PREOLÍMPICO | BAHAMAS - LÍBANO

El llanto de Omari Spellman y el sueño de un país a través del drama y la depresión: "Líbano, salvaste mi vida"

El jugador de origen estadounidense terminó llorando el partido ante Angola.

Omari Spellman llora tras terminar el partido ante Angola./FIBA
Omari Spellman llora tras terminar el partido ante Angola. FIBA
Guillermo García

Guillermo García

Valencia.- La imagen se ha convertido en el poster del Preolímpico. Líbano acababa de conseguir la victoria frente a Angola y Omari Spellman no podía contener las lágrimas. Un llanto captado por las cámaras de televisión y que ni siquiera remitió cuando estaba contestando las preguntas de FIBA en el 'flash interview'.

El gigante de Ohio lloraba de alegría por haber conseguido su mayor hito con la camiseta de Líbano, pero también era una forma de soltar lastre, liberarse de todo lo que ha pasado en estos años. "Líbano, me salvaste la vida", colgaba horas después el exjugador de los Warriors en su perfil de Instagram. Eran palabras llenas de agradecimiento al país árabe por ayudarle cuando estaba hundido en un pozo.

Esas lágrimas escondían todo el sufrimiento por el que había pasado el pívot, luchando contra una depresión que le llevó a encerrarse en sí mismo, no hablar con nadie y apenas rendir en la cancha en su primer campeonato con Líbano. Un país que apostó por su nacionalización a pesar de las dificultades institucionales que hubo durante un proceso que provocó una crisis política entre el gobierno y la federación,

"La depresión es el enemigo más grande al que cualquiera puede enfrentarse durante su vida", colgaba en otra story el pívot junto a una imagen suya llorando con la bandera de Líbano al hombro.

"Estar aquí en este escenario, representando a este país de la manera correcta, significa el mundo para mí porque, literalmente me ayudaron a salir de uno de los lugares más oscuros en los que he estado", apuntaba Spellman horas antes de enfrentarse a Bahamas. "No sería la persona que soy hoy sin la ayuda de Líbano y su fe en que yo pudiera hacerlo. Ellos tienen fe en mí cuando yo no tenía fe en mí mismo. A veces la vida es dura, la vida es oscura. Cuando eres joven, a veces no sabes la manera correcta de manejar las cosas. Estoy bendecido de que este país me permitió crecer y madurar

Era el triunfo más importante de un jugador que en su primer año en la NBA, con los Atlanta Hawks, pasó de los 114 kilos a los 132 por culpa de lo que él mismo denominó como "autosabotaje". Spellman descuidó su físico, no cogía las llamadas del equipo ni contestaba a los mensajes de los compañeros.

Hoy todo eso ha quedado atrás. Spellman se ha convertido en la gran figura del equipo de Líbano, como demostró ante Angola (22 puntos y 13 rebotes) en un duelo que fue mucho más que un partido para este jugador de 2,07 centímetros y 125 kilos que era una de las grandes perlas del estado de Ohio en su etapa en el instituto y al que sólo los estudios parecían poner freno.

El llanto de Omari Spellman y el sueño de un país a través del drama y la depresión: “Líbano, salvaste mi vida”

De hecho, fue seleccionado por la prestigiosa Universidad de Villanova, pero tuvo que esperar un año para debutar por culpa de su expediente académico. Spellman no pudo contener las lágrimas cuando supo la noticia, imagen que se repitió después de que fallara también su recurso de apelación. Sin embargo, una temporada después se proclamaba campeón nacional antes de presentarse al draft de una NBA en la que dejó muestras de su calidad, pero donde no triunfó. Algo que ahora busca en Corea y en Líbano, el país que le ha salvado la vida y con el que tiene una deuda eterna.