PREOLÍMPICO | LÍBANO - ESPAÑA

La gasolina emocional que enciende el motor de la Selección tiene nombre y apellidos

La posibilidad de acompañar a Rudy Fernández a sus sextos Juegos sirve de acicate a sus compañeros antes de comenzar el Preolímpico.

Los jugadores de la Selección arropan a Rudy Fernández./FEB | A. Nevado
Los jugadores de la Selección arropan a Rudy Fernández. FEB | A. Nevado
Guillermo García

Guillermo García

Valencia.- El pasado 4 de abril Rudy Fernández anunciaba cuándo iba a parar el reloj de su carrera deportiva. Como si de un cronómetro se tratase, el alero balear verbalizaba lo que llevaba un tiempo rondando su mente y la de todo el baloncesto español, y es que al final de la actual temporada colgaba las botas. Un último servicio con la Selección en el Preolímpico y en los Juegos y la carrera del balear llegará a su fin.

Algo que parece tan lejano, pero a la vez tan cercano, que sirve de acicate moral para todos sus compañeros de Selección. De momento son dos partidos más los que se regalará el balear junto a sus compañeros de La Familia, empezando por el que disputará esta tarde ante Líbano. ¿El penúltimo servicio al equipo nacional y al baloncesto? El jugador que más veces ha vestido la camiseta de España prefiere no pensarlo.

"No quiero pensar en ello. Voy a pensar en el partido a partido, en el día a día y en el disfrutar de mis compañeros, sea el último… o no. Eso dependerá de nuestro trabajo y nuestro compromiso en la pista. En eso es en todo lo que pienso en estos momentos". El propio Rudy apuntaba en la previa del partido ante Líbano que el tema de su retirada, ahora mismo, no es lo que más le preocupa.

Aunque sabe que es una circunstancia que no escapa a sus compañeros y que les supone una motivación extra, como apuntaba Sergio Llull. "No es presión. Son motivaciones. Y no sólo para el equipo, también para él. Creo que tener la oportunidad de poder disputar unos sextos Juegos Olímpicos está al alcance de muy pocos. No sólo en el baloncesto, sino a nivel mundial en todos los deportes. Vamos a trabajar para ello y es una motivación para intentar hacer bien nuestro trabajo y llegar a la final del día 7 y ganarla".

"Es suficiente combustible para ese fuego que tenemos dentro", confesaba Lorenzo Brown en una entrevista con Relevo sobre lo que supone poder acompañar al capitán de la Selección en estos últimos compromisos. Desde que anunciara su retirada, las palabras del balear se grabaron a fuego en la mente de todo el vestuario del equipo nacional, que quiere rendir su mayor homenaje a toda una institución en el baloncesto español. Su nombre y su apellido se convertían en ese momento en la gran motivación del equipo blanco para conquistar el Preolímpico y poner rumbo a París.

Rudy Fernández. FEB | A. Nevado
Rudy Fernández. FEB | A. Nevado

Sin embargo para llegar a la capital francesa todavía hay que hacer cuatro paradas. Y la primera pasa por ganar esta tarde a Líbano. Un equipo con "una atipicidad, algo que históricamente no se nos ha dado bien", como apuntaba Sergio Scariolo en la previa, y que tiene armas para poner nerviosos a los jugadores de la Selección, como reconocía el propio Rudy: "Siempre el primer partido es el más complicado. Hemos visto ya cómo juega, pero va a depender de nosotros, de nuestra actitud y de salir fuertes desde el minuto 1, que es lo más importante".

"Es un equipo que siempre ha competido con buen tiro exterior, con grandes que salen a tirar y pequeños agresivos y con un poco de atipicidad en su juego, que históricamente no se nos da bien. Tenemos que ser inteligentes a la hora de seguir con nuestros grandes a los suyos cuando salgan fuera de la pintura y sea oportuno hacerlo y, sin embargo, no fallar en la protección de nuestra pintura porque también tienen exteriores muy buenos atacando el aro y que fue uno de los mejores del pasado Mundial en lanzamiento de tres (séptimos con un 40%". Son las palabras de advertencia de un Sergio Scariolo que no se fía de lo que puede encontrarse hoy enfrente en el equipo de los Cedros.

Sin Wael Arakji, alias El Temido y máximo anotador de la selección en el pasado Mundial, las opciones ofensivas del conjunto asiático pasan por Sergio El Darwich y Omari Spellman. El primero es un escolta con un buen primer paso, explosividad en las penetraciones y tiro exterior mientras que el segundo es un interior versátil que también presume de buena mano tras su paso por la NBA y cuya nacionalización provocó un cisma constitucional en el país y en el seno de un equipo tan imprevisible que puede dar más de un quebradero de cabeza a España.