Bahamas sobrevive a su propia trampa y ya espera a España en la final
El equipo caribeño sesteó durante el tercer cuarto y dio vida a Líbano, que no entregó la cuchara hasta el final.

Valencia.-Bahamas cumplió con el guión que todos tenían en mente y estará mañana en la final del Preolímpico de Valencia. Eso sí, lo hizo sufriendo más de la cuenta ante un Líbano batallador que nunca se dio por vencido y que aprovechó la calma caribeña para meter el susto en el cuerpo de los Hield, Ayton y compañía, que tuvieron que emplearse a fondo para imponerse por 89-72.
El conjunto entrenado por Chris Demarco, ayudante de Steve Kerr en los Warriors, y en el que está el hermano de Klay Thompson como asistente, comenzó el choque mandando y abriendo tierra de por medio en el marcador con una exhibición ofensiva y una demostración de exuberancia física.
Un +15 al final del primer cuarto, liderados por Buddy Hield y sus 6 puntos y 8 asistencias, aventuraba un final cruel para los sueños libaneses. Pero nada más lejos de la realidad. El equipo árabe no estaba por la labor de dejarse ir, sabiendo lo que había costado llegar hasta aquí.
Ya en el segundo parcial los pupilos ayer de Marko Filipovic -Perisic causó baja por el fallecimiento de su madre durante el partido ante Angola- dieron muestras de su orgullo y liderados por Sergio El Darwich se agarraron al choque con un parcial de 20-19. Pero lo mejor para Líbano estaba por llegar.
Buddy Hield in the Q1 of #FIBAOQT semi-final 🤩
— FIBA (@FIBA) July 6, 2024
🪣 8 PTS
🪙 6 AST pic.twitter.com/88fARHPjAY
Sin un acierto excelso desde el triple y con más corazón que cabeza, los árabes salieron del vestuario con ganas de armar el taco. Y a punto estuvieron de lograrlo. Cerraron el tercer cuarto con menos de 10 puntos de diferencia y los sueños todavía intactos de que podían estar en la final de un torneo que comenzaron perdiendo por 45 puntos ante España. Todo parecía posible.
Pero en ese momento apareció el talento NBA de Bahamas, pero sobre todo su físico. Los caribeños despertaron de sus 20 minutos de siesta y apretaron en defensa para contrarrestar el ánimo libanés. El equipo tenía la calidad, pero le habían faltado las ganas que sí aparecieron en los últimos instantes del choque. Con Ayton (24 puntos y 15 rebotes) dominando la pintura, fue cuestión de paciencia el que el cántaro se terminase por romper. Y lo hizo. Por poco, pero lo hizo, poniendo fin al cuento libanés y dando continuidad al son de Bahamas en Valencia. Y quién sabe si en París.