controlar el máximo posible esa sensación de ahogo y la tos. Otro revés, después de haber superado la lesión de sacro que ya la había tenido durante meses totalmente parada.
Pero, ¿qué pasaba ahora? Que la granadina había pasado, nada más y nada menos, que tres virus cuyas secuelas persistían hasta el punto de que la han acompañado incluso hasta París. Y pese a que en un principio, cuando aún no conseguían mitigar los síntomas, María Pérez comenzase a valorar que, si no estaba bien, incluso iba a plantearse una posible renuncia, su fortaleza y capacidad de superación hicieron que finalmente haya podido estar en París, aunque tras ello, le toque seguir de pruebas médicas.
Por todo ello, lo que ha hecho la marchadora de Orce la mañana de este jueves por las calles de la capital francesa en la prueba de los 20 kilómetros marcha, tiene aún más mérito. Porque esa medalla, la tercera para el medallero español estos Juegos (y séptima para el palmarés olímpico de la marcha nacional), es además la consagración de la resiliencia de una atleta que ha sufrido la cara más amarga del deporte, que ha tenido que reinventarse con su técnica por los problemas con los jueces en competiciones anteriores, pero que nunca se ha rendido.
Porque como reconocía su entrenador, Jacinto Garzón, en declaraciones a Relevo: "Después de la historia del Mundial y todos te posicionan como favorito. Luego aparece la lesión más dura de su carrera en el año más importante que te dice que tienes que hacer una parada. Ha sido el año más duro, yo le decía: el destino te tiene algo guardado". Y vaya si se lo tenía guardado.
En Tokio fue 'de chocolate' y bastante agridulce porque se quedó a las puertas del metal, pero ahora ya sí que reluce este para, por fin, completar su palmarés. María Pérez ya tiene la medalla olímpica, la única presea que le faltaba, con la que pone el broche a uno de los años más duros de su carrera.