Omari Spellman, el gigante forjado entre lágrimas que provocó un cisma constitucional en Líbano y hoy 'amenaza' a España
La nacionalización del pívot de Ohio supuso un conflicto entre el gobierno de Líbano y la federación de baloncesto del país.
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Valencia.- España alza el telón de su Preolímpico ante Líbano. Un equipo atípico, como lo definió Scariolo en la previa, que no contará con su estrella Wael Arakji, alias El Temido. Máximo anotador de la selección en el pasado Mundial con 18 puntos por partido, y que llegó a jugar una Liga de Verano de la NBA con los Mavs, este base zurdo que lleva el 20 en honor a Ginobili ha dejado al conjunto asiático cojo en su potencial ofensivo.
Sin embargo, al conjunto dirigido por Mirodag Perisic todavía le queda un argumento poderoso en ataque como para poner nervioso a España y a su Selección. Se trata de Omari Spellman, exjugador de la NBA y que ya jugó el pasado Mundial con los 'Cedros' después de conseguir una nacionalización que provocó un choque entre el gobierno libanés y la federación de baloncesto del país.
Una crisis política que comenzó con la salida de Michel Aoun, dejando a Líbano sin presidente. Una figura necesaria, ya que según la constitución del país sólo el presidente podía firmar la carta de naturalización para un nuevo ciudadano libanés. Sin embargo, una nueva lectura a la Carta Magna descubrió en su artículo 62 que el Consejo de Ministros podía aprobar su nacionalización en ausencia del presidente.
Sin embargo, en un primer momento la candidatura de Spellman se encontró con el rechazo del primer ministro Najib Mikati y el Ministro de Juventud y Deportes, que se negaron a hacerse cargo del caso, considerándolo inconstitucional. Mucha gente creyó que la reticencia del gobierno se debió a razones políticas, incluida la posibilidad de infringir los "privilegios" de la presidencia y sentar un precedente.
La situación provocó una indignación entre los aficionados de Líbano, que expresaron su frustración en redes sociales. Algunos, incluso, convocaron protestas y manifestaciones para exigir que el gobierno apoyase los esfuerzos del equipo y de la federación del país por nacionalizar a Spellman, un jugador con pasado NBA (Atlanta Hawks y Golden State Warriors) y que despuntaba en la liga coreana con más de 20 puntos de media por partido.
Finalmente, el 19 de abril de 2023, la federación anunciaba el acuerdo con el gobierno que permitía a Spellman vestir la camiseta de Líbano en el Mundial. "Estamos encantados de que el Gabinete haya tomado esta decisión, lejos de cualquier consideración política. Es muy bueno que el interés de la selección nacional haya prevalecido", aseguraba la federación en su comunicado para anunciar la nacionalización de Spellman.
Un jugador de 2,07 centímetros y 125 kilos que era una de las grandes perlas del estado de Ohio en su etapa en el instituto y al que sólo los estudios parecían poner freno. De hecho, fue seleccionado por la prestigiosa Universidad de Villanova, pero tuvo que esperar un año para debutar por culpa de su expediente académico. Spellman no pudo contener las lágrimas cuando supo la noticia, imagen que se repitió después de que fallara también su recurso de apelación. Sin embargo, una temporada después se proclamaba campeón nacional antes de presentarse al draft de una NBA en la que dejó muestras de su calidad, pero donde no triunfó. Algo que ahora busca en Corea y en Líbano, donde su nacionalización estuvo a punto de provocar un cisma constitucional.