JJOO | ESPAÑA 76 - ARGENTINA 72

Juancho y Abrines son la mejor noticia de una España a medio gas... y un Garuba a toda velocidad

La recuperación de los dos jugadores de cara a los Juegos, la mejor noticia para los de Scariolo ante Argentina.

Juancho Hernangómez frente a Campazzo durante el duelo./FEB | A. Nevado
Juancho Hernangómez frente a Campazzo durante el duelo. FEB | A. Nevado
Guillermo García

Guillermo García

Jugar un partido amistoso en pleno julio, a más de 35 grados en el exterior, es de todo menos cómodo. Por mucho que el objetivo sea llegar en la mejor forma posible a los Juegos. Sin embargo, con el poco tiempo que tiene Scariolo para dar forma al equipo para la cita olímpica, cualquier posibilidad de ensayo es bienvenida. Y si es contra un equipo como Argentina y el equipo termina en victoria (76-72), miel (que para algo estamos en La Alcarria) sobre hojuelas.

España se mostró más rodada que la albiceleste. Y sobre todo con más afán competitivo con respecto a un equipo que no estará en París y que está utilizando este verano para buscar su nueva identidad. Algo que España no necesita porque sabe muy bien a qué juega. Sus opciones en la cita olímpica pasan por la defensa y por una velocidad de balón (y de movimientos sin él) con los que descolocar al rival. Bloqueos ciegos y puertas atrás que sirvan para mejorar la posición de tiro.

En la primera labor es importante un jugador como Usman Garuba, puro 'red bull' en cada acción en la que participa. Sus manos, sus piernas y sus ganas son las que se encargan de contagiar al resto cuando hay riesgo de sestear. En la segunda misión hay nombres como Brizuela, cuya gasolina resulta básica. Y más cuando falta un generador de juego como es Lorenzo Brown, que gozó de descanso ante los sudamericanos.

También Abrines y Juancho Hernangómez tienen un papel importante en ese juego sin balón, en esa forma que tiene esta España de crear espacios para los lanzamientos más liberados. Los dos jugadores fueron las mejores noticias por lo que supone de cara a París, Llegaban a la concentración entre algodones y eran duda hasta última hora, pero parece que Scariolo, como le dijo el cuerpo médico podrá contar, con la defensa y los tiros abiertos de dos jugadores fundamentales a la hora de generar puntos en un equipo sin tanta capacidad como antaño.

Aunque esta España tampoco va manca en ese aspecto. Sobre todo con Willy Hernangómez y con un Santi Aldama que tiene hechuras de líder ofensivo en este equipo. El canario, tras un primer verano timorato en algunos momentos, ha perdido cualquier vergüenza y ha asumido el rol ofensivo que le corresponde. Algo que demostró en una primera parte magistral ante Argentina, trufada con buenas acciones defensivas, y con un recital de movimientos en ataque que vienen a decir lo que puede esperar España en París. Una receta que, por cierto, conoce bien Canadá, con la que nos enfrentaremos en la primera fase de ese grupo de la muerte.

Bajo el ritmo anotador del canario España fue construyendo su victoria en un partido a un alto ritmo ofensivo. El marcador señalaba 51 puntos al descanso, con una acción 'made un Llull' para cerrar los dos primeros cuartos con una ventaja de 9 puntos y la sensación de que España jugaba a algo más que la Argentina de un Prigioni que todavía está tomando el pulso a la albiceleste.

Precisamente fue el balear el encargado de mantener a España en el duelo cuando Argentina se metió en él durante el tercer parcial. Con dos ACB como Juan Fernández y Juanpi Vaulet como baluartes entre la pintura y el interior, donde los albicelestes hicieron más daño a una España que bajó de marcha en defensa tras el descanso. Eso sí, no perdieron la cara en ataque y eso fue lo que les mantuvo en el duelo cuando peor lo estaban pasando.

Una tónica de sufrimiento que se mantuvo hasta el último minuto entre las acciones de Campazzo y Laprovittola, pero sobre todo de Willy Hernangómez -cumplía 100 partidos con la camiseta nacional- y de un inesperado Xabi López-Arostegui. El del Valencia Basket tiene unas ganas tremendas de Juegos tras acudir a última hora a Tokio y no tener protagonismo. El alero fue decisivo con dos tiros libres a falta de 23 segundos (y otros dos para abrochar la victoria) para dar el triunfo a España que, de momento, carbura a medio gas de cara a los Juegos. No así Garuba, que no sabe lo que es eso de ir con el freno echado.